jueves, 7 de julio de 2011

Más de 12 millones de peruanos trabajan de manera informal

Según el Mintra, el empleo formal creció 5,5% en abril impulsado por las mypes

(El Comercio).- Uno de los problemas más grandes de nuestro país en materia laboral es la informalidad. De acuerdo con el estudio “Empleo informal y política de protección social en el Perú”, más de 12,3 millones de trabajadores (el 79,4% de la PEA) se encuentran en la informalidad.
Tatiana Velazco, consultora del Wiego-CIES y autora del estudio, explicó que los sectores de servicios (42,8%) y comercio (28%) concentran el mayor volumen de trabajadores informales, seguidos por la industria (12,3%)
Según grupos de edad, la especialista señaló que los trabajadores más vulnerable son los de 14 a 29 años. De acuerdo con sus cálculos, 7 de cada 10 trabajadores informales tienen entre 13 y 17 años.
La preocupación, en ese sentido, surge ante la posibilidad de que estos adolescentes no puedan pasar a la formalidad al no contar con una formación académica. Cabe recordar que el 86,5% de los trabajadores informales ha cursado, como máximo, la secundaria.
Otra de las preocupaciones a futuro es la baja afiliación al sistema de pensiones (13,1%). Para la especialista, los bajos ingresos, la falta de información y la desconfianza son los principales factores que influyen en estos resultados. Esta situación, por consiguiente, deja a los trabajadores más vulnerables ante situaciones de riesgo.

LO QUE FALTA
Ante este panorama, el Gobierno Central y algunas entidades están creando (y fortaleciendo) medidas para impulsar la formalidad.
Entre el 2005 y el 2009 se ha visto un avance en la reducción de la informalidad laboral. Según el estudio de Wigo-CIES, este retroceso fue de 5 puntos porcentuales, al pasar de 84% a 79%.
Cifras más actuales nos indican que este ingreso a la formalidad no se ha detenido. El Ministerio de Trabajo (Mintra) indicó que en abril el empleo formal creció en 5,5% frente al mismo mes del 2010.
Javier Barreda, viceministro de Promoción del Empleo y Capacitación Laboral, remarcó que el 88% de las empresas que impulsaron este crecimiento fueron las microempresas.
Tomando como base los registros de planillas electrónicas, el funcionario mencionó que, después de Lima, Arequipa es la segunda ciudad de mayor crecimiento.
Barreda remarcó que el empleo adecuado también creció, en promedio, 7% a 10% anual del 2005 al 2009.
Pese a estos avances, las cifras lamentablemente no llegan a ser significativas. Carmen Vildoso, ex viceministra de Trabajo, considera que se debe hacer mucho más en este tema.
Remarcó la importancia de elaborar políticas distintas para cada tipo de trabajadores independientes tanto del área rural como de la urbana.
Como evidenció el estudio “Empleo informal y política de protección social en el Perú”, la mayoría de políticas aplicadas siempre se ha focalizado en apoyar a las microempresas (para aumentar su productividad) y no ha tomado en cuenta la heterogeneidad de los trabajadores informales.
Y es que este grupo está formado principalmente por trabajadores independientes no calificados (42,2%), seguidos por colaboradores familiares no remunerados (29,1%), asalariados que no cuentan con contrato ni beneficios laborales (16,1%), conductores de negocios (5%) y trabajadoras del hogar (1,3%).
Vildoso agregó que se ha avanzado mucho en la afiliación de trabajadores al seguro de salud (a través del SIS), pero que se tienen que complementar con un mejor presupuesto que asegure un buen servicio.
Pero, además de una mayor partida presupuestal para estos proyectos, debería haber una mayor participación de los gobiernos regionales para el impulso de la formalización.
Estas críticas fueron aceptadas por Javier Barreda, quien mencionó que no necesariamente descentralizar el manejo de los programas de protección social genera una buena gestión.
“Creo que hay algunas acciones que se pueden descentralizar, pero no todo”, sentenció.

EL PROGRAMA NO PUEDE HACERLO TODO
Según Wigo-CIES en el Perú, si bien el SIS (Seguro Integral de Salud) ha ampliado su número de afiliados a buen ritmo, su presupuesto no ha acompañado esta expansión.
Esto habría afectado el acceso efectivo en las modalidades del SIS subsidiado (para las personas en pobreza) y el SIS semisubsidiado (mype).
Asimismo, el acceso de las mypes a Essalud se restringe al segmento que puede pagar la remuneración mínima vital (s/.600) y está afiliado al Remype.
A diferencia de otras empresas, las unifamiliares y de subsistencia no se afiliarán al Remype, por lo cual Wigo-CIES recomienda crear programas que impulsen su productividad.

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