Promueva actividades en casa acorde con la edad
Fuente: Diario El Comercio
Quizá en algún momento se ha preguntado cuándo sería adecuado que los hijos asuman algunas tareas en casa como tender su cama, ordenar su ropa u otros hábitos.
“La responsabilidad es la capacidad de asumir situaciones a las que nos enfrenta la vida cotidiana, de forma oportuna y eficiente. Asimismo, cumplir con lo que corresponde, sin ser obligado y sintiendo satisfacción por lo logrado. Esta tiene dos niveles, el individual y el colectivo. Así como nos desarrollamos como mejores personas siendo responsables, también debemos reconocer que nuestras decisiones u omisiones afectan a otros”, explica Carmen Vásquez de Velasco, educadora de la organización Sumbi.
Los padres deben promover el valor de la responsabilidad en sus hijos desde pequeños y a lo largo de todo el desarrollo infantil. “Conforme crece, el niño –añade la educadora– descubre que cada acción genera una respuesta, así aprende que si no sigue determinadas pautas, habrá una consecuencia para él o para los demás. Por ejemplo, si dejo mis juguetes sin guardar, estos se pierden o se rompe una pieza. Por ello, si se motiva al pequeño con afecto y lúdicamente, aprende a guardar sus juguetes, es decir, asume una responsabilidad”.
Valerie Hage, psicóloga del Centro de Terapia Cognitiva Psicotrec, recomienda estimular la noción de responsabilidad cuando el niño comienza a seguir instrucciones simples, que es entre el año y medio y los 2 años.
“Comience promoviendo actividades de cuidado personal, como lavarse los dientes, lavarse las manos antes de comer. Cuando son un poco más grandes, acciones como ordenar sus juguetes luego de jugar, ordenar su ropa luego de desvestirse, llevar su plato y lavarlo. Todo esto se puede fomentar a través del juego”, refiere Hage.
PUNTO DE VISTA
El valor de la responsabilidad
La responsabilidad es fundamental para vivir en sociedad, pues implica cumplir con las labores o actividades que nos asignan, y ello involucrará directa o indirectamente a otros. Ser responsables es asumir los compromisos y cumplir con nuestra palabra. De ello dependerá que otros confíen en nosotros. Es importante enseñarles a los niños desde pequeños a cumplir sus deberes, ya sean personales, familiares, escolares, etc. Para esto establezca tareas que puedan asumir y anímelos a realizarlas. Fije normas claras y brinde recompensas por cumplir sus compromisos. Ello los motivará a seguir haciéndolo. Recuerde que puede orientarlos y ayudarlos, pero no asumir las responsabilidades de sus hijos.
ADHARA AMPUERO SALA. PSICÓLOGA CLÍNICA
PARA TENER EN CUENTA
Reglas de oro
La psicóloga Valerie Hage recomienda incentivar tareas adecuadas para el nivel de desarrollo físico, cognitivo y social del niño. Si se le pide algo para lo cual no está preparado, el pequeño no lo logrará y sentirá vergüenza o frustración, lo que tendrá consecuencias negativas en su autoestima.
Nárrele cuentos que fomenten el sentido de responsabilidad con uno mismo y con los demás.
Establezca reglas de oro que todos cumplan –incluso los padres– y que se vayan consensuando entre todos, según la edad de los hijos. La constancia permite que se interioricen normas; y hacer que los niños participen ayuda a que estas sean aceptadas, recomienda la educadora Carmen Vásquez de Velasco.
Fuente: Diario El Comercio
Quizá en algún momento se ha preguntado cuándo sería adecuado que los hijos asuman algunas tareas en casa como tender su cama, ordenar su ropa u otros hábitos.
“La responsabilidad es la capacidad de asumir situaciones a las que nos enfrenta la vida cotidiana, de forma oportuna y eficiente. Asimismo, cumplir con lo que corresponde, sin ser obligado y sintiendo satisfacción por lo logrado. Esta tiene dos niveles, el individual y el colectivo. Así como nos desarrollamos como mejores personas siendo responsables, también debemos reconocer que nuestras decisiones u omisiones afectan a otros”, explica Carmen Vásquez de Velasco, educadora de la organización Sumbi.
Los padres deben promover el valor de la responsabilidad en sus hijos desde pequeños y a lo largo de todo el desarrollo infantil. “Conforme crece, el niño –añade la educadora– descubre que cada acción genera una respuesta, así aprende que si no sigue determinadas pautas, habrá una consecuencia para él o para los demás. Por ejemplo, si dejo mis juguetes sin guardar, estos se pierden o se rompe una pieza. Por ello, si se motiva al pequeño con afecto y lúdicamente, aprende a guardar sus juguetes, es decir, asume una responsabilidad”.
Valerie Hage, psicóloga del Centro de Terapia Cognitiva Psicotrec, recomienda estimular la noción de responsabilidad cuando el niño comienza a seguir instrucciones simples, que es entre el año y medio y los 2 años.
“Comience promoviendo actividades de cuidado personal, como lavarse los dientes, lavarse las manos antes de comer. Cuando son un poco más grandes, acciones como ordenar sus juguetes luego de jugar, ordenar su ropa luego de desvestirse, llevar su plato y lavarlo. Todo esto se puede fomentar a través del juego”, refiere Hage.
PUNTO DE VISTA
El valor de la responsabilidad
La responsabilidad es fundamental para vivir en sociedad, pues implica cumplir con las labores o actividades que nos asignan, y ello involucrará directa o indirectamente a otros. Ser responsables es asumir los compromisos y cumplir con nuestra palabra. De ello dependerá que otros confíen en nosotros. Es importante enseñarles a los niños desde pequeños a cumplir sus deberes, ya sean personales, familiares, escolares, etc. Para esto establezca tareas que puedan asumir y anímelos a realizarlas. Fije normas claras y brinde recompensas por cumplir sus compromisos. Ello los motivará a seguir haciéndolo. Recuerde que puede orientarlos y ayudarlos, pero no asumir las responsabilidades de sus hijos.
ADHARA AMPUERO SALA. PSICÓLOGA CLÍNICA
PARA TENER EN CUENTA
Reglas de oro
La psicóloga Valerie Hage recomienda incentivar tareas adecuadas para el nivel de desarrollo físico, cognitivo y social del niño. Si se le pide algo para lo cual no está preparado, el pequeño no lo logrará y sentirá vergüenza o frustración, lo que tendrá consecuencias negativas en su autoestima.
Nárrele cuentos que fomenten el sentido de responsabilidad con uno mismo y con los demás.
Establezca reglas de oro que todos cumplan –incluso los padres– y que se vayan consensuando entre todos, según la edad de los hijos. La constancia permite que se interioricen normas; y hacer que los niños participen ayuda a que estas sean aceptadas, recomienda la educadora Carmen Vásquez de Velasco.
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