martes, 13 de abril de 2010

LA RUTA DE LAS SEIS REGIONES NATURALES

Por: Iván La Riva Vegazzo
http://ivanlariva.blogspot.com/

Viajar desde Trujillo hasta la Laguna del Toro, cerca de Quiruvilca, es emocionante. El recorrido nos permite vivenciar seis de las ocho regiones naturales transversales que propuso el Amauta Don Javier Pulgar Vidal, estudioso peruano, y que fuera aceptada en la III Asamblea General del Instituto Panamericano de Geografía e Historia Peruana con el propósito de establecer un mapa fisiográfico más ajustado a la realidad biogeográfica del territorio peruano.
Con un nutrido grupo de alumnos, nos propusimos vivir esta interesante experiencia. El recorrido lo iniciamos en la playa de Buenos Aires, la más cercana a Trujillo y se ubica a los 0 metros sobre el nivel del mar. A esa altitud se inicia la región Costa que llega hasta los 500 m.s.n.m., a la altura del desvío a Simbal. Antes, habíamos cruzado los cañaverales de Laredo pudiendo apreciar, a la distancia, los arenales de Chorobal y Conache así como Cerro Blanco, en cuyas faldas se levanta la Huaca de La Luna.
Después de pasar por Shirán, desde Puente Con Con, (750 m.s.n.m.) pudimos apreciar la geografía de la región Yunga, con sus quebradas profundas, su clima cálido y seco gracias al sol radiante y permanente. Allí crecen los cactus, la cabuya, la coca y los frutales, especialmente paltas, cítricos y piñas. El valle del río Moche, que baja de la sierra, se estrecha y permite admirar el esfuerzo de los campesinos por ganarle terreno a las laderas de los cerros para sembrarlos.
Continuando el ascenso, pasamos por Pagash y Platanar; al frente vimos Samne y Plazapampa. Más adelante, nos impresionó la cascada de Sanchicón; luego, descendiendo del cruce de Otuzco, nos aprestamos a ingresar a la región Quechua, que se ubica entre los 2.500 y 3.500 m.s.n.m. Su clima es templado y seco. Predominan las retamas con sus flores amarillas así como los árboles de eucaliptos y alisos. Después de ver la confluencia del rio Poyo con el Moche hicimos una parada en el caserío de José Balta para apreciar, con mayor atención, el paisaje quechua. Les recordé que allí se había llevado una batalla entre las tropas de futuro presidente José Balta y las del mandatario de turno a inicios de la república; por eso el nombre de dicho paraje.
Siguiendo cuesta arriba cruzamos los poblados de Agallpampa y Yamobamba. En Motil hicimos un alto para almorzar. Unos degustaron truchas, otros cuyes y los menos, cordero guisado. Yo me contenté con un nutritivo caldo de gallina, con limón y ají rocoto. Con la “barriga llena y el corazón contento” nos preparamos para ingresar a la región Suni, que empieza en Cerro Zango, (3.500 m.s.n.m.). Allí empieza el frío seco, aquel que reseca la piel. Los pocos sembríos de papa, chocho y cebada denotan la escasa presencia del hombre. A esta altura empezamos a sentir las primeras gotas de lluvia. Antes de llegar al asiento minero de Shorey, ubicado a 3.720 m.s.n.m. la lluvia se hizo bastante intensa y se convirtió en granizada para el entusiasmo de mis alumnos.
La carretera bordea Quiruvilca, que se encuentra sobre los 4.080 m.s.n.m., ya en la región Puna (4.000 m.s.n.m.), descendimos en la parte más alta: la Pampa de la Julia (4.200 m.s.n.m.); la lluvia arreciaba y los truenos eran cada vez más fuertes.

Eran aproximadamente las 3 de la tarde. El relieve de la puna es plano, lleno de pequeñas lagunas o humedales y en esa soledad predomina el ichu, una gramínea que se adapta muy bien a ese suelo tan frío y húmedo. Desde allí se puede divisar los nevados de la cordillera Blanca que forman parte de la región Janca.
De ese punto, la laguna del Toro dista quince minutos en la ruta hacia Huamachuco. Allí finalizo nuestro recorrido a las cuatro de la tarde. Luego de las fotos de rigor; empezamos el regreso a Trujillo, no sin antes parar en Pozo Hondo para disfrutar del paisaje que nos ofrecieron los rebaños de vicuñas pastando en la puna. Las fotos no se hicieron esperar. Los jóvenes disfrutaron corriendo por esas altas pampas llenas de ichu y humedad; toda una novedad para ellos, pues están más vinculados a la geografía costeña.
En este viaje emocionante en el que se disfrutamos de seis paisajes totalmente distintos les recordé que este recorrido es un privilegio para el turismo de La Libertad, ya que, en todo el Perú, son solo tres las rutas que nos permiten esta posibilidad: el viaje por tierra de Lima a Huancayo, el de Pativilca a Huaraz y el de Trujillo a la laguna del Toro. Una razón más para engrandecer la oferta turística de nuestro departamento.

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