Un lugar tranquilo cerca al mar, dónde el sol descansa por las tardes y los pájaros reposan sobre la arena del balneario de Buenos Aires llamado avenida Manuel Seoane, en honor a un recordado aprista, será la nueva morada de la Sirena de Víctor Larco. Aquí, la esbelta estatua ya no escuchará los estresantes ruidos del claxon de los taxistas ni será testigo de los accidentes vehiculares que ocurrían frente a sus ojos.
Ayer por la mañana, los 8 obreros que fueron destinados para la obra denominado "Traslado de la sirena" empezaron el levantamiento e instalación de los 4 metros y medio que mide la sirena. Un arduo trabajo que duró más de 8 horas, el cual estuvo supervisado por el alcalde de la comuna, Víctor Vásquez Llamo.
Aquí escribes el resto del contenido que no se vera.
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(Correo)
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