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Un gobierno democrático se basa en un acuerdo entre los ciudadanos y los gobernantes elegidos en votación. El ciudadano aporta con su trabajo, responsabilidad social e impuestos; mientras que las políticas públicas es el encargado de distribuir los recursos entre la población. Sin embargo la ineficiencia pública acarrea muchas veces, el incumplimiento del contrato social y peor aún, el desentendimiento las necesidades del proceso social. Así, la ausencia de oportunidades, la desigualdad, la exclusión y la pobreza deslegitimiza el Estado y genera el retito del apoyo ciudadano, causando la desintegración social, el conflicto y la violencia.
El ambiente político latinoamericano experimenta una revaloración y orientación más pronunciada a comparación de otros años en temas de Seguridad Ciudadana, lucha contra la pobreza, descentralización, el sub empleo y muchos más. Sin embargo las prácticas ortodoxas generan más gato público que eficiencia en los resultados.
La política social es definida en términos de servicio social como educación, la salud, o la seguridad social; sin embargo este instrumento gubernamental para regular y complementar las instituciones del mercado y las estructuras sociales. Es decir, “la política social debe incluir conceptos como distribución, protección, justicia social. Este instrumento consiste en situar a los ciudadanos en el núcleo de las políticas públicas, ya no mediante un suministro de asistencia social residual, sino incorporando sus necesidades y voz en todos los sectores.”(1)
Muchos gobiernos han implementado el capital humano, los empleos productivos, potenciando la cohesión social y por ende un mayor compromiso en el desarrollo económico general y particular.
En la historia
Durante la década de los 80 y 90, la política social fue de carácter asistencialista centrada en servicios básicos. Dos décadas después los gobiernos asumieron el crecimiento económico como principal medida de desarrollo, mientras que la política social fue marginada en términos de importancia. Sin embargo países como América del Norte, Australia, Nueva Zelanda asumieron como objetivo principal la política social, implementando y expandiendo esta herramienta política, años después estos países alcanzaron un nivel social impresionante, porque lograron una cohesión social, lo que provocó el interés por el desarrollo.
En los últimos tiempos en América Latina, la política social, se está reinventando, y se están asumiendo como parte principal de planes de gobierno, en miras a las elecciones.
Una política social bien implementada supone más que redes asistenciales. Las políticas sociales pueden promover el empleo, el desarrollo contribuyendo a la erradicación de la marginación, la pobreza y hasta los disturbios sociales.
En una mini encuesta durante la última semana realizada por un grupo de estudiantes de la Universidad Nacional de Trujillo, de 20 personas sobre su posición frente a la política, 19 de las respuestas dijeron “ya no hay confianza”. Esto demuestra brevemente que necesitamos cohesión social asumiendo responsabilidades dentro de las políticas públicas y como ciudadanos.
Fuente: Estrategia Nacional de Desarrollo, Isabel Ortiz, ONU.
http://esa.un.org/techcoop/documents/SocialPolicy_Spanish.pdf
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