miércoles, 12 de agosto de 2009

POR LA RUTA DE LOS EMIGRANTES: EDUARDO GONZÁLEZ VIAÑA Y SU LIBRO DE CUENTOS FLORCITA Y LOS INVASORES

Por Fernando Odiaga González
(Comentarista oficial de Conglomerado Cultural - Lambayeque)

El tema de la emigración no es nuevo en la literatura. Constituye una vertiente temática que hunde sus raíces en los relatos más antiguos de los que se tiene conocimiento. La migración ocupa parte del horizonte de lo que se ha dado en llamar “imaginario de larga duración”, obsesión constante de historiadores, poetas y narradores. Encontramos que la migración es un tópico común a libros como la sagrada escritura (Génesis, Éxodo) y La Odisea , para mencionar a los más importantes. El caso del pueblo hebreo no es único. El tránsito belicoso y accidentado de Abraham desde Ur de Caldea, con el mito de la tierra de promisión, luego, el exilio de su estirpe en Egipto, con Jacob y José; es el mismo tránsito que encontramos de nuevo con las hordas aqueas que se desplazan hacía oriente desde los Balcanes en La Iliada y La Odisea. Históricamente hablando, la vida de los hombres sobre la tierra, no ha sido otra cosa que constante movimiento, ocupación de tierras, desplazamiento de las mismas, emigración y nueva ocupación; el abandono del lugar de origen y la búsqueda de una vida nueva en una tierra nueva configura entonces, el trasfondo de muchas de las mejores obras escritas en la literatura universal. Los viajes, el desarraigo, el exilio, son asuntos extensamente tratados, desde las más diferentes perspectivas y con los más variados personajes. Lo que pasa hoy por hoy con los latinos en Estados Unidos de América, es señaladamente una reedición de una tendencia humana ancestral.
En Florcita y los invasores, Eduardo González Viaña, presenta un conjunto de relatos cuyo lei motiv es precisamente la emigración, con todas sus connotaciones sociales, políticas, económicas, y psicológicas, añadiendo, con la singular maestría que lo caracteriza, el elemento mágico del simbolismo y la exageración fabuladora.
Las causas de la emigración generan tipos diversos de emigrantes, que González Viaña conoce muy bien, ya que él mismo es uno de ellos. Estos diversos tipos, convertidos en arquetipos por mediación de la literatura, van desde los que emigran fuera de su país a causa de ser perseguidos o perseguidores, como es el caso del relato La batalla final del comodoro, dónde una mujer huye con su hija del marido (el comodoro), quién obsesionado por seguir al lado de ella la hostiga, la amenaza, va a su encuentro hasta los Estados Unidos, teniendo la ventaja de ser un militar y haber trabajado para los servicios de inteligencia. Los que buscan la posibilidad de una cura en un país dónde se práctica la medicina más avanzada, están representados en el cuento La mujer de la frontera, de lejos el más imaginativo y conmovedor de la colección presentada en esta edición. A veces el personaje es misterioso como en el caso de Tango, y ha viajado tanto para mejorar económicamente, como para olvidar el fracaso profesional y amoroso en su país de origen. Siete noches en California, por su parte es el relato de una mujer que también es perseguida por su marido, obsesionado en seguir con ella luego de una relación desengañada, pero aquí la persecución acontece en el mundo de la magia; efectivamente Leonidas acude a un brujo, Filemón Castañeda para que haga regresar a su mujer, Leonor que se había fugado de su lado. Ella por su parte, es asistida por una maga, doña Elsa Vicuña, lo cual da al relato un cariz fantástico. Santa Bárbara navega hacia Miami, nos presenta una pareja de cubanos que tienen un restaurante, el cual es amenazado de destrucción por un huracán, como les había sucedido ya con su primer negocio. La pareja, había emigrado a los Estados Unidos, huyendo del sistema comunista de Fidel Castro. En el relato Esta es tu vida, el personaje Dante, emigra a Estados Unidos desde Argentina, porque era un don nadie, que no logró convencer a la familia de su novia con sus promesas. Tuvo que dejar al amor de su vida y hacer las maletas en busca de un mejor futuro. Por último el relato, Plaza de Mayo nos trae a colación nuevamente el tema de las dictaduras y los desaparecidos, de los que tuvieron que dejar atrás su país por motivos políticos.

¿Qué les pasa a estos seres exiliados cuando están en el nuevo lugar? ¿Qué piensan y sueñan? Son las preguntas que nos responde González Viaña en estos relatos. Estados Unidos de América dista mucho de ser un país acogedor con los inmigrantes. Su legislación, la existencia de grupos blancos xenófobos, el FBI, la CIA , símbolos de un estado elefantiásico y superpotente, siempre investigando, espiando a medio mundo, no les crea a los nuevos residentes un clima de seguridad y felicidad ideal, cuando se comete el exceso de pasar o quedarse ilegalmente en el país del norte. Sin embargo, USA, es la tierra de la libertad y de los sueños, hogar democrático, próspero, la tierra del progreso tecnológico y material, dónde puedes como el personaje Dante, comenzar en un negocio de comidas atendiendo la cocina y llegar a presidente de una empresa de publicidad, tal y como se narra en Esta es tu vida; pero también vemos al comodoro, para quién Estados Unidos representará la sepultura de sus pretensiones de vivir como parasito de su mujer, su humillación definitiva a manos de ésta, que sólo deseaba estar lejos de él; para doña Asunción salir de su Guatemala natal hacia el país del norte, significaba la búsqueda de la salvación milagrosa, gracias a la ciencia, de su hijo, un hombre de cincuenta años desahuciado por los médicos de su patria.

¿Qué piensan y sueñan? Los personajes de González Viaña tienen tanta fé como temor a la muerte. “Solamente la mano de Dios podrá detenerme” comienza diciendo el discurso del personaje Florcita en la voz de la primera persona, en el modo de futuro condicional, en el inicio del cuento Confesión de Florcita. Todo el primer párrafo menciona la palabra Dios, cinco veces, amén de que el relato se titula: Confesión…Y es que Dios es el único que se interpone entre aquella mujer desengañada del matrimonio y su marido que solamente se dedica a la mediocridad, la farra y el alcohol. Muchos de los personajes son machistas y conservadores a ultranza como Santiago, el marido de Florcita, a quién se presenta bajo la forma del discurso indirecto regido focalizado en el personaje de Florcita que narra en primera persona, diciendo:
“…cuántas veces no me dijo delante de sus amigos, y usted no me dejará mentir porque estaba entre ellos, que haragán no era sino que nunca había tenido suerte, y que los empleos que le ofrecían no guardaban correspondencia con su origen social, y que yo no tenía de que quejarme porque si no hubiera sido por él me habría quedado en el lodazal donde nací, entre gente sin alcurnia ni modales…” (Florcita y los invasores, p.11)

O sucede que en medio de su machismo y conservadurismo, patanes como el comodoro, se ufanan así:
“-¡Sí, señor! Héroes de por vida, debían habernos declarado. Pero no, señor, todo lo contrario. Uno tiene que salir huyendo de la patria que ama. ¿Y después, qué? Uno viene a los Estados Unidos y aquí también debe estar escondido. ¡Gringos hipócritas! ¿Acaso no he estado luchando por ellos durante toda mi carrera?” (o. c. p.21)
Sin duda lo había hecho. El personaje del comodoro, es descrito como agente de inteligencia vinculado a ejecuciones extrajudiciales en el cuento, La batalla final del comodoro. En el mismo relato es más revelador aún sobre este rasgo de los personajes cuando el comodoro se pregunta:
“¿Y qué te importaba eso? Yo llegué a tu vida para mejorarte la raza. Claro que tu también eres blanquita y de padres extranjeros, pero te podrías haber casado con un cholo, con un chalán cualquiera. En cambio, yo me presenté en tu casa como todo un caballero con uniforme de gala y hablé con tu madre. Le pedí permiso para enamorarte. ¿Quién hace eso ahora? Tu madre se convenció de que yo era un caballero.” (id. p. 26)

La muerte se presenta obsesivamente animada, con todo un despliegue de prosopopeya:
“…para hacerse ahijado de la muerte, hay que caminar por una playa de noche, levantar los ojos hacia el cielo sin estrellas y sin almas, y mirar sin miedo la blancura muerta de la luna, y hacerse pariente de la unánime oscuridad del infierno.” (p. 24)

“Además, se dio cuenta de que todavía no era necesario preocuparse por esas nimiedades. Venían huyendo de la muerte, y ya la habían dejado bien atrás.” (p. 56)
En el relato La muerte se confiesa, es la enemiga de la humanidad, la parca misma, quién se presenta como un personaje:
“Ahora ya sé cómo es la muerte. Es toda una dama. De pura casualidad la vi ayer por la tarde en el jardín, mientras ella se andaba abanicando como hace ahora todo el mundo con estos calores.” (p. 93)

Vida y muerte se confunden en la obstinación de estos personajes por alcanzar una meta, un sueño, legítimo o espurio, en una tierra a veces acogedora, a veces no tanto, condenados a vivir entre extraños; la meta, el sueño se convierten en un delirio, y el delirio en imposibles materializados, en fantásticos huracanes, que se desvían misteriosamente por acción de la imagen de una santa como ocurre en el relato Santa Bárbara navega hacia Miami; en los bosques de Oregon, dónde Doroteo, el hijo desahuciado de doña Asunción, encontrará su nagual, su propio animal totémico, que le salvaría la vida, porque era el doble al que estaba mágicamente atado su salud y su destino. Todo ello articulado por una ficción cuyo secreto está en el poder conjurador de la palabra. El lenguaje de González Viaña es vibrante y conmovedor, tocando las fibras de nuestros más profundos deseo y temores. En este libro hay crítica, suspenso, hilaridad, fantasía.
Felicitamos la iniciativa de la editorial Parque lector por editar Florcita y los invasores, en que la realidad se da la mano con el arte para emprender una emigración imaginaria a un mundo que no es más que nuestra otra cara, porque como canta Constantino Kavafis en su famoso poema: “la vida que aquí perdiste, la has destruido en toda la tierra”.
Chiclayo, 07 de agosto 2009

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