jueves, 3 de enero de 2013

Perú, perspectivas 2013

Por: Ubaldo Tejada Guerrero – analista global
El crecimiento económico del Perú, no debe ocultar los grandes retos para el 2,013, como superar el déficit de infraestructura por US$88 mil millones, la incapacidad del Estado para ejecutar todos los proyectos de inversión que permitirían reducir esa brecha.Los resultados saltan a la vista de S/.36,6 mil millones presupuestados el 2,012, hasta el 20 de diciembre solo había gastado 65%, es decir S/.23,7 mil millones, que en resumen de acuerdo a información del Ministerio de Economía y Finanzas, el Gobierno Nacional ejecutó 75% de sus inversiones, los municipios, 58%, y las regiones, 66%. Es decir no todo es crecimiento, sino sostenibilidad.

Pero lo anterior nos lleva a afirmar, porque el Estado peruano es desbordado: detrás de esa falta de ejecución existe la ausencia de Proyecto Estratégico, cuyo eje educativo (ciencia y tecnología) el dé un valor agregado al crecimiento macroeconómico, proyectos no bien formulados que no aprueban el Sistema Nacional de Inversión Pública (SNIP), ausencia de capacidad técnica para su ejecución, y la alta rotación de los funcionarios de alto nivel, especialmente ministros, viceministros y directores.

Finalmente la reforma del Estado, se ha contemplado como prioridad, las reformas de la salud pública y del servicio civil, y la publicación del registro de funcionarios que han cometido irregularidades o delitos en la administración pública, incluyendo el registro publicado en el portal de Internet de la Presidencia del Consejo de Ministros, lo que hará fácil detectar si personas corruptas se encuentran trabajando en una institución del Estado y en tal caso hacer la denuncia correspondiente, en el nivel local, regional y nacional.

A ello debe acompañar Plan Estratégico de combate frontal a la delincuencia y el narcotráfico, lo mismo que superar la falta de institucionalidad eficiente y honesta, especialmente de los partidos políticos.
El crecimiento económico para que se traduzca en proyectos de inclusión social, siguen siendo insuficientes los esfuerzos del Estado, para mejorar el nivel gerencial de sus directivos, como el proyecto de los gerentes públicos del programa Servir, que son sólo son 500 los gerentes, los que se han incorporado a la administración pública, número es aún insuficiente como para mejorarla, cuya data se viene arrastrando desde 1,950.

Existe un débil desempeño del Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo, que urgentemente necesita superar el 2,013: fortalecer y especificar las sanciones que tendrán que afrontar las empresas que no cumplan con la Ley de Seguridad y Salud en el Trabajo, cuyas inspecciones se iniciarán en enero, la reforma del servicio civil, asunto de largo alcance y que debe realizarse con prudencia, y el tema de la informalidad que es una meta a largo plazo.

Un aspecto delicado del Estado peruano está referido a la institucionalidad de los partidos políticos y las organizaciones empresariales, divorciados de una sociedad nacional emergente (nueva clase media) que nos se siente representada políticamente desde 1990 y cuyo origen tiene una data desde 1940, cuya esencia es migrante andino o selvático. Está pendiente una auténtica macro regionalización, que supere la actual departamentalización.

El CEPLAN necesita vigencia práctica en la visión del Perú, especialmente en el diseño de una educación de calidad, en la cual se mantenga la equidad para los niños indígenas y de áreas rurales; un Proyecto Educativo Nacional como marco rector; y una apuesta por una pedagogía alejada de los moldes autoritarios.

Especialmente una gestión honesta, profesional y ética. La reforma magisterial mantiene una injerencia del Ministerio de Economía y Finanzas en las políticas educativas, respondiendo a criterios de caja fiscal; insostenible deterioro profesional del magisterio, su desconfianza y distancia de las políticas educativas; y falta de una relación significativa entre accionar pedagógico y el contexto de desarrollo nacional y mundial.

Si queremos que el crecimiento económico sea sostenible, y nos incorporemos al siglo XXI, es urgente un acuerdo nacional para elevar el estatus profesional del maestro; que entre el tema ambiental en la agenda pedagógica sin el temor equivocado a que “politice” la Educación, pero fundamentalmente que la Educación no se someta sin regulación a las leyes del mercado, pero si trabajemos por ligar mediante proyectos educativos tecnológicos el binomio: universidad-empresa, cuyo eje sea la investigación científica.

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