MINERA SAN JOSE Chile (Reuters) - Socorristas se alistaban el martes para instalar una gran máquina perforadora que les permitirá rescatar a 33 mineros atrapados desde hace 19 días bajo tierra, mientras preparan juegos y apoyo psicólogico para una espera que podría extenderse hasta Navidad.
La máquina Raise Borer Strata 950 llegaría al mediodía a la accidentada mina de cobre y oro San José, en el norte del país, pero las labores de perforación de un pozo de una longitud de 700 metros de profundidad y de unos 66 centímetros de diámetro comenzarían recién al final de esta semana.
El jefe de los sondajes, André Sougarret, indicó que esta previsto que antes del fin de semana concluya la instalación de la máquina proveniente de la división Andina del gigante Codelco, el mayor productor de cobre del mundo.
Y como se estima que las tareas de rescate demorarán entre tres y cuatro meses, un equipo multidiciplinario planea actividades para contener a los mineros en la espera.
"Empieza una fase de mantención en la cual hay apoyo sicológico cotidiano", dijo el ministro de Salud, Jaime Mañalich desde el campamento improvisado en el lugar del accidente.
"Va a haber toda una rutina de trabajos por turnos, rutinas de juegos, rutinas de manejo sanitario, de evaluación de salud, de manejo de basura, de ropa", agregó.
Tras completar exitosamente el domingo la fase de búsqueda, luego de que una sonda llegara muy cerca del refugio, brigadas de rescate mantienen sus trabajos de asistencia a los mineros atrapados que, en contactos a través de mensajes y de breves comunicaciones, han dicho que se encuentran bien.
"Estamos bien. Esperando que nos rescaten", dijo Luis Urzúa, uno de los operarios atrapados en el primer contacto por un citófono con el ministro de Minería, Laurence Golborne.
Durante la tarde se volverá a establecer otra comunicación con los operarios.
La nueva máquina perforadora requiere de un gran cimiento de cemento que estará terminado en un par de días más y luego se pasará a la fase de perforación propiamente tal, cuando está proyectado que avance a un ritmo de 10 a 15 metros diario, lo que augura varios meses de trabajo.
"Aquí nos vamos a turnar entre 4 hermanos estos meses para poder estar pendiente del rescate", dijo María Segovia, de 48 años, hermana de uno de los mineros atrapados en uno de los peores accidentes en la historia de Chile .
En espera de la instalación de la máquina de Codelco, una segunda sonda llegó la noche del lunes al refugio de los mineros y socorristas reforzaron el nuevo ducto que se utilizará para el envío de alimentos, oxígeno y las cartas de sus familiares.
Al mismo tiempo, el camión que portaba la máquina que realizó el primer sondaje, que ayudó a descubrir la ubicación de los operarios, fue retirado del lugar en una clara señal de que ahora comienza la fase más compleja del rescate.
DE RACIONES DE JUREL A CONSULTAS A LA NASA
En el primer envío para los mineros atrapados fueron bajados frascos de glucosa, linternas, medicinas, además de lápices para que los mineros contesten un breve cuestionario sobre su estado de salud y las condiciones en el lugar.
Luego mandaron oxígeno en tubo, alcohol en gel y alimentos, mientras que el Ministerio de Salud de Chile se contactó con la agencia espacial estadounidense NASA para pedir asesoramiento en la ayuda para la supervivencia en espacios reducidos y por muy largo tiempo.
"Están unidos y con fe, luchando y preocupados de los otros mineros que también estaban dentro de la mina y que ellos no sabían si habían logrado alcanzar la superficie", apuntó el martes el presidente del país, Sebastián Piñera, en la casa de Gobierno tras una ceremonia religiosa ofrecida por los operarios atrapados.
Durante los días que estuvieron aislados, los mineros se organizaron para repartir en pequeñas dosis la comida que poseían y sobrevivieron gracias a cucharadas de jurel cada 48 horas, leche, duraznos en conserva y algunas galletas.
"Esto le va a enseñar al mundo acerca de la sobrevivencia, sobre las ganas de vivir", apuntó la familiar Segovia, cerca de una pequeña tienda donde ha dormido desde el día del accidente, el 5 de agosto.
La mujer sabe que le quedan largas jornadas por delante para estar con su hermano, pero ella, al igual que muchos familiares, piensa que lo peor ya pasó.
"Estamos mucho más relajados y yo sé que mi hermano no se va a quebrar abajo", apuntó.
La máquina Raise Borer Strata 950 llegaría al mediodía a la accidentada mina de cobre y oro San José, en el norte del país, pero las labores de perforación de un pozo de una longitud de 700 metros de profundidad y de unos 66 centímetros de diámetro comenzarían recién al final de esta semana.
El jefe de los sondajes, André Sougarret, indicó que esta previsto que antes del fin de semana concluya la instalación de la máquina proveniente de la división Andina del gigante Codelco, el mayor productor de cobre del mundo.
Y como se estima que las tareas de rescate demorarán entre tres y cuatro meses, un equipo multidiciplinario planea actividades para contener a los mineros en la espera.
"Empieza una fase de mantención en la cual hay apoyo sicológico cotidiano", dijo el ministro de Salud, Jaime Mañalich desde el campamento improvisado en el lugar del accidente.
"Va a haber toda una rutina de trabajos por turnos, rutinas de juegos, rutinas de manejo sanitario, de evaluación de salud, de manejo de basura, de ropa", agregó.
Tras completar exitosamente el domingo la fase de búsqueda, luego de que una sonda llegara muy cerca del refugio, brigadas de rescate mantienen sus trabajos de asistencia a los mineros atrapados que, en contactos a través de mensajes y de breves comunicaciones, han dicho que se encuentran bien.
"Estamos bien. Esperando que nos rescaten", dijo Luis Urzúa, uno de los operarios atrapados en el primer contacto por un citófono con el ministro de Minería, Laurence Golborne.
Durante la tarde se volverá a establecer otra comunicación con los operarios.
La nueva máquina perforadora requiere de un gran cimiento de cemento que estará terminado en un par de días más y luego se pasará a la fase de perforación propiamente tal, cuando está proyectado que avance a un ritmo de 10 a 15 metros diario, lo que augura varios meses de trabajo.
"Aquí nos vamos a turnar entre 4 hermanos estos meses para poder estar pendiente del rescate", dijo María Segovia, de 48 años, hermana de uno de los mineros atrapados en uno de los peores accidentes en la historia de Chile .
En espera de la instalación de la máquina de Codelco, una segunda sonda llegó la noche del lunes al refugio de los mineros y socorristas reforzaron el nuevo ducto que se utilizará para el envío de alimentos, oxígeno y las cartas de sus familiares.
Al mismo tiempo, el camión que portaba la máquina que realizó el primer sondaje, que ayudó a descubrir la ubicación de los operarios, fue retirado del lugar en una clara señal de que ahora comienza la fase más compleja del rescate.
DE RACIONES DE JUREL A CONSULTAS A LA NASA
En el primer envío para los mineros atrapados fueron bajados frascos de glucosa, linternas, medicinas, además de lápices para que los mineros contesten un breve cuestionario sobre su estado de salud y las condiciones en el lugar.
Luego mandaron oxígeno en tubo, alcohol en gel y alimentos, mientras que el Ministerio de Salud de Chile se contactó con la agencia espacial estadounidense NASA para pedir asesoramiento en la ayuda para la supervivencia en espacios reducidos y por muy largo tiempo.
"Están unidos y con fe, luchando y preocupados de los otros mineros que también estaban dentro de la mina y que ellos no sabían si habían logrado alcanzar la superficie", apuntó el martes el presidente del país, Sebastián Piñera, en la casa de Gobierno tras una ceremonia religiosa ofrecida por los operarios atrapados.
Durante los días que estuvieron aislados, los mineros se organizaron para repartir en pequeñas dosis la comida que poseían y sobrevivieron gracias a cucharadas de jurel cada 48 horas, leche, duraznos en conserva y algunas galletas.
"Esto le va a enseñar al mundo acerca de la sobrevivencia, sobre las ganas de vivir", apuntó la familiar Segovia, cerca de una pequeña tienda donde ha dormido desde el día del accidente, el 5 de agosto.
La mujer sabe que le quedan largas jornadas por delante para estar con su hermano, pero ella, al igual que muchos familiares, piensa que lo peor ya pasó.
"Estamos mucho más relajados y yo sé que mi hermano no se va a quebrar abajo", apuntó.
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