(ANDINA).- Portando pancartas y lanzado arengas, esta mañana escolares de los clubes defensores de Chan Chan y del programa educativo Ciudadanos de Chan Chan, marcharon por las principales calles de Trujillo (La Libertad) en defensa del monumento histórico, afectado por cuatro estudiantes de un colegio limeño.
La caravana, que también estuvo integrada por artistas pertenecientes a la Asociación Cultural Orígenes, trabajadores de la Unidad Ejecutora 110 y del Instituto Nacional de Cultura, se movilizó por las principales calles de Trujillo exhibiendo frases como: “Orgulloso de ser liberteño y tener a Chan Chan cerca de mí”, “Se ama lo que se conoce: Visita Chan Chan”, “Ayúdanos a sanar las heridas de Chan Chan”, entre otras.
Previo a lo programado, los participantes guardaron un minuto de silencio por las víctimas mortales del terremoto que sacudió Haití el pasado martes 12 de enero.
Tras ello, Diana Ramírez, alumna de la institución educativa femenina, María Negrón Ugarte, tocó el pututo como símbolo de los pobladores de la cultura Chimú, quienes utilizaban dicho instrumento como un medio de comunicación.
A su turno, Cristóbal Campana, director de la Unidad Ejecutora 110, institución encargada de la restauración y conservación de dicho monumento arqueológico, expresó su alegría al ver como los escolares trujillanos defienden a la antigua ciudad de barro.
“Esta es una muestra del trabajo que hemos realizado durante los últimos años porque esta nueva generación de trujillanos saben que deben defender lo nuestro a diferencia de estos cuatro escolares quienes tienen serios problemas de identidad”, sostuvo.
“Los programas educativos ejecutados hoy rinden sus frutos porque revivir Chan Chan no es sólo reconstruirlo y conservarlo; es también defenderlo y amarlo”, expresó.
Finalmente, los escolares, trabajadores y artistas como símbolo de unión se dieron un fuerte abrazo por la defensa de Chan Chan.
Esta marcha que culminó en la plaza de armas se realizó por iniciativa de los escolares, en rechazo a los actos vandálicos de cuatro estudiantes de un colegio limeño quienes exhibieron públicamente un video en el que se les ve dañando uno de los muros de la huaca Arco Iris, perteneciente al referido complejo arqueológico norteño.
La caravana, que también estuvo integrada por artistas pertenecientes a la Asociación Cultural Orígenes, trabajadores de la Unidad Ejecutora 110 y del Instituto Nacional de Cultura, se movilizó por las principales calles de Trujillo exhibiendo frases como: “Orgulloso de ser liberteño y tener a Chan Chan cerca de mí”, “Se ama lo que se conoce: Visita Chan Chan”, “Ayúdanos a sanar las heridas de Chan Chan”, entre otras.
Previo a lo programado, los participantes guardaron un minuto de silencio por las víctimas mortales del terremoto que sacudió Haití el pasado martes 12 de enero.
Tras ello, Diana Ramírez, alumna de la institución educativa femenina, María Negrón Ugarte, tocó el pututo como símbolo de los pobladores de la cultura Chimú, quienes utilizaban dicho instrumento como un medio de comunicación.
A su turno, Cristóbal Campana, director de la Unidad Ejecutora 110, institución encargada de la restauración y conservación de dicho monumento arqueológico, expresó su alegría al ver como los escolares trujillanos defienden a la antigua ciudad de barro.
“Esta es una muestra del trabajo que hemos realizado durante los últimos años porque esta nueva generación de trujillanos saben que deben defender lo nuestro a diferencia de estos cuatro escolares quienes tienen serios problemas de identidad”, sostuvo.
“Los programas educativos ejecutados hoy rinden sus frutos porque revivir Chan Chan no es sólo reconstruirlo y conservarlo; es también defenderlo y amarlo”, expresó.
Finalmente, los escolares, trabajadores y artistas como símbolo de unión se dieron un fuerte abrazo por la defensa de Chan Chan.
Esta marcha que culminó en la plaza de armas se realizó por iniciativa de los escolares, en rechazo a los actos vandálicos de cuatro estudiantes de un colegio limeño quienes exhibieron públicamente un video en el que se les ve dañando uno de los muros de la huaca Arco Iris, perteneciente al referido complejo arqueológico norteño.
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