lunes, 26 de abril de 2010

Gasto público impulsa crecimiento, pero podría generar inflación

Hay que ir quitando el pie del acelerador, pero con las elecciones ad portas es difícil

(El Comercio).La historia va así: la economía peruana está reaccionando más rápido que lo previsto (5,92% en febrero) por algunos economistas, que como Ricardo Lago, dicen que el Perú podría crecer hasta 8% este año. Evidentemente, este crecimiento es explicado en gran medida por el gasto público.
Lago asegura que ello podría llevar la inflación hasta 6%, resultado de la generación de cuellos de botella en algunos sectores de la plataforma productiva; es decir, que la pelea por asegurarse algunos bienes lleve al alza de sus precios.

CRECER E INFLACIÓN
Pero ¿es posible que el Perú pueda crecer un 8% este año? No hay consenso alrededor de esto —pero sí dudas— la mayoría plantea un crecimiento de entre 5% y 6,5% al año.
“Este será el segundo mejor año de la década [...] crecer a 6,5% es sostenible porque está en línea con el PBI potencial”, asegura el economista y director de Macroconsult, Élmer Cuba.

El Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), el Banco Central de Reserva (BCR), las consultoras Macroconsult, IPE, Apoyo y Maximixe y los bancos BBVA, BCP y Scotiabank —entre otras instituciones— esperan un crecimiento parecido sin inflación que, de darse, sería resultado de choques de oferta externos.
Pero ¿y si el Gobierno Central decidiera seguir gastando al ritmo que lo hizo el año pasado impulsando el crecimiento por encima de 6,5%?
El MEF proyecta un crecimiento moderado de 5,5% y un déficit que no superaría el 1,4% del PBI. El BCR espera que el MEF no se desboque y en su reporte de inflación de marzo sostuvo que las presiones por más gasto fiscal han amainado. Como curándose en salud.
Pero no todos confían en el Gobierno. El economista de la Universidad San Ignacio, Kurt Burneo, piensa que si García sugiere que la economía podría crecer 8% es porque hará todo lo posible para que así sea “pensando en (las elecciones del) el 2016 y la foto del final de su gobierno, sin importar la sostenibilidad del crecimiento ni mantener su variabilidad, lo que complica el planeamiento de las empresas”.
Burneo cree que crecer a tasas cercanas al 8%, impulsados por el gasto público, generará al menos una inflación de 3% para fin de año. El BCR espera solo un 2%.
El presidente de la Confiep —también economista de profesión— Ricardo Briceño, es más moderado y también opina que el crecimiento estará alrededor de 6% “que no es tanto, pues lo comparamos con una base baja del 2009”. Pero si crecimos 0,9% en el 2009 y crecemos 6% en el 2010; en realidad estamos creciendo casi 7% en relación al 2008; año en el que crecimos 9,8%. Nada mal. Él afirma que si hay inflación, el BCR elevará la tasa de referencia sin duda.

MÁS IMPULSO FISCAL
Aquí, la mala noticia es que pocos analistas están dispuestos a apostar por un estímulo fiscal menos agresivo. Como Burneo, se piensa que la coyuntura electoral que se avecina tenderá a elevar el gasto.
“Las presiones para gastar van a ser muy fuertes y el MEF no podrá frenar todas esas exigencias”, sostiene el economista de la Universidad de Piura, Juan José Marthans.
El economista principal del IPE, Pablo Secada, piensa más o menos igual: “el MEF predice un déficit de 1,4% este año [...] probablemente esté subestimando los ingresos por tributos, lo que podría permitir que el gasto se incremente sin aumentar el déficit. En realidad, lo que se debería hacer es guardar balas en caso se produzca una recaída y buscar que el déficit sea 0%”.
Burneo coincide con ambos y agrega que “lo que se viene es una farra fiscal que pondrá en aprietos al BCR, debido a las presiones inflacionarias que se generarán.
La ministra de Economía, Mercedes Aráoz, ha afirmado que además de continuar con el paquete fiscal anticrisis no habrá mayor expansión fiscal y que más bien se buscará hacer recortes presupuestales en algunas instituciones. Lo que se duda es si se logrará hacerlo en la presente coyuntura electoral y teniendo en cuenta que más bien hay presión por aumentar el gasto en S/.6.000 millones (proyectos ya presentado al Congreso).
Para Guillermo Arbe del Scotiabank, el jefe del departamento de economía de la PUCP, Waldo Mendoza, Cuba, Perea y Secada se debe evitar el gasto extra y dejar que la economía camine con sus propios pies. En cuanto a la política monetaria, la recomendación pasa por elevar la tasa de referencia del BCR (está en 1,25%) para evitar que en términos reales sea negativa (la inflación proyectada es 2%).

¿LA TASA DE REFERENCIA COMO FRENO?
Pero no es tan sencillo. Según diversos economistas, en la práctica el BCR tiene hoy un triple objetivo (dos más que su mandato constitucional): estabilidad de precios, actividad económica y estabilidad del tipo de cambio en una economía dolarizada al 45%.
La principal herramienta que tiene el BCR para controlar la liquidez es la tasa de interés de referencia, pero en una economía en la que la mitad de la actividad económica es informal y la mitad de la mitad formal está en dólares, esa herramienta sirve a medias y debe ser complementada.
“Va a tener que recurrir a elevar los encajes”, asegura Marthans; “va a tener que elevar la tasa de referencia antes de lo previsto”, sostienen Arbe y Secada; “ambas herramientas son sucedáneas, pero imponer encajes tiene sus límites”, dice Burneo y agrega que elevar las tasas de interés tiene un rezago alto.
Si el BCR eleva las tasas antes que los países vecinos, los inversionistas internacionales de corto plazo vendrían en tropel a hacer “carry trade”: se financian en dólares a tasas bajísimas, en EE.UU. o Europa, cambian los dólares a soles y los depositan a tasas más altas en soles, con lo que se benefician del diferencial de tasa y del de tipo de cambio que, definitivamente, se habrá de mover.
Previéndolo, el FMI recomendó a las economías emergentes tomar medidas que consideradas como control de capitales por los puristas de la economía de mercado, para evitar la volatilidad cambiaria que, aunque marginal, tiene un impacto en la inflación.
La pelota la tiene el BCR. Esperemos que el MEF ayude.

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