Por: Willy Quevedo
willyquevedotamayo@yahoo.com
En Chile, el gobierno de Sebastián Piñera premiara con 500 dólares a parejas que cumplan 50 años de casadas en los próximos treinta y seis meses.
Es una medida que busca promover el matrimonio en las clases sociales de menores recursos. Serán beneficiadas 11,300 parejas que conmemoran sus bodas de oro.
Las preguntas pertinentes son ¿por que hay tantos convivientes? ¿Cuales son las razones de vivir bajo un mismo techo, criar hijos durante décadas y no casarse?
Una explicación podría ser que aun se conserva la costumbre andina del servinacuy que consiste en que la novia acepta vivir un tiempo en la casa del novio. Es decir, ella prueba antes de aceptar el matrimonio para siempre.
Este ensayo permite a la joven apreciar el carácter de su pretendiente y evitar así atar su existencia a la de un ocioso o violento.
El servinacuy que debía ser temporal con los sucesivos acontecimientos familiares se prolonga indefinidamente y la pareja se olvida de formalizar su unión de acuerdo a ley.
El concubinato también se ha incrementado proporcionalmente al número de fracasos matrimoniales. Ahora muchos jóvenes temen repetir los dramáticos pasos de sus padres divorciados y deciden compartir un departamento sin casarse.
En síntesis, el matrimonio esta asociado a la perdida de independencia. En una época que reina el individualismo es lógico que los solteros huyan de un compromiso a perpetuidad.
Otro factor que influye en la popularidad del concubinato es el machismo imperante.
Padres irresponsables que confían a no ser obligados a sufragar la alimentación, vestido y educación de sus hijos si no están casados.
La seguridad jurídica de la pareja es una de las principales razones para casarse. Si uno de los dos muere, el cónyuge solo presenta la copia de la partida y recibe los derechos hereditarios. En cambio, de no existir matrimonio, el conviviente atraviesa por trámites engorrosos y humillantes.
Llama la atención que la gran mayoría de concubinatos se presenten en las clases populares. Eso significa que los jóvenes emergentes no se dejan presionar por las amenazas de condenas sociales o religiosas.
En conclusión, Piñera esta arando en el mar. El divorcio ya se instalo en la sociedad moderna. En la siguiente generación, las parejas solo se soportaran medio siglo si les ofrecen 100 mil dólares.
willyquevedotamayo@yahoo.com
En Chile, el gobierno de Sebastián Piñera premiara con 500 dólares a parejas que cumplan 50 años de casadas en los próximos treinta y seis meses.
Es una medida que busca promover el matrimonio en las clases sociales de menores recursos. Serán beneficiadas 11,300 parejas que conmemoran sus bodas de oro.
Las preguntas pertinentes son ¿por que hay tantos convivientes? ¿Cuales son las razones de vivir bajo un mismo techo, criar hijos durante décadas y no casarse?
Una explicación podría ser que aun se conserva la costumbre andina del servinacuy que consiste en que la novia acepta vivir un tiempo en la casa del novio. Es decir, ella prueba antes de aceptar el matrimonio para siempre.
Este ensayo permite a la joven apreciar el carácter de su pretendiente y evitar así atar su existencia a la de un ocioso o violento.
El servinacuy que debía ser temporal con los sucesivos acontecimientos familiares se prolonga indefinidamente y la pareja se olvida de formalizar su unión de acuerdo a ley.
El concubinato también se ha incrementado proporcionalmente al número de fracasos matrimoniales. Ahora muchos jóvenes temen repetir los dramáticos pasos de sus padres divorciados y deciden compartir un departamento sin casarse.
En síntesis, el matrimonio esta asociado a la perdida de independencia. En una época que reina el individualismo es lógico que los solteros huyan de un compromiso a perpetuidad.
Otro factor que influye en la popularidad del concubinato es el machismo imperante.
Padres irresponsables que confían a no ser obligados a sufragar la alimentación, vestido y educación de sus hijos si no están casados.
La seguridad jurídica de la pareja es una de las principales razones para casarse. Si uno de los dos muere, el cónyuge solo presenta la copia de la partida y recibe los derechos hereditarios. En cambio, de no existir matrimonio, el conviviente atraviesa por trámites engorrosos y humillantes.
Llama la atención que la gran mayoría de concubinatos se presenten en las clases populares. Eso significa que los jóvenes emergentes no se dejan presionar por las amenazas de condenas sociales o religiosas.
En conclusión, Piñera esta arando en el mar. El divorcio ya se instalo en la sociedad moderna. En la siguiente generación, las parejas solo se soportaran medio siglo si les ofrecen 100 mil dólares.
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