Embajadora de EEUU: si no funciona la democracia, lo demás difícilmente tendrá éxito.
Por: Jesús León Ángeles
Chiclayo, Lambayeque.- “El Consejo Nacional para la Ética Pública, Proética, ha escrito una nueva etapa en la historia de la democracia peruana”. Lo afirmó en Lima la embajadora de Estados Unidos en el Perú, Rose Likins, al clausurar la ceremonia en la que se graduaron 100 participantes de la Primera Escuela Nacional Anticorrupción, cuatro de ellos de Chiclayo.
El acto se desarrolló en el marco de la instalación de la II Escuela promovida por Proética con el auspicio de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID Perú) y la Corporación Millenium.
La diplomática norteamericana felicitó a todos los que han hecho posible este trabajo de Proética, a propósito de cumplir USAID 50 años de su presencia en América Latina.
Recordó que al empezar el proyecto de la Escuela Anticorrupción, hace dos años, fue casi como lanzarse a un terreno no bien conocido. Explicó que se sabía que había interés en hacer algo y se intentó apoyar, pero no estaban seguros de que iba a tener éxito. “Ustedes aquí muestran que es mucho más exitoso. Y con esto han empezado un trabajo que vendrá en lo demás de sus vidas y en la participación de cada una de las unidades donde laboran”, dijo.
Rose Likins remarcó que “como representante de los Estados Unidos, que hemos acompañado y apoyado al proceso de la democracia en el Perú, sabemos que la participación de todos los ciudadanos y las respuestas a sus preocupaciones, a sus necesidades, son ingrediente bastante importantes para el éxito de cualquier país democrático”.
Asimismo se sintió satisfecha de haber contribuido con este proyecto y con su éxito; “porque queremos que Perú sea socio nuestro en muchos sentidos; obviamente en temas como comercio, educación, salud. Pero todo se basa en la democracia. Si no funciona la democracia, lo demás difícilmente tendrá éxito. Por eso es un placer apoyar una iniciativa de tanta importancia para el futuro de este país y de nuestra relación”, dijo.
Felicitó a Proética, a su personal y a los monitores que han diseñado y llevado a cabo este programa, que calificó de magnífico, y dijo esperar que continúe.
Los ciudadanos y la corrupción
La embajadora norteamericana señaló que en la lucha contra la corrupción, muchos de los factores importantes pertenecen al Estado, como es el sistema judicial, el de los fiscales, etc.; esa es la parte formal. La otra parte –dijo- es la que representa la ciudadanía, los que viven los temas; los que son afectados por los problemas de la sociedad. “De nuestra experiencia en los EEUU sabemos que los ciudadanos cambian la perspectiva de los gobiernos, con sus voces, sus participaciones. Obviamente, hay que hacerlo con una fundación de información sobre el gobierno, sobre cómo debe funcionar. Y éste es el aporte importante que la Escuela Nacional Anticorrupción de Proética ha dado para este país”, dijo.
La diplomática remarcó que otra parte importante de este proyecto es la red anticorrupción; “saber que tienen compañía en esta ruta difícil, no sólo de nosotros -que espero sientan nuestra presencia y nuestro apoyo- sino también entre ustedes. Nadie tiene el monopolio de la verdad -es la ley de la vida- pero sí podemos aprender unos de otros. Y el hecho de que ustedes ya saben que pueden contar con apoyos, con aprendizajes, con información y perspectivas de sus colegas, es un aporte valiosísimo y espero que mantengan esta conexión que se apoya mutuamente y no hay límite”.
Además de la embajadora norteamericana, en la mesa estuvieron el presidente de Proética, Adrián Revilla; el ex Fiscal de la Nación, Avelino Guillén, la directora ejecutiva de este organismo Cecilia Blondet y Samuel Rotta, organizador de la Escuela y jefe de formación de Proética.
Los graduados por Lambayeque, en esta Primera Escuela Nacional Anticorrupción, son Luis Alarcón Llontop, director de la Escuela de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Señor de Sipán; Larcery Díaz Suárez, periodista y docente de esa casa superior de estudios y además editor del Semanario Expresión; así como los estudiantes universitarios Karl Torres Mirez y Ximena Meléndez Chávez.
Los integrantes de la II Escuela, seleccionados en Lambayeque tras una evaluación similar, son Lorella Otiniano, miembro antiguo de la red, estudiante de la Universidad Señor de Sipán; Carlos Contreras, de la ONG Comisión de Solidaridad y Justicia COSDEJ; Paola Rentería, del Centro Esperanza y Manuel Antonio Bazán, de la USS.
Al final de la ceremonia cada uno de los cien participantes recibió su certificación de graduado.
Problema en potencia
Previamente, Cecilia Blondet calificó a la fecha de la graduación como un día especial para la lucha anticorrupción. Recordó que cuando hace dos años decidieron presentar el proyecto, lo que les animaba a hacerlo fue preguntarse de qué manera vencer este problema tan serio de la corrupción en nuestro país.
Dio a conocer que Proética había trabajado unos años antes y se había elaborado mapas de riesgo y realizado otras investigaciones propias, pero la sensación que se tenía era que no se llegaba a identificar el problema; y menos a entender y actuar de manera eficiente. “De pronto nos dimos cuenta que necesitábamos trabajar con la gente de todo el Perú; no sólo con nosotros y desde Lima. Lo que se necesitaba era transferir capacidades y que fueran muchos los que -cada quien en su lugar pero juntos, como una red-, lucharan contra la corrupción; hablaran sobre la importancia de ésta y pusieran los temas de la transparencia, de la necesidad de control, la exigencia que los partidos políticos pidan rendición de cuentas a sus candidatos; etc.; éste debía ser un tema de todos, no de unos cuantos ni desde Lima”, remarcó.
Manifestó que con esta intención decidieron desarrollara una convocatoria y encontraron que muchos se sumaron a este reto de formar parte de una red en la que también muchos no sabían de qué se trataba. “Hicimos la primera escuela porque pensamos que era muy importante capacitar. Encontramos que en la capacitación debíamos poner énfasis en entender cómo funciona el Estado, cuáles son los riesgos de corrupción, dónde están y cómo hacer para entrenarnos, identificarlos, para luego, desde nuestros lugares, combatirlos”.
LEYENDA FOTOS:
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La embajadora de EUU en el Perú, Rose Likins, clausuró la Primera Escuela Nacional Anticorrupción. A su lado, el Presidente de Proética, Adrián Revilla, la directora ejecutiva, Cecilia Blondet y Samuel Rotta, organizador de la Escuela.
ANTI2
Por Lambayeque, se graduaron Luis Alarcón, Larcery Díaz, Karl Torres y Ximena Meléndez, quienes aparecen con la embajadora norteamericana y los representantes de Proética.
Por: Jesús León Ángeles
Chiclayo, Lambayeque.- “El Consejo Nacional para la Ética Pública, Proética, ha escrito una nueva etapa en la historia de la democracia peruana”. Lo afirmó en Lima la embajadora de Estados Unidos en el Perú, Rose Likins, al clausurar la ceremonia en la que se graduaron 100 participantes de la Primera Escuela Nacional Anticorrupción, cuatro de ellos de Chiclayo.
El acto se desarrolló en el marco de la instalación de la II Escuela promovida por Proética con el auspicio de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID Perú) y la Corporación Millenium.
La diplomática norteamericana felicitó a todos los que han hecho posible este trabajo de Proética, a propósito de cumplir USAID 50 años de su presencia en América Latina.
Recordó que al empezar el proyecto de la Escuela Anticorrupción, hace dos años, fue casi como lanzarse a un terreno no bien conocido. Explicó que se sabía que había interés en hacer algo y se intentó apoyar, pero no estaban seguros de que iba a tener éxito. “Ustedes aquí muestran que es mucho más exitoso. Y con esto han empezado un trabajo que vendrá en lo demás de sus vidas y en la participación de cada una de las unidades donde laboran”, dijo.
Rose Likins remarcó que “como representante de los Estados Unidos, que hemos acompañado y apoyado al proceso de la democracia en el Perú, sabemos que la participación de todos los ciudadanos y las respuestas a sus preocupaciones, a sus necesidades, son ingrediente bastante importantes para el éxito de cualquier país democrático”.
Asimismo se sintió satisfecha de haber contribuido con este proyecto y con su éxito; “porque queremos que Perú sea socio nuestro en muchos sentidos; obviamente en temas como comercio, educación, salud. Pero todo se basa en la democracia. Si no funciona la democracia, lo demás difícilmente tendrá éxito. Por eso es un placer apoyar una iniciativa de tanta importancia para el futuro de este país y de nuestra relación”, dijo.
Felicitó a Proética, a su personal y a los monitores que han diseñado y llevado a cabo este programa, que calificó de magnífico, y dijo esperar que continúe.
Los ciudadanos y la corrupción
La embajadora norteamericana señaló que en la lucha contra la corrupción, muchos de los factores importantes pertenecen al Estado, como es el sistema judicial, el de los fiscales, etc.; esa es la parte formal. La otra parte –dijo- es la que representa la ciudadanía, los que viven los temas; los que son afectados por los problemas de la sociedad. “De nuestra experiencia en los EEUU sabemos que los ciudadanos cambian la perspectiva de los gobiernos, con sus voces, sus participaciones. Obviamente, hay que hacerlo con una fundación de información sobre el gobierno, sobre cómo debe funcionar. Y éste es el aporte importante que la Escuela Nacional Anticorrupción de Proética ha dado para este país”, dijo.
La diplomática remarcó que otra parte importante de este proyecto es la red anticorrupción; “saber que tienen compañía en esta ruta difícil, no sólo de nosotros -que espero sientan nuestra presencia y nuestro apoyo- sino también entre ustedes. Nadie tiene el monopolio de la verdad -es la ley de la vida- pero sí podemos aprender unos de otros. Y el hecho de que ustedes ya saben que pueden contar con apoyos, con aprendizajes, con información y perspectivas de sus colegas, es un aporte valiosísimo y espero que mantengan esta conexión que se apoya mutuamente y no hay límite”.
Además de la embajadora norteamericana, en la mesa estuvieron el presidente de Proética, Adrián Revilla; el ex Fiscal de la Nación, Avelino Guillén, la directora ejecutiva de este organismo Cecilia Blondet y Samuel Rotta, organizador de la Escuela y jefe de formación de Proética.
Los graduados por Lambayeque, en esta Primera Escuela Nacional Anticorrupción, son Luis Alarcón Llontop, director de la Escuela de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Señor de Sipán; Larcery Díaz Suárez, periodista y docente de esa casa superior de estudios y además editor del Semanario Expresión; así como los estudiantes universitarios Karl Torres Mirez y Ximena Meléndez Chávez.
Los integrantes de la II Escuela, seleccionados en Lambayeque tras una evaluación similar, son Lorella Otiniano, miembro antiguo de la red, estudiante de la Universidad Señor de Sipán; Carlos Contreras, de la ONG Comisión de Solidaridad y Justicia COSDEJ; Paola Rentería, del Centro Esperanza y Manuel Antonio Bazán, de la USS.
Al final de la ceremonia cada uno de los cien participantes recibió su certificación de graduado.
Problema en potencia
Previamente, Cecilia Blondet calificó a la fecha de la graduación como un día especial para la lucha anticorrupción. Recordó que cuando hace dos años decidieron presentar el proyecto, lo que les animaba a hacerlo fue preguntarse de qué manera vencer este problema tan serio de la corrupción en nuestro país.
Dio a conocer que Proética había trabajado unos años antes y se había elaborado mapas de riesgo y realizado otras investigaciones propias, pero la sensación que se tenía era que no se llegaba a identificar el problema; y menos a entender y actuar de manera eficiente. “De pronto nos dimos cuenta que necesitábamos trabajar con la gente de todo el Perú; no sólo con nosotros y desde Lima. Lo que se necesitaba era transferir capacidades y que fueran muchos los que -cada quien en su lugar pero juntos, como una red-, lucharan contra la corrupción; hablaran sobre la importancia de ésta y pusieran los temas de la transparencia, de la necesidad de control, la exigencia que los partidos políticos pidan rendición de cuentas a sus candidatos; etc.; éste debía ser un tema de todos, no de unos cuantos ni desde Lima”, remarcó.
Manifestó que con esta intención decidieron desarrollara una convocatoria y encontraron que muchos se sumaron a este reto de formar parte de una red en la que también muchos no sabían de qué se trataba. “Hicimos la primera escuela porque pensamos que era muy importante capacitar. Encontramos que en la capacitación debíamos poner énfasis en entender cómo funciona el Estado, cuáles son los riesgos de corrupción, dónde están y cómo hacer para entrenarnos, identificarlos, para luego, desde nuestros lugares, combatirlos”.
LEYENDA FOTOS:
ANTI1
La embajadora de EUU en el Perú, Rose Likins, clausuró la Primera Escuela Nacional Anticorrupción. A su lado, el Presidente de Proética, Adrián Revilla, la directora ejecutiva, Cecilia Blondet y Samuel Rotta, organizador de la Escuela.
ANTI2
Por Lambayeque, se graduaron Luis Alarcón, Larcery Díaz, Karl Torres y Ximena Meléndez, quienes aparecen con la embajadora norteamericana y los representantes de Proética.
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