El flamante presidente de la asamblea nacional de Gobiernos regionales cree que es necesario más independencia del Gobierno Central
(EL Comercio).- Inspirado en César Vallejo, Vladimir Cerrón Rojas, presidente regional de Junín, cree que “toda voz genial nace del pueblo y va hacia él”. Médico de profesión, fue ganador de una beca para estudiar en Cuba y nunca ha ocultado su admiración por el régimen castrista. Se proclama un ferviente defensor de los derechos campesinos frente a la arremetida del tratado de libre comercio, tal como reza en el ideario de Perú Libre, movimiento regional del que es fundador. Los presidentes regionales lo eligieron el pasado miércoles, por unanimidad, presidente de la Asamblea Nacional de Gobiernos Regionales (ANGR).
Se comenta que la elección de la junta directiva de la ANGR fue reñida. César Villanueva, presidente de San Martín, retiró su postulación luego de que viera su posición arisca hacia el Gobierno Central…
No creo que haya sido así. Es cierto que se formaron dos grupos en la elección, pero no porque nos negáramos a dialogar con el Gobierno Central. Nosotros queremos ser escuchados siempre. La división se dio porque unos apostaban por la experiencia de aquellos que fueron reelegidos para el cargo. Otros, la mayoría, creyeron en aquellos que por primera vez asumíamos el manejo de nuestras regiones. Los anteriores presidentes regionales, algunos integrantes de la ANGR, no hicieron sentir su presencia ante el Ejecutivo.
¿Y cuáles serían esos foros de coordinación entre el Gobierno Central y las regiones?
Los presidentes regionales deben tener una presencia en el Ejecutivo y en el Legislativo. Por ello reclamamos que un representante de la ANGR tenga derecho a participar en el Consejo de Ministros, aunque sea solo para ser escuchado, lo mismo en el Legislativo. Se puede aportar mucho porque conocemos más de cerca los problemas de nuestras regiones y estamos más fiscalizados por la población.
Pero muchos presidentes regionales han desarrollado sus carreras fuera de sus regiones. También son foráneos.
Ciertamente. Pero si han podido captar los votos de su pueblo para ser elegidos, quiere decir que han mantenido abiertos los lazos con su región. Podemos haber vivido afuera, pero lo importante es regresar y volcar lo que hemos aprendido en favor del desarrollo de nuestros pueblos.
Las conclusiones de la ANGR sobre descentralización dicen que sin macrorregiones no se avanzará con la descentralización. ¿Están los presidentes regionales dispuestos a ceder sus cuotas de poder?
Hay una buena predisposición a cambio de los incentivos que ofrece el Ejecutivo, como la capacidad de endeudamiento. Pero estas macrorregiones deben establecerse en una integración real, sobre la base de caminos, culturas y tradiciones conjuntas. No pueden ser impuestas por un técnico.
¿Qué competencias faltan para que el Ejecutivo transfiera recursos?
El reparto de presupuesto no es equitativo. Para las regiones solo se deja 29% y el Gobierno Central aún se lleva el 71% del presupuesto. Las regiones necesitan poder cobrar los impuestos generados en su territorio. Es una reforma que no puede postergarse. Si la ANGR trabaja de forma conjunta, puede presionar al Gobierno. Yo veo bastante difícil que el Ejecutivo quiera soltar ese poder. Hasta ahora tiene órganos paralelos a los gobiernos regionales y está acostumbrado a saltarse esta instancia y negociar directamente con las municipalidades.
¿Y se sienten ignorados?
Claro. Son muchos los aspectos en los que el Gobierno Central no consulta a las regiones. El Ejecutivo ha concesionado medio Junín flexibilizando las normas ambientales e ignorando el derecho a la consulta que tienen los pueblos. Estas empresas dañan los suelos, el agua y no dejan ningún beneficio a las comunidades, ni siquiera emplean a las personas de la zona y mucho menos consumen productos de la región. Y todo eso genera resentimiento en el pueblo.
¿Luego de la descentralización fiscal no pedirán más?
Por supuesto. Se necesita ver la descentralización hacia afuera, sobre todo con países de carácter progresista como Bolivia o Venezuela. Se critica a Hugo Chávez, pero Venezuela es uno de nuestros principales mercados textiles. No podremos salir del subdesarrollo si solo nos miramos el ombligo, tenemos que mirar a nuestros vecinos.
¿Cuál es su agenda para Junín?
Mi primer compromiso es con la educación. Necesitamos iniciar una campaña intensiva de alfabetización. Ya hemos dado los primeros pasos en este tema al conseguir comprometer al Sutep a volcarse a la alfabetización. En Junín tenemos 12.000 maestros desocupados que deberían estar alfabetizando las zonas más lejanas de la región, solo necesitamos los recursos.
(EL Comercio).- Inspirado en César Vallejo, Vladimir Cerrón Rojas, presidente regional de Junín, cree que “toda voz genial nace del pueblo y va hacia él”. Médico de profesión, fue ganador de una beca para estudiar en Cuba y nunca ha ocultado su admiración por el régimen castrista. Se proclama un ferviente defensor de los derechos campesinos frente a la arremetida del tratado de libre comercio, tal como reza en el ideario de Perú Libre, movimiento regional del que es fundador. Los presidentes regionales lo eligieron el pasado miércoles, por unanimidad, presidente de la Asamblea Nacional de Gobiernos Regionales (ANGR).
Se comenta que la elección de la junta directiva de la ANGR fue reñida. César Villanueva, presidente de San Martín, retiró su postulación luego de que viera su posición arisca hacia el Gobierno Central…
No creo que haya sido así. Es cierto que se formaron dos grupos en la elección, pero no porque nos negáramos a dialogar con el Gobierno Central. Nosotros queremos ser escuchados siempre. La división se dio porque unos apostaban por la experiencia de aquellos que fueron reelegidos para el cargo. Otros, la mayoría, creyeron en aquellos que por primera vez asumíamos el manejo de nuestras regiones. Los anteriores presidentes regionales, algunos integrantes de la ANGR, no hicieron sentir su presencia ante el Ejecutivo.
¿Y cuáles serían esos foros de coordinación entre el Gobierno Central y las regiones?
Los presidentes regionales deben tener una presencia en el Ejecutivo y en el Legislativo. Por ello reclamamos que un representante de la ANGR tenga derecho a participar en el Consejo de Ministros, aunque sea solo para ser escuchado, lo mismo en el Legislativo. Se puede aportar mucho porque conocemos más de cerca los problemas de nuestras regiones y estamos más fiscalizados por la población.
Pero muchos presidentes regionales han desarrollado sus carreras fuera de sus regiones. También son foráneos.
Ciertamente. Pero si han podido captar los votos de su pueblo para ser elegidos, quiere decir que han mantenido abiertos los lazos con su región. Podemos haber vivido afuera, pero lo importante es regresar y volcar lo que hemos aprendido en favor del desarrollo de nuestros pueblos.
Las conclusiones de la ANGR sobre descentralización dicen que sin macrorregiones no se avanzará con la descentralización. ¿Están los presidentes regionales dispuestos a ceder sus cuotas de poder?
Hay una buena predisposición a cambio de los incentivos que ofrece el Ejecutivo, como la capacidad de endeudamiento. Pero estas macrorregiones deben establecerse en una integración real, sobre la base de caminos, culturas y tradiciones conjuntas. No pueden ser impuestas por un técnico.
¿Qué competencias faltan para que el Ejecutivo transfiera recursos?
El reparto de presupuesto no es equitativo. Para las regiones solo se deja 29% y el Gobierno Central aún se lleva el 71% del presupuesto. Las regiones necesitan poder cobrar los impuestos generados en su territorio. Es una reforma que no puede postergarse. Si la ANGR trabaja de forma conjunta, puede presionar al Gobierno. Yo veo bastante difícil que el Ejecutivo quiera soltar ese poder. Hasta ahora tiene órganos paralelos a los gobiernos regionales y está acostumbrado a saltarse esta instancia y negociar directamente con las municipalidades.
¿Y se sienten ignorados?
Claro. Son muchos los aspectos en los que el Gobierno Central no consulta a las regiones. El Ejecutivo ha concesionado medio Junín flexibilizando las normas ambientales e ignorando el derecho a la consulta que tienen los pueblos. Estas empresas dañan los suelos, el agua y no dejan ningún beneficio a las comunidades, ni siquiera emplean a las personas de la zona y mucho menos consumen productos de la región. Y todo eso genera resentimiento en el pueblo.
¿Luego de la descentralización fiscal no pedirán más?
Por supuesto. Se necesita ver la descentralización hacia afuera, sobre todo con países de carácter progresista como Bolivia o Venezuela. Se critica a Hugo Chávez, pero Venezuela es uno de nuestros principales mercados textiles. No podremos salir del subdesarrollo si solo nos miramos el ombligo, tenemos que mirar a nuestros vecinos.
¿Cuál es su agenda para Junín?
Mi primer compromiso es con la educación. Necesitamos iniciar una campaña intensiva de alfabetización. Ya hemos dado los primeros pasos en este tema al conseguir comprometer al Sutep a volcarse a la alfabetización. En Junín tenemos 12.000 maestros desocupados que deberían estar alfabetizando las zonas más lejanas de la región, solo necesitamos los recursos.
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