Por: Manuel Rodríguez
El abandono de los padres de sus obligaciones educativas con los hijos, la desmotivación de los alumnos y la excesiva burocratización de las instituciones educativas, están contribuyendo al deterioro de la convivencia escolar, donde los insultos, las amenazas, las peleas, el rechazo, la marginación, etc. se están convirtiendo en algo habitual y común.Esta problemática fue detectada durante un acucioso estudio de investigación realizado por un equipo de graduandos en el Doctorado de Psicología Infantil de la Escuela de Postgrado de la Universidad César Vallejo.
El trabajo estuvo focalizado en el distrito Victor Larco, que su problemática es similar o parecida a otras comunidades.Este inédito trabajo de investigación, que contribuirá a mejorar la solución de conflictos de violencia social mediante estrategias desde la temprana edad de las personas (7 a 9 años), será de mucha valía e importancia para las autoridades involucradas en resolver la inseguridad ciudadana en el Perú.
El grupo de investigadores esta conformado por los magisters: Mirtha Fernández Mantilla, Iris Palacios Serna, Edilberto Horna Clavo y Olga Gamarra Chirinos. Señala el estudio que el conflicto es una constante en la vida social en la que se comparten necesidades y expectativas, tal es así que se transmiten como legado de padres a hijos, de generación en generación, se fortalecen dentro de cada cultura y sociedad (la familia, la escuela, el barrio, el trabajo, etc.).
Sin embargo el conflicto, que naturalmente viene ayudar a los procesos de interacción, también acarrea una serie dificultades cuando las formas comportamentales pueden causar mayores problemas, por convertirse en reacciones antisociales y dañinas para la persona y toda una comunidad.
Explica que entre las conductas que aparecen manifiestas, como parte del déficit o incompetencia social, vienen a ser las respuestas agresivas, impulsivas, de abuso (bullying), etc. que al final vienen a generar un desequilibrio dentro del sistema social.
Por eso una de las principales preocupaciones de los educadores en las instituciones escolares ha sido, y aún continúan siéndolo, las cuestiones relacionadas con la indisciplina escolar a causa de la dificultad de los alumnos para manejar sus propias frustraciones y por ende los conflictos entre compañeros.
El docente trata de involucrarse para ayudar a los escolares a tomar mejores formas de resolver problemas, pero se encuentran con pautas de crianza que al ser sembradas por los padres, éstas resultan difíciles sacarlas del repertorio. Por lo que se procede solo a sancionarse conductas sin el mejor mérito a que con ello se logre el cambio. Al final el niño puede reprimir conductas por el temor a ser castigado pero no porque haya interiorizado formas más saludables en su proceso de interacción social.
No se desea que los niños no tengan conflictos, lo que se desea es que los niños actúen saludablemente frente al conflicto y que esta situación mejore su competencia social futura y tengamos una sociedad capaz de actuar de manera asertiva frente a las contingencias y adversidades.
De la serie de revisiones entre los términos relacionados al conflicto escolar encontramos los siguientes: agresividad, violencia, conflictos, intimidación, bullying, vandalismo, conductas antisociales, conductas disruptivas, problemas de convivencia, etc. Con este tipo de panorama, resulta preocupante, sobre el quehacer frente a esta problemática y se plantean las respuestas en relación a las formas o tipos de conflicto que se presenten dentro de cada realidad. El trabajo realizado también servirá a los docentes y psicólogos a coadyuvar a solucionar el problema.
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