POR: UBALDO TEJADA GUERRERO
– Analista Global –
utguerrero31@yahoo.es
“Tengo el sueño de que mis cuatro hijos pequeños vivirán un día en una nación en la que no serán juzgados por el color de su piel, sino por la firmeza de su carácter"
(Dr. Martin Luther King, Jr. Discurso en la Marcha a Washington, 28 de agosto de 1963).
Han transcurrido más de 20 años desde la participación de los cristianos evangélicos con Fujimori, pasando por “Restauración Nacional” el 2006. El 2011, la participación es amplia desde “Gana Perú” (Ollanta Humala) hasta “Fuerza 2011” (Keiko Fujimori) con la característica de afirmar el carácter de ciudadanía evangélica y el libre albedrío de optar por la organización política, pero sin dejar de reconocer que el espacio evangélico cristiano se edifica con principios bíblicos, en medio de una lucha tenaz, multiforme compleja y difícil de corrupción institucionalizada en el Perú.
El reto de los políticos evangélicos es combatir la corrupción en el Estado, entendida ésta, como el abuso de la función pública con el objetivo de obtener un beneficio privado (bienes, poder o prestigio), dejando de lado el Estado de derecho, aumentado el costo de los bienes y servicios, consolidando la desigualdad y la degradación moral en el manejo del presupuesto público.
En el proceso electoral 2,011 aparecen inicialmente como candidatos al congreso por Lima, el Ps. Julio Rosas Huaranga (Fuerza 2,011), la pastora Iris Huidobro de Salazar (APRA), la Pastora. Mirtha Lazo, el Ps. Juan Perry y el empresario Eduardo Yaipén (SN), y finalmente el Ps. Humberto Lay por la “Alianza para el gran Cambio”. Es decir una variedad de opciones, para un futuro análisis.
El investigador Tomás Gutiérrez (Iglesia Evangélica Bautista) expresaba con preocupación una “preparación previa para participar en política” en tres áreas de trabajo: Cultura Política: conocimiento del manejo del Estado y de las necesidades económicas, políticas y sociales del país; Cultura cívica: el conocimiento de los deberes y derechos ciudadanos; Cultura Electoral: conocimiento de las ofertas electorales e importancia de saber elegir (“Saber elegir”).
El ensayo “Evangélicos y Poder en el Perú” del historiador Antonio Flores (Email: floresgavilan@hotmail.com ) expresa que “en el Perú existe un grado de polarización fuerte en la comunidad evangélica peruana, que está compuesta de 4 millones de creyentes, la mayoría de ellos inscritos en las denominaciones pentecostales e iglesias de corte carismático, que tienden a ser conservadoras en el ámbito político. Son las que tradicionalmente mantienen un esquema teológico centrado en la autoridad pastoral que es sinónimo al ser el ungido de Dios, y que las autoridades terrenales son puestas por Dios”.
El Núcleo Político Evangélico de la Libertad (http://www.nucleopolitico.tk/ ) una de las mas grandes redes sociales de internet en el Perú (NPELL npell@googlegroups.com ), el 16-06-09 lanzaron a nivel internacional su manifiesto, expresando la necesidad de: “construir un modelo de desarrollo más humano, más respetuoso de la pluriculturalidad del Perú, de una real democracia participativa en nuestro país, porque existen recursos humanos suficientes para crear tecnologías propias, ajustadas a nuestra realidad”. Ellos mantienen un esquema de su participación en la vida nacional como un llamado que Dios les ha puesto (dones), estando muy cercanos al pensamiento social de la Iglesia católica y en dialogo ecuménico con la Conferencia Episcopal muchas veces..
El 2011 los ciudadanos cristianos evangélicos, van dejando el concepto de la política como una “actividad sucia”, comienzan a participar en diferentes opciones, sea como militantes o invitados, comprendiendo lo que alguna vez el investigador evangélico Dr. Lester McGrath-Andino expresaba: “El definir socialmente la espiritualidad nos abre una experiencia nueva de ser y hacer iglesia. Una iglesia que no levanta paredes, sino que tiende puentes a la sociedad, que ve los problemas del mundo como sus problemas, y que ve la mano de Dios redimiendo y obrando en la historia” (“La Espiritualidad que la iglesia necesita para el año 2000”).
– Analista Global –
utguerrero31@yahoo.es
“Tengo el sueño de que mis cuatro hijos pequeños vivirán un día en una nación en la que no serán juzgados por el color de su piel, sino por la firmeza de su carácter"
(Dr. Martin Luther King, Jr. Discurso en la Marcha a Washington, 28 de agosto de 1963).
Han transcurrido más de 20 años desde la participación de los cristianos evangélicos con Fujimori, pasando por “Restauración Nacional” el 2006. El 2011, la participación es amplia desde “Gana Perú” (Ollanta Humala) hasta “Fuerza 2011” (Keiko Fujimori) con la característica de afirmar el carácter de ciudadanía evangélica y el libre albedrío de optar por la organización política, pero sin dejar de reconocer que el espacio evangélico cristiano se edifica con principios bíblicos, en medio de una lucha tenaz, multiforme compleja y difícil de corrupción institucionalizada en el Perú.
El reto de los políticos evangélicos es combatir la corrupción en el Estado, entendida ésta, como el abuso de la función pública con el objetivo de obtener un beneficio privado (bienes, poder o prestigio), dejando de lado el Estado de derecho, aumentado el costo de los bienes y servicios, consolidando la desigualdad y la degradación moral en el manejo del presupuesto público.
En el proceso electoral 2,011 aparecen inicialmente como candidatos al congreso por Lima, el Ps. Julio Rosas Huaranga (Fuerza 2,011), la pastora Iris Huidobro de Salazar (APRA), la Pastora. Mirtha Lazo, el Ps. Juan Perry y el empresario Eduardo Yaipén (SN), y finalmente el Ps. Humberto Lay por la “Alianza para el gran Cambio”. Es decir una variedad de opciones, para un futuro análisis.
El investigador Tomás Gutiérrez (Iglesia Evangélica Bautista) expresaba con preocupación una “preparación previa para participar en política” en tres áreas de trabajo: Cultura Política: conocimiento del manejo del Estado y de las necesidades económicas, políticas y sociales del país; Cultura cívica: el conocimiento de los deberes y derechos ciudadanos; Cultura Electoral: conocimiento de las ofertas electorales e importancia de saber elegir (“Saber elegir”).
El ensayo “Evangélicos y Poder en el Perú” del historiador Antonio Flores (Email: floresgavilan@hotmail.com ) expresa que “en el Perú existe un grado de polarización fuerte en la comunidad evangélica peruana, que está compuesta de 4 millones de creyentes, la mayoría de ellos inscritos en las denominaciones pentecostales e iglesias de corte carismático, que tienden a ser conservadoras en el ámbito político. Son las que tradicionalmente mantienen un esquema teológico centrado en la autoridad pastoral que es sinónimo al ser el ungido de Dios, y que las autoridades terrenales son puestas por Dios”.
El Núcleo Político Evangélico de la Libertad (http://www.nucleopolitico.tk/ ) una de las mas grandes redes sociales de internet en el Perú (NPELL npell@googlegroups.com ), el 16-06-09 lanzaron a nivel internacional su manifiesto, expresando la necesidad de: “construir un modelo de desarrollo más humano, más respetuoso de la pluriculturalidad del Perú, de una real democracia participativa en nuestro país, porque existen recursos humanos suficientes para crear tecnologías propias, ajustadas a nuestra realidad”. Ellos mantienen un esquema de su participación en la vida nacional como un llamado que Dios les ha puesto (dones), estando muy cercanos al pensamiento social de la Iglesia católica y en dialogo ecuménico con la Conferencia Episcopal muchas veces..
El 2011 los ciudadanos cristianos evangélicos, van dejando el concepto de la política como una “actividad sucia”, comienzan a participar en diferentes opciones, sea como militantes o invitados, comprendiendo lo que alguna vez el investigador evangélico Dr. Lester McGrath-Andino expresaba: “El definir socialmente la espiritualidad nos abre una experiencia nueva de ser y hacer iglesia. Una iglesia que no levanta paredes, sino que tiende puentes a la sociedad, que ve los problemas del mundo como sus problemas, y que ve la mano de Dios redimiendo y obrando en la historia” (“La Espiritualidad que la iglesia necesita para el año 2000”).
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