Recordemos que el primer movimiento global fue convocado el sábado, 15 de octubre del 2011, a través de las redes sociales. Se trató de una expresión más de las protestas que se iniciaron en España el 15 de mayo del 2011. Algunas réplicas fueron las de Wall Street y Grecia, entre otros países y en Latinoamérica como Chile y Brasil.
En Lima, fue la plaza San Martín la que albergó a los protestantes. En Facebook se pudieron ver diversos grupos haciendo un llamado a la movilización.
Éstas potestades de éste siglo, desde el golpe de Fujimori el 5 de abril de 1,992, tuvieron en el Perú la destrucción de la precaria democracia y junto con ello arrasaron con el tejido de las instituciones de la sociedad civil (incluyendo los partidos políticos) y en su extremo la corrupción de las mentes colectivas, especialmente de nuestra juventud.
Ernesto Cardenal, el gran poeta cristiano nicaragüense expresa sus 88 años: “no se deben perder las esperanzas de lograr un mundo mejor, donde el bienestar no sea el privilegio de unos pocos. La visión actual de la revolución por venir se basa en los movimientos anti-globalización, la libertad de expresión y la comunión acelerada de ideas que permite internet, así como los movimientos ecologistas”.
Termina diciendo Cardenal: “no podemos saber qué formas tendrán las próximas revoluciones, porque las revoluciones siempre fueron algo nuevo. Toda revolución nos acerca a ese Reino, aun una revolución perdida. Habrá más revoluciones. Pidamos a Dios que se haga su revolución en la tierra como en el cielo".
Por ello la gota que rebasó el vaso de la paciencia de nuestra juventud peruana, se dio justo en la entidad mas desprestigiada: el congreso de la república, cuya repartija y cubileteo para elegir los cargos mas representativos de la sociedad civil: Tribunal Constitucional, Defensoría del Pueblo y Banco Central de Reserva; tuvieron la respuesta histórica de nuestra juventud, que dejaron sus trabajos y estudios para decirle a Ollanta: ¡Basta de corrupción!
Tenemos que decir: muchas gracias apreciados jóvenes convocantes de la "INDIGNACION NACIONAL", es una demostración de que en nuestro país todavía existen remantes de la juventud que luchan y lucharán activamente por una Democracia Real y no figurada; y por una regeneración moral de la política nacional.
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