lunes, 11 de enero de 2010

Una propuesta de Peatonalización de Calles

Por: JORGE E. SAITO H.
Arquitecto - Especialista en Medio Ambiente e Integración Humana
jesh102004@yahoo.es, jesh10@hotmail.com

Hace algunos años se inicio el proceso de peatonalización de la calle Pizarro, iniciándose esta propuesta en la Plaza el Recreo. Se cerró la calle que conectaba a esta con la Av. España.
Fue un acierto o desacierto?. Aún no se conoce la respuesta porque considero que para su tiempo fue una propuesta novedosa pero inconclusa porque se olvidaron de tomar en cuenta muchos aspectos antes de proceder a ejecutar las acciones. Peatonalizar una vía vehicular tiene sus beneficios e inconvenientes y generalmente se ejecuta este tipo de propuestas porque existe alguna razón muy poderosa para hacerlo. En algunos casos es el deterioro en el que ha sucumbido una zona de la ciudad y sus calles; en otro, es el exagerado tránsito vehicular que con esta medida se pretende reducir o eliminar. A veces se piensa en la posibilidad de mejorar la zona con algunas propuestas que beneficien a los vecinos, a sus viviendas, comercios y espacios públicos, pero estas no se llegan a concretar en el tiempo. En el caso de la Plazuela El Recreo, la intención fue recuperar un espacio público con antecedentes históricos, pero los estudios que se realizaron no fueron suficientes para concretar esta idea. Es por ello que en este espacio se han realizado esporádicos eventos como presentaciones de grupos musicales que antes de culturizar a la comunidad, perturbaban su tranquilidad y ensuciaban el espacio con basura; también se han realizado ferias y exposiciones, eventos en donde el vecino se ha sentido excluido.
La Plazuela El Recreo constituye un espacio donde se encuentra una parte de la historia de nuestra ciudad y que hasta ahora espera su verdadera puesta en valor. En este lugar se han detectado muchos problemas como: conflictos entre vecinos, inmuebles en mal estado y hacinados de gente de mal vivir, predios donde aun no se define la situación de propiedad. Muchos de los negocios que existen no son compatibles con este espacio de historia y tradición, donde deberían predominar las actividades culturales y turísticas. A muchos vecinos les resulta difícil desarrollar buenos hábitos de convivencia y aún no tienen la menor idea de qué hacer con sus propiedades. Mientras las autoridades, un poco indiferentes y con puntos vista diversos, continúan conversando y no se ponen de acuerdo sobre las acciones a tomar para poner en valor y recuperar este espacio, este continúa deteriorándose.
En este contexto, la actual gestión municipal decidió cerrar mas calles del Centro Histórico de la Ciudad creando mayor congestión vehicular en las vías alternas y periféricas. Inmediatamente se escucharon las voces de protesta de vecinos y propietarios de los comercios existentes, quienes sostenían que el cierre de calles perjudicaba el funcionamiento de sus negocios porque disminuía sus ventas. Explicaban que el cierre de calles dificultaba el abastecimiento de productos a ciertos negocios como era el caso de restaurantes, cafeterías, mercados, etc.; a todos les disminuía las ventas porque sentían que los clientes ya no acudían a sus negocios por falta de acceso vehicular. En realidad todo esto podría haber sido diferente si la propuesta se hubiera implementado de otra forma. Considero que ha sido un atropello cerrar las calles de un día para otro, colocar una tranquera y un vigilante para impedir el paso de vehículos.
Podríamos continuar mencionando más dificultades que no permiten el desarrollo de una propuesta de peatonalización de calles en nuestra ciudad, pero la idea no es esa; más bien quisiéramos explicar que se puede hacer, de acuerdo a experiencias en otras ciudades similares y como replicarlas adaptándolas a nuestra realidad, para que el resultado final sea beneficioso para todos.

Primero es necesario realizar un estudio diagnostico de cada una de las calles que se piensa peatonalizar. La información que se obtenga es valiosa para diseñar una propuesta acorde con las necesidades del usuario, vecino y propietario de los establecimientos comerciales. Es importante conocer la dinámica comercial y urbana, que tipo de negocios existen y cómo funcionan, que tipo de movilidad necesitan para abastecerse, cuales son su horarios habituales de funcionamiento y abastecimiento, quienes son sus clientes y como acceden a sus establecimientos, cual es su nivel promedio de venta diaria, semanal, mensual y anual. Es necesario conocer el estado de la propiedad de cada predio, su valor comercial actual, los servicios que tiene, el costo promedio de alquiler y venta de un establecimiento comercial actual y después de la peatonalización. En referencia a los vecinos que viven en la zona, es importante conocer sus edades, hábitos y costumbres de vida y su opinión y expectativas respecto a la peatonalización de su calle. Es importante conocer lo que le molesta al vecino, al cliente, al propietario de negocios, como: delincuencia, prostitución callejera, mendigos, contaminación sonora, contaminación de gases, malos hábitos de los vecinos, molestias en la recolección de basura, marchas peatonales de protesta, etc., para ver como se puede revertir todo esto con el proyecto de peatonalización.

Una propuesta de peatonalización de calles debería ofrecer muchos beneficios para los usuarios, vecinos y propietarios de negocios.
I. Beneficios económicos: referidos al incremento de las ventas de los negocios existentes. Esto se logra organizando grandes campañas de promoción y venta de los productos o servicios que ofrecen los negocios existentes. Cuando el resultado es positivo, el comerciante se convierte en un aliado de la propuesta. También se refiere al incremento del valor de venta o alquiler de las propiedades existentes y a la promoción de actividades turísticas que generen negocios atractivos afines a esta. Se promueve proyectos de construcción de edificios de departamentos para vivir en ellos y repoblar estas zonas de la ciudad.
II. Beneficios ambientales: tranquilidad, paz, limpieza, salubridad y orden. Mejora el servicio público de recolección y transporte de residuos sólidos, existe un mejor control de la calidad del aire, del agua y de los ruidos molestos. Se ordena el transito y se promueve el uso de transporte alternativo: bicicleta, y las caminatas.
III. Beneficios sociales: se mejora la organización de los comerciantes y vecinos. Mejoran los niveles de convivencia entre personas. Se incrementan las actividades sociales y culturales en la zona y los vecinos se integran mas participando en ellas y disfrutando de sus beneficios.
IV. Beneficios urbanísticos: se mejoran los servicios públicos y privados y el equipamiento urbano. Mejora la iluminación pública, se revaloran los espacios públicos, el ornato, la limpieza y la seguridad ciudadana. Se ordena el tránsito vehicular permitiendo el ingreso de vehículos de abastecimiento de productos, gas, artefactos, etc., en ciertos horarios y otros como el servicio de movilidad escolar, vehículos particulares (de vecinos que viven en el centro, transporte turístico, taxis, ambulancias, carrozas funerarias, carro bombero, patrulleros, entre otros.

Por todo lo expuesto, es evidente que es una difícil tarea iniciar un proyecto de peatonalización de calles en una ciudad. No es recomendable ejecutar acciones sin antes disponer de toda la información técnica necesaria y la opinión de los vecinos que viven, trabajan y transitan por estas calles. Constituye un acto irresponsable y desatinado cerrar de pronto una calle por la cual antes transitaban vehículos. Es de esperar que sucedan conflictos entre los vecinos y las autoridades que lo promueven.
Es importante conocer que realizar un estudio diagnostico para peatonalizar unas calles, diseñar la propuesta y ejecutarla requiere la participación de un equipo técnico multidisciplinario de profesionales y demanda un tiempo aproximado de tres a cinco años o más. Todo depende de la complejidad del espacio a intervenir, de la decisión política de las autoridades, de contar con una propuesta clara, transparente y viable en la cual se identifiquen los beneficios tangibles para la comuna y los mecanismos de participación ciudadana para que los vecinos se comprometan y colaboren en su implementación. Es necesario monitorear y retroalimentar permanentemente el proceso.
Esperamos que las autoridades ediles y su personal técnico obtengan de esta equivocada experiencia algunas reflexiones y la próxima intervención sea más justa, equitativa, razonable y consensuada.

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