GINEBRA (Reuters).- La Niña probablemente enfríe el Pacífico tropical en los próximos meses, un fenómeno que usualmente causa monzones más fuertes a lo largo de Asia y el este de Australia, dijo el martes la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
La condición climática también promueve el desarrollo de tormentas incluyendo huracanes en el Atlántico tropical, dijo.
El Niño, el fenómeno opuesto que calienta el mar, se disipó rápidamente a principios de mayo después de prevalecer desde fines del 2009.
Esto ha llevado a la situación actual, al borde de un débil evento de La Niña en el Pacífico tropical, según la agencia de Naciones Unidas.
"Estas condiciones límite es más probable que no se fortalezcan hasta convertirse en un episodio de amplia cuenca de La Niña durante la segunda mitad del 2010", dijo la OMM en una declaración.
El experto del organismo Rupa Kumar Kolli dijo en una sesión informativa en Ginebra que "mientras es probable que las condiciones de La Niña se desarrollen más en los próximos meses, el ritmo y la magnitud de un evento de este tipo en el 2010 todavía es incierto".
Las actuales condiciones no son adecuadas para que la OMM declare que un evento de La Niña se esté produciendo actualmente, dijo. Es posible, pero menos probable, que temperaturas neutrales prevalezcan durante el resto del año.
La mayoría de los modelos de pronóstico no indican un evento particularmente fuerte de La Niña en términos de temperaturas de la superficie del mar, dijo.
Los eventos típicos de La Niña suelen estar asociados con monzones más fuertes en gran parte de Asia y también Australia. Además están vinculados con una temporada de huracanes activa en el Atlántico tropical, señaló Kolli.
"Entonces estos son algunos de los factores de riesgo que debemos tener en mente", dijo el experto.
La principal agencia meteorológica del Gobierno de Estados Unidos ya ha pronosticado que la temporada de tormentas en el Atlántico, que comenzó el 1 de junio, puede ser la más intensa desde el 2005, cuando el huracán Katrina mató a más de 1.000 personas e interrumpió la producción de petróleo al impactar en instalaciones de energía en el Golfo de México.
Al ser consultado sobre posibles efectos de La Niña en los esfuerzos por limpiar el derrame de petróleo de la compañía BP en el Golfo de México, Kolli dijo: "Es improbable que La Niña por sí sola juegue un papel en esa región".
"Pero considerando que hay una posibilidad de una temporada de huracanes activa, los huracanes definitivamente tendrán el potencial de agitar el mar y también jugar un papel en aumentar el derrame de petróleo en alguna forma. Pero todo esto depende del camino y la fuerza del huracán y muchos otros factores asociados con eventos de huracanes individuales", indicó.
Los cambios en la temperatura marítima del Pacífico están fuertemente relacionados a grandes fluctuaciones climáticas en el orbe, y esos eventos pueden llegar a durar 12 meses o más una vez se inician, según la OMM.
Un fuerte evento de El Niño en 1997-98 fue seguido por una fase de La Niña prolongada desde mediados de 1998 hasta inicios del 2001.
Mientras los eventos de El Niño y La Niña cambian la probabilidad de patrones climáticos específicos en el planeta, los resultados de cada evento nunca son exactamente iguales, indicó la agencia.
Si un evento de La Niña se estableciera, también estaría asociado con un leve descenso en la temperatura del aire en muchas partes del mundo, según Kolli.
"Eso tiene implicaciones para la temperatura media mundial", dijo a Reuters.
La condición climática también promueve el desarrollo de tormentas incluyendo huracanes en el Atlántico tropical, dijo.
El Niño, el fenómeno opuesto que calienta el mar, se disipó rápidamente a principios de mayo después de prevalecer desde fines del 2009.
Esto ha llevado a la situación actual, al borde de un débil evento de La Niña en el Pacífico tropical, según la agencia de Naciones Unidas.
"Estas condiciones límite es más probable que no se fortalezcan hasta convertirse en un episodio de amplia cuenca de La Niña durante la segunda mitad del 2010", dijo la OMM en una declaración.
El experto del organismo Rupa Kumar Kolli dijo en una sesión informativa en Ginebra que "mientras es probable que las condiciones de La Niña se desarrollen más en los próximos meses, el ritmo y la magnitud de un evento de este tipo en el 2010 todavía es incierto".
Las actuales condiciones no son adecuadas para que la OMM declare que un evento de La Niña se esté produciendo actualmente, dijo. Es posible, pero menos probable, que temperaturas neutrales prevalezcan durante el resto del año.
La mayoría de los modelos de pronóstico no indican un evento particularmente fuerte de La Niña en términos de temperaturas de la superficie del mar, dijo.
Los eventos típicos de La Niña suelen estar asociados con monzones más fuertes en gran parte de Asia y también Australia. Además están vinculados con una temporada de huracanes activa en el Atlántico tropical, señaló Kolli.
"Entonces estos son algunos de los factores de riesgo que debemos tener en mente", dijo el experto.
La principal agencia meteorológica del Gobierno de Estados Unidos ya ha pronosticado que la temporada de tormentas en el Atlántico, que comenzó el 1 de junio, puede ser la más intensa desde el 2005, cuando el huracán Katrina mató a más de 1.000 personas e interrumpió la producción de petróleo al impactar en instalaciones de energía en el Golfo de México.
Al ser consultado sobre posibles efectos de La Niña en los esfuerzos por limpiar el derrame de petróleo de la compañía BP en el Golfo de México, Kolli dijo: "Es improbable que La Niña por sí sola juegue un papel en esa región".
"Pero considerando que hay una posibilidad de una temporada de huracanes activa, los huracanes definitivamente tendrán el potencial de agitar el mar y también jugar un papel en aumentar el derrame de petróleo en alguna forma. Pero todo esto depende del camino y la fuerza del huracán y muchos otros factores asociados con eventos de huracanes individuales", indicó.
Los cambios en la temperatura marítima del Pacífico están fuertemente relacionados a grandes fluctuaciones climáticas en el orbe, y esos eventos pueden llegar a durar 12 meses o más una vez se inician, según la OMM.
Un fuerte evento de El Niño en 1997-98 fue seguido por una fase de La Niña prolongada desde mediados de 1998 hasta inicios del 2001.
Mientras los eventos de El Niño y La Niña cambian la probabilidad de patrones climáticos específicos en el planeta, los resultados de cada evento nunca son exactamente iguales, indicó la agencia.
Si un evento de La Niña se estableciera, también estaría asociado con un leve descenso en la temperatura del aire en muchas partes del mundo, según Kolli.
"Eso tiene implicaciones para la temperatura media mundial", dijo a Reuters.
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