miércoles, 16 de mayo de 2012

ELECCIÓN VOCACIONAL SIGLO XXI: ¿PORQUÉ TENDRÍA QUE ELEGIRTE A TÍ?

Por: León Trahtemberg
leon@trahtemberg.com
http://www.trahtemberg.com

Acabo de tener una linda experiencia con alumnos de 5to de secundaria y sus padres en el colegio Talentos de Trujillo. Se trataba de darles pautas para su orientación vocacional a los jóvenes y sus padres, que no se basara en los tradicionales “tests” o ferias de opciones universitarias, sino en la reflexión sobre los criterios que vale la pena tomar en cuenta a la hora de hacer un plan de vida futura en el cual la elección vocacional es solo un componente inicial. Además, tomar nota que esta elección se repetirá muchas veces en sus vidas, cada vez que la acumulación de experiencias y oportunidades del mercado laboral abran nuevos horizontes para su realización profesional o académica. En todos esos casos, la pregunta clave que enfrentarán estos jóvenes es “si hay cien profesionales como tú aspirando a un mismo puesto ¿por qué habrían de elegirte a ti?”
Por otro lado ¿qué sentido tiene angustiarse y sentirse presionados para elegir una carrera profesional hoy, cuando ellos van a vivir otros 100 años, y en 10 años más muchas de las carreras actualmente ofrecidas no van a existir y en cambio existirán otras cuya existencia ahora ni siquiera imaginan?
Confrontamos casos de países del primer mundo como el de España que tiene 50% desempleo de jóvenes menores de 25 años, Irlanda 33%, el promedio de Europa es 22% y en Estados Unidos es 25% y además tiene 50% de graduados del primer título universitario que están desempleados o subempleados haciendo tareas de egresados de secundaria. Estos escenarios sin duda tienen implicancias enormes para la evaluación vocacional de los escolares de hoy que debe enfocarse de modo diferente a la tradicional por la enorme presión del componente laboral, tecnológico y de rotación académica. Ya terminó el siglo de “te gradúas como profesional, ingresas a una empresa y sigues allí toda tu vida, con beneficios sociales”. Así mismo, terminó el siglo de “trabajarás en la carrera que estudiaste”. Lo que el mercado necesita usualmente no coincide con lo que estudiaron los graduados universitarios en profesiones convencionales.
Por otro lado, la lógica del mercado laboral es la siguiente: mientras sea más barata la mano de obra o actividad profesional humana frente a los robots, se la contratará. Ni bien se encarezca, será reemplazada por robots o software inteligente. Inclusive para el cuidado personal de enfermos y ancianos ya se están desarrollando robots con características cada vez más similares a los seres humanos.

Visto desde el punto de vista económico, los datos muestran que la rentabilidad de costearse estudios superiores para varias carreras es negativa. Es decir, lo que invierten para formarse como profesionales no se justifica ante los magros ingresos que lograrán una vez graduados, comparado con lo que ganarían sin haber estudiado un título universitario.
Ser un profesional con ingresos de empleado de clase media en A. Latina y crecientemente en Estados Unidos y Europa, ya no permite tener un nivel de vida comparable a la generación anterior. Siendo así, hay que pensar en las características de la formación personal más que en la sola carrera profesional, como el camino más adecuado para encontrar un buen empleo o desarrollar un emprendimiento empresarial.
Agreguemos a eso que los jóvenes que están hoy en la secundaria van a vivir unos 120 años gracias al galopante avance de la medicina y si en ese lapso cambiarán de trabajo, empresa, carrera y país al menos unas 25 veces ¿qué sentido tiene atribuirle al 1er título de educación superior un carácter tan determinante y angustiante?.
Lo interesante de esta charla con los jóvenes y padres del colegio Talentos no fue solo la receptividad inicial de los temas tratados, sino la reacción posterior, ya que me mandaron diversos mensajes por facebook haciendo notar los aspectos de la charla que les fueron particularmente útiles en los cuales aún seguían pensando (cosa que para mí es muy importante), haciéndome además nuevas consultas que permitían continuar la comunicación por el correo electrónico o el chateo del facebook .
En suma, si queremos darle una orientación vocacional pertinente a los tiempos, sería bueno intentar hacer un giro conceptual respecto a la tradicional (y obsoleta) concepción de orientación vocacional.

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