
Fuente: Grupo Editorial Bajo La Lupa
Diversos planes de gobierno consideran que una reforma fundamental de los programas sociales debe ser el evitar las "filtraciones" en base a un registro individual de los beneficiarios. Valga la oportunidad para abrir un poco más el panorama sobre este tema.
Hay que señalar primero que este tipo de focalización individual tiene sus limitaciones y desventajas. En primer lugar, tiene un costo económico: el Ministerio de Economía y Finanzas ya lleva varios millones gastados en el llamado SISFOH, y tiene que seguir gastando para mantenerlo actualizado. Por esta razón este sistema es ineficiente en comunidades donde la pobreza es muy alta: el gasto es mayor que el beneficio. Por otro lado, hay ocasiones en los cuales una focalización individual puede tener resultados adversos; la gente puede optar por mentir respecto de sus reales condiciones de vida papar poder acceder a un programa social, y separar a algunos niños de un salón de clase etiquetándolos como "pobres" puede tener consecuencias sicológicas negativas.
El mayor riesgo, sin embargo, es que cualquier sistema en el que las personas tengan que ser clasificadas por un burócrata como pobres antes de poder recibir un servicio básico, puede recortar derechos fundamentales como el derecho a la salud, a la Educación o a la vida. Imaginemos un niño pobre a quien por error, que siempre los habrá, se le exija un pago antes de poder recibir una atención de salud básica. Ese riesgo existe y debe evitarse al máximo.
Hay, además, otros métodos de focalización que en algunas ocasiones pueden ser más eficaces. Los mapas de pobreza, un método geográfico que permite concentrar recursos en los distritos y comunidades más pobres, es un instrumento sencillo y barato. No hay que ser demasiado perspicaz para darse cuenta que una forma de mejorar la focalización del Seguro Integral de salud es entregar más recursos a las regiones más necesitadas.
En algunos programas funciona bien, es la llamada autofocalización. Por ejemplo, en programas de de workfare o empleo temporal, esto se logra estableciendo condiciones de trabajo tales que no resulten atractivas para quienes ya tienen un empleo adecuado. Remuneraciones relativamente bajas y jornadas de trabajo que impidan el dobleteo, son recomendaciones fáciles de aplicar y muy efectivas para estos programas.
Y la clasificación de a una en una de las familias como pobres, es sólo uno de los varios métodos que pueden usarse.
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