viernes, 24 de julio de 2009

Calabacitas

Por: Willy Quevedo
willyquevedotamayo@yahoo.com

La parricida Giuliana Llamoja solo estuvo detenida cuatro años por matar a su madre. Argumento que tomo un cuchillo en defensa propia, nunca preparo la agresión y el deceso de su progenitora fue a consecuencia de un corte accidental.
Jorge Glenni mantuvo una relación de cuatro años con el estilista Marco Antonio. Es imposible convivir tanto tiempo con una persona si no se siente afecto por ella. El fallecimiento se produjo luego de una discusión apasionada que se desbordo violentamente y el mas frágil llevo la peor parte.
Glenni sostiene que nunca tuvo intención de matarlo. Prueba de ello es que no llevo un arma al encuentro.
Tanto Llamoja como Glenni son jóvenes y bellos. Esta condición ha sido motivo de antipatía de gran parte de la opinión publica; que los condeno antes de analizar, si existió móvil, alevosía y ventaja en los hechos luctuosos.
El robo no fue la razón de la actuación de Glenni. Es un muchacho tan apuesto que fácilmente puede conseguir varias parejas que lo mantengan.
Glenni siempre considero a Marco Antonio como un padre. El peinador era famoso, adinerado, inteligente y le sobraban conquistas. Glenni soportaba la poligamia de su pareja porque a su manera lo amaba.
Seria injusto que a Glenni se le condene a más de 12 años de cárcel. Su gran error fue enamorarse de alguien que estaba en otro nivel intelectual y social.
La otra reflexión es acerca de la sobrevaloración de los empresarios emergentes. Esta de moda un discurso semiacadémico que endiosa a todos los nuevos ricos.
Basta con tener pinta de provinciano y éxito en los negocios para que uno se convierta en un icono, vendiendo la idea que cualquier persona con voluntad, capacidad de trabajo y talento comercial puede ser un ejemplo nacional.
En el caso de Marco Antonio si bien apreciamos su laboriosidad, también es cierto que no respetaba los derechos de sus trabajadores, quienes no gozaban de seguro social, pago por horas extras y vacaciones.
En conclusión, Glenni es una victima por ser bello e ingenuo. Asimismo, estamos obligados a ser más desconfiados de las figuras de éxito que nos imponen los medios masivos de comunicación.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Podemos seguir llamando parricida a la señorita Giuliana Llamota? Seguí esta tragedia porque ella fue compañera de estudios del hijo de un amigo y no me cabe duda de que ella es la victima. No me voy a extender en el caso donde la única herida profunda la tiene ella en la mano como resultado de arrebatarle el cuchillo a su madre en un acto de legítima defensa.
Por cierto que hay violencia en el trato que recibe, tal vez con un componente racial por ser ella blancona; con el agravante emocional para el público por la imagen que predomina de entrega y sacrificio por parte de la figura materna. Muchos pensaran en su propia relación con su mamá al juzgar y condenar a la muchacha.
Permítanme hacer un acercamiento de estos casos con la forma como se maltrata al jugador Pizarro, que es culpable por los “delitos” de tener éxito en lo futbolístico, en las finanzas, en los negocios y, al parecer (envidia insoportable para los magalizados), en lo familiar; con el agravante inexcusable de ser blancon con modales de clase media. Me viene a la memoria mientras escribo, las quejas de una septuagenaria blanca de origen argentino sobre las agresiones que es objeto en Santa Clara (Vitarte, Lima), donde priman los emigrantes de la sierra central; que ilustra con el relato sobre como le lanzaron un objeto mientras subía a su viejo Volkswagen después de realizar sus compras en un mercadillo de Vitarte.
Un abrazo,
Quique