jueves, 22 de agosto de 2013

Estado-papá, irracionalidad y aportes obligatorios a las AFP

Por: Oscar Sumar

Un ejemplo de norma paternalista es la obligación de ahorrar para la jubilación. En Perú, dicha norma se ha extendido a las personas que pagan renta de cuarta categoría (o los llamados "independientes"). Esta norma revive el debate de si es conveniente o justificado obligar a las personas a ahorrar. Por un lado, la perspectiva liberal argumenta que las personas o somos racionales o deberíamos poder afrontar nuestros propios errores y aprender de ellos, como individuos libres. Por el otro, sean pragmáticos o pro-intervención estatal, ponen énfasis en los sesgos que aquejamos las personas, que nos llevan a tomar decisiones que -en el fondo- son perjudiciales para nosotros mismos y para la sociedad.
Existe evidencia de que las personas tenemos un sesgo en relación a la valoración de los bienes en el tiempo. Valoramos más lo que tenemos hoy, en comparación a lo que tendremos en el futuro, a pesar de que "racionalmente" deban ser considerados equivalentes. Esto lleva a las personas a ahorrar menos de lo que deberían lo cual, sumado a consideraciones de tipo redistributivo, lleva a los Estados a establecer diversos sistemas para procurar que tengan suficiente dinero para su vejez. (Acerca de las justificaciones para esta regulación y evidencia de las taras mentales asociadas al ahorro, ver este brillante trabajo, aquí).
Desde un punto de vista también pragmático, es posible discutir aspectos más de detalle de este sistema de ahorro obligatorio. Por ejemplo, ¿realmente incrementa el ahorro total? Si las personas ahorramos más de manera obligatoria, eso ¿no podría llevarnos a ahorrar menos de manera voluntaria? Es decir, dado que sabemos que el Estado nos está obligando a ahorrar, dejaríamos de ahorrar lo que -de otra manera- hubiésemos ahorrado. De esta manera, el efecto neto de la política sería nulo. Además, ¿cuál es el impacto en el empleo? ¿Cuál es el impacto en el crecimiento del país? ¿Tenemos alguna idea sobre esto antes de proponer, criticar o alabar esta política?
Por otro lado, ¿no deberían establecerse niveles de ahorro diferenciados dependiendo los niveles de ingreso? Por ejemplo, las personas con bajos ingresos, ¿no deberían ser exoneradas dado que para ellos unos soles más o menos pueden generar una gran diferencia en sus vidas hoy? ¿Los ricos no deberían tener un tope de ahorro dado que probablemente con eso tendrían suficiente para un retiro "holgado"?
Finalmente, ¿a qué se debe la falta de competencia entre los fondos privados? En el caso de los aportes de cuarta categoría, solo una compañía está autorizada a recibir los aportes, lo cual resulta -por lo menos- sospechoso. ¿Realmente el objetivo es hacer que las personas ahorremos más allá de nuestra irracionalidad o favorecer a una empresa?

0 comentarios: