Por Pilar Marín Bravo
Hasta hace unos años, Lima era el principal polo de atracción para los migrantes del interior del país que llegaban en busca de mejores oportunidades económicas y sociales para ellos y sus familias. Hoy, ese panorama hay cambiado y son otras las regiones que se consolidan como alternativas.
La calidad de los servicios públicos, el desarrollo comercial y las posibilidades de un mercado laboral atractivo logrado por 14 regiones del país en los últimos 50 años, son los principales factores que han influido en este cambio de destino para la migración en el Perú.
Según el análisis de la Organización Internacional de las Migraciones (OIM), elaborado sobre la base de censos de población y vivienda del Instituto Nacional de Estadística e Informática entre 2007 y 2012, si bien Lima sigue siendo la ciudad con el número más alto de población migrante asentada, son otras las regiones que recibieron la mayor cantidad en el último medio siglo.
Las regiones de Arequipa, Tacna, San Martín, Madre de Dios, La Libertad, seguidas de Tumbes, Moquegua y Lambayeque son señaladas como los 8 principales destinos de seis millones de peruanos. Se trata de departamentos donde el crecimiento del desarrollo productivo, comercial, turístico y de servicios ha despertado el interés de personas que no encuentran buenas perspectivas en sus lugares de origen.
El citado estudio también destaca el incremento de la migración rural en regiones como Áncash, Piura, Cusco, Loreto, Ucayali e Ica, lo cual revela el mejoramiento de las condiciones de sus capitales de departamento que atraen a los pobladores del campo a la ciudad.
Contrariamente a las zonas que reciben la llegada de migrantes está el caso de aquellas regiones que han perdido población por la migración, como son los casos de Cajamarca, Puno, Ayacucho, Huancavelica, Apurímac y Huánuco. Los conflictos sociales, el bajo nivel productivo y de inversión social son algunos de los factores que explican las causas del abandono de la población.
Para los analistas, si bien la migración interna cumple un rol importante en la integración campo-ciudad-país, puede ser perjudicial porque si bien de un lado beneficia a un sector de la población (los migrantes), su región de origen se puede ver perjudicada por el despoblamiento y la ausencia de mano de obra.
Si bien la migración es un fenómeno social que siempre ha existido, es necesario considerar la necesidad de atender el desarrollo económico y social de las regiones que motivan la migración de sus pobladores, propiciando la consolidación de nuevos polos de crecimiento y mayores alternativas de calidad de vida en las regiones.
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