martes, 27 de abril de 2010

Sepa cómo evitar las discusiones entre sus hijos

Debemos enseñarle con el ejemplo a los niños que la amistad es mejor que la rivalidad. (Foto: Flickr clarity)

(RPP) Las peleas entre hermanos se generan por diferentes factores como personalidad de cada uno, la diferencia de edad, si la etapa por el que están pasando es complicada, la forma como los padres afrontan dichas peleas, etcétera.
Mientras las peleas no se conviertan en rutina, puede catalogarse como algo normal y típico de la infancia porque siempre habrá desacuerdos entre los hijos, ya que cada uno es un ser único.
“Es importante que los padres traten por igual a sus hijos, ya que si ocurre lo contrario puede ocasionar celos entre ellos y es la principal razón por la que los niños pelean”, dijo el terapeuta familiar Ricarte Cortéz en el programa Confidencias.
Es difícil que los niños conozcan sus límites y cómo actuar con un hermano. Cada uno de ellos, siempre querrá ser el mejor atendido por los padres y el más querido. Si los hijos sienten que los padres los tratan “diferente”, el hermano “más querido” se convertirá en el intruso de la familia.
Los celos entre hermanos pueden comprenderse como una respuesta a una sospechada y potencial amenaza o al miedo a perder o ver reducido el cariño y la atención de los padres.

El terapeuta indicó que los hermanos que pelean demasiado es porque ninguno logra identificarse. Por ello, los padres deben estar alerta y enseñarles con el ejemplo, que lo mejor es construir una relación de amistad, pues la violencia empeora las relaciones. El rol de hermanos debe estar delimitado por los padres.

¿Cómo deben actuar los padres?
Los padres deben ponerse en ambas situaciones y conocer cuál es la razón de las discusiones. Siempre escucha a las dos partes.
Los consejos deben ser para todos los hermanos y de manera fraterna.
Los padres deben actuar como ejemplo. Si reaccionan con golpes o gritos, durante las peleas entre hermanos, estos reaccionarán igual.
La atención, permisos, regalos, felicitaciones y protección debe ser la misma para los hermanos.
Intervenir en peleas de niños es inútil, porque para pelear se necesitan dos y ambos tendrán la culpa, uno por iniciar la pelea y el otro por seguirla.
Luego de una pelea es bueno conversar al respecto con cada uno de los hijos. A la víctima o el victimario, se le debe reconocer sus sentimientos y explicarles que peleando o golpeando a su hermano no va a arreglar nada.
Los hijos deben desenvolverse en un “círculo de seguridad” que les permita jugar y aprender, pero también sentir que sus padres están cerca para limitarlos, controlarlos y cuidarlos.

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