Lima (CNR) -- A más de un año de los hechos ocurridos en Bagua (Amazonas), es notoria la ausencia de un interlocutor válido entre el gobierno y las comunidades indígenas, opinó Marina Irigoyen, coordinadora nacional del programa CARE.A través de CNR, recordó que el grupo de trabajo multisectorial -implementado por el Ejecutivo tras el "Baguazo"- sólo tuvo vigencia hasta enero pasado. Entre sus frutos, se cuentan los varios informes sobre los enfrentamientos en Curva del Diablo, así como los procesos que condujeron a la recientemente aprobada Ley de Consulta Previa y a la pendiente Ley Forestal.
Irigoyen detalló que, una vez concluida la labor de este denominado "grupo nacional de coordinación con los pueblos amazónicos", correspondía tomar la posta al Instituto Nacional de Desarrollo de Pueblos Andinos, Amazónicos y Afroperuanos (INDEPA).
Sin embargo, señaló que dicha entidad carece de reconocimiento de parte de los pueblos, y tampoco cuenta con los recursos necesarios. "Nos falta un interlocutor y los recursos dedicados específicamente para el desarrollo de los pueblos", recalcó.
En ese sentido, opinó que restan varios temas pendientes post Bagua. "La voluntad política debe expresarse desde la reorganización del INDEPA y, además, brindarle los recursos al nuevo organismo para que pueda acompañar los procesos (...) un soporte económico y el reconocimiento político".
De otro lado, lamentó que el crimen perpetrado por el ciudadano holandés Joran van der Sloot haya acaparado la atención de los medios el último fin de semana, en desmedro de las actividades conmemorativas por el primer año del "Baguazo".
"Eso nos hace recordar lo frágil que es la memoria del peruano, que a pesar de la importancia que tuvo Bagua, no se le dio la atención debida", puntualizó.
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