lunes, 14 de marzo de 2011

Se necesitan 4 millones de m3 de arena para iniciar rescate de costa de Trujillo

Molón del puerto de Salaverry impide que playas de la provincia se llenen de arena

Trujillo, La Libertad (El Comercio).- Esquivando charcos y restos de lo que alguna vez fue una mesa, avanza resignado Ernesto Vereau. “Así es la naturaleza”, afirma mientras observa la calle llena de piedras enormes, objetos destrozados y lodo, mucho lodo. Da unos pasos y voltea lleno de rabia: “Pero que quede claro que esto no es solo por el tsunami de Japón… aquí en Las Delicias y en todo el litoral trujillano nos enfrentamos diariamente a este tipo de olas debido a la erosión que sufrimos desde hace algunos años. Esto pudo ser peor”.
Los vecinos de las otras 9 casas de ese tradicional balneario que también fueron dañadas por la bravura del mar la madrugada del último sábado confirman su versión. En realidad, más de 30 mil personas afectadas en toda la costa de la provincia de Trujillo señalan que su problema no empezó hace un par de días con el terremoto al otro lado del globo. Según el instituto danés Skagen Innovation Center, que hizo un estudio sobre ese litoral, desde hace más de tres décadas se han perdido 100 metros de playa en 22 kilómetros desde Salaverry hasta Huanchaco, con una profundidad de al menos tres metros. Se estima que se necesitan cuatro millones de metros cúbicos de arena para iniciar el rescate de la costa trujillana. Con ello se recuperarían al menos treinta metros de playa.

Los expertos sostienen que la erosión y los fuertes oleajes son ocasionados por el molón de Salaverry, una construcción de piedras de 1.050 metros de largo (sumado al rompeolas del terminal portuario alcanza una longitud de 1.550 metros) que impide que la arena transcurra con normalidad, de sur a norte, por la corriente marina. Edificado por el Estado en 1982, tiene como fin mantener despejado el canal de navegación por donde entran los barcos.
Antuca Ganoza Vega, defensora de los intereses del balneario de Las Delicias, comenta que por culpa del cuestionado molón en los últimos treinta años se perdieron hasta dos hileras de casas en ese balneario. “Las Delicias era una playa inmensa, tenía un malecón hermoso, con pérgolas e incluso una baranda donde nos sentábamos a conversar, a tocar guitarra. Por eso no da mucha pena lo que estamos pasando”, cuenta Antuca, quien vive allí hace 25 años.
Ella explica que Las Delicias se creó a principios del siglo XX, cuando su abuela Hortencia de Ganoza y otros hacendados dejaban sus fundos para ir a instalarse en sus pequeños ranchos de playa. Ahora, en el sitio, ya no solo están los Mannucci, los Orbegoso, los Iturri: hay casi 12 mil habitantes. En los alrededores de Las Delicias viven también muchas familias. Son precisamente estas las que más han sufrido por la erosión costera. En los últimos dos años se cayeron 36 viviendas.

PELIGRO INMINENTE
Tras el derrumbe de estas y con el aumento del fuerte oleaje se decidió enrocar el balneario y la playa vecina, Acapulco. Todo dentro de Las Delicias. De cierto modo esa medida contuvo la furia del mar, pero no en todo el litoral, ya que en las playas Buenos Aires y Huanchaco continuó la erosión. En la primera, por ejemplo, los muros de contención ya cedieron. Otras medidas de protección tampoco funcionaron. Esto ha generado que cada cierto tiempo se inunden los inmuebles.
En Huanchaco ocurre algo similar, aunque a ellos aún les queda una franja de arena. Parte del malecón se vino abajo y los totorales de donde sale la materia prima para hacer los caballitos de totora están inundándose.
La situación es crítica si se tiene en cuenta que, en realidad, los afectados son los más de 800 mil habitantes de Trujillo. Todos ellos podrían quedarse sin playa.

LA CIFRA
40 Millones de m3 de arena se calcula que se acumularon en el lado sur del molón de Salaverry desde su edificación.

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