lunes, 8 de septiembre de 2008

Jequetepeque, el color y sabor del “Claro”


Pacasmayo.- Tan ancestral como el imperio de los incas, la chicha de jora ha ido evolucionando a través del tiempo.
Conocida también como la bebida de los incas, este néctar que resulta de hervir el maíz en estado de germinación conocido como jora, y endulzado hasta fermentarse y convertirse en licor con tongos de chancaca, sirvió para demostrar que no sólo en la España Europea se le rinde culto al dios Baco.

Hoy Jequetepeque acuña todo el sabor a tradición que emana del aroma y color caramelo oscuro de este licor, que por muchos años y generaciones fue tratada para lograr llegar a un punto ideal. La fórmula ha viajado a través del tiempo hasta llegar a nuestro siglo, y llegan de todos los rincones de la patria y del mundo para caer rendidos ante su tierno calor embriagador.
En el ex fundo el Platanal en Jequetepeque, doña Juana Esteves de Maco simboliza la herencia de la tierra del famoso “Claro”, la chicha de jora que es aguardada con paciencia por el lapso mínimo de un año, el tiempo que requiere para que tenga cuerpo y color. Para lograr el toque de sabor y fermentación, depende mucho de la calidad de la chancaca, explica doña Juana, ésta debe proceder de caña madura, de las chipas deben brotar lágrimas de miel oscura, de estas lágrimas nacen después la euforia y alegría que te proporciona esta bebida revitalizante. (Carlos Arbitres)

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