viernes, 22 de mayo de 2009

¿Y si los padres pararan?

Por: León Trahtemberg

Una vieja tesis de las teorías de la dominación sostiene que mientras menos educada sea la población, más fácil dominarla, esclavizarla, explotarla, hacerle creer lo que los gobernantes les transmiten a través de las autoridades, radio o televisión estatal monopólica.
Para los políticos y empresarios que piensan y/o actúan así, la presencia del nativo shawi Alberto Pizango, presidente de Aidesep, debe servirles de espejo en el cual mirar esta tesis. Pizango es una especie de error estadístico, como gustaba decir Toledo, al referirse al destino estadísticamente correcto para alguien como él: los excluidos están condenados transgeneracionalmente a seguir siendo excluidos, porque el Estado no les da las escaleras para incluirse y salir de la pobreza (con educación y salud de calidad).
Los excluidos se hartan y liderados por Alberto Pizango y sus allegados zarandean al gobierno y le dicen: Nunca les ha interesado la gente de la Amazonía; no le han proporcionado los servicios básicos de calidad que garantiza la Constitución para aliviar sus carencias y pobreza. Ahora se interesan en la zona, no para apoyar a sus nativos, sino para explotar sus recursos naturales, forestales, mineros, pesqueros o hidrocarburos, sin importarles lo que piensan los lugareños, ya que ni siquiera les consultan pese a lo establecido en el convenio 169 de la OIT.
Me dejó pensando, ¿qué pasaría si a semejanza de los amazónicos, los padres de familia que tienen hijos en la escuela pública sin infraestructura, materiales, maestros suficientes ni bien formados, hicieran alguna acción llamativa similar? Después de todo, los sucesivos gobiernos han desacatado sistemáticamente la obligación constitucional de garantizar una educación de calidad con equidad para todos, y el de García ha desconocido, además, la exigencia del Proyecto Educativo Nacional de incrementar anualmente el presupuesto del sector en 0.25% del PBI.
Sería una lástima que el gobierno en lugar de ser proactivo y preventivo termine facilitando el malestar y premiando los métodos que afectan al Estado de Derecho. ¿No podría el gobierno hacer la excepción en educación y cumplir con los compromisos sin tener que llegar al punto que haga estallar a la población?

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