
http://ivanlariva.blogspot.com/
Razones profesionales me llevaron nuevamente a una de mis ciudades favoritas en la región andina de nuestro país, Cajamarca. Esta vez no sólo sentí el mensaje de los muros del Cuarto de Rescate relatándome el final de una etapa histórica del Perú; no sólo sentí el mensaje del Arco de la calle 13 de julio que nos recuerda en triunfo de las tropas peruanas sobre las chilenas en San Pablo en 1882, durante la infausta guerra del Pacífico. En esta oportunidad sentí una singular emoción al estar frente a la “Cruz de Piedra”, ubicada en una de las calles céntricas de la ciudad del Cumbe, escenario del llamado “Tercer juramento del Libertador Bolívar”.
Cuenta la historia que el primer juramento lo realizó Simón Bolívar el 22 de enero de 1803 a la muerte de su esposa María Teresa Rodríguez del Toro y Alayza en Caracas, donde juró no volver a casarse; y vaya si lo cumplió.
Mas tarde, el 15 de agosto de 1805 en Roma sobre la colina de Monte Sacro,
Simón Bolívar cual predestinado para la redención de los pueblos hispano americanos, prometió romper las cadenas de la opresión, cuando en presencia de su maestro Don Simón Rodríguez y su pariente Don Fernando Rodríguez del Toro exclamó: "Juro delante de Usted, juro por el Dios de mis padres, juro por ellos, juro por mi honor y juro por mi Patria, que no daré descanso a mi brazo ni reposo a mi alma, hasta que haya roto las cadenas que nos oprimen por voluntad del poder español".
El tercer juramento lo haría en la ciudad peruana de Cajamarca un 17 de diciembre de 1823 precisamente ante la Cruz de Piedra donde Bolívar, según reza la placa conmemorativa, “Juró vengar la muerte de Atahualpa” y se propuso reivindicar el derecho de una raza a la libertad que perdió con la prisión y sacrificio del el último inca.
Recordemos que en las páginas de oro de la independencia americana, leemos que Bolívar desde Quito, una vez organizado el gobierno después del brillante triunfo del general de brigada Antonio José de Sucre en Pichincha "Cima de la libertad" el 24 de mayo de 1822, se traslada hasta el Perú llegando al puerto de El Callao el 10 de septiembre de 1823, a partir de ese momento se dedica incansablemente a organizar, equipar y adiestrar al nuevo Ejército, paralelamente coordinaba las actividades políticas para la dura tarea de libertar esa importante región.
En su recorrido por el norte del Perú pasó por Cajamarca, ciudad ubicada a 2.750 metros de altura, capital del departamento del mismo nombre los días 13, 14, 15, 16 y 17 de diciembre de 1823 donde tres siglos atrás, el 26 de julio de 1533 fue ejecutado Atahualpa, inca nacido en Quito e hijo de Huayna Cápac, quien pagó con su vida el hecho de ser el monarca de un imperio cuyas riquezas rayaban en el mito y en la leyenda. A Bolívar le vino a la mente su juramento de Monte Sacro y ante sus lugartenientes y amigos que lo acompañaban, el día 17 al frente de una antigua "Cruz de Piedra" al pie del cerro de Santa Apolonia, antes de despedirse pronunció proféticamente una vibrante oración jurando vengar ante esa cruz la muerte de Atahualpa a manos del conquistador Francisco Pizarro.
Recordemos que el pueblo cajamarquino ya había dado muestras de patriotismo cuando algunas autoridades locales apoyadas por la masa campesina a cuya cabeza se hallaba el cacique don Silvestre Astopilco, acordaron en Cabildo abierto, adherirse a la causa patriótica y proclamar la independencia de Cajamarca el 08 de Enero de 1821. Ante tal situación los vecinos realistas se abstuvieron de toda hostilidad, y prudentemente, el Subdelegado español Felipe del Risco Torres entregó el gobierno local al Alcalde don Antonio Rodríguez de Mendoza, quién desde ese entonces se convirtió en el primer Gobernador patriota de Cajamarca.
Durante su estancia en

Con el correr del tiempo, Bolívar con la victoria de Junín primero y después a
Estos fueron los tres juramentos del Libertador Bolívar, el primero ante la tumba de su esposa en Caracas (Venezuela), el segundo en Roma (Italia) y el tercero en Cajamarca del Perú.
0 comentarios:
Publicar un comentario