martes, 19 de julio de 2011

Declaraciones del Cardenal Juan Luis Cipriani atentan contra el Estado Democrático y la vigencia de los derechos humanos

Lima.- DEMUS llama la atención sobre el peligro que significa para un Estado democrático y para la vigencia de los derechos humanos, el discurso de personajes públicos como el vertido por el Sr. Juan Luis Cipriani, quien utilizando su cargo como Cardenal y bajo la excusa del ejercicio de sus derechos a la libertad de religión y a la libertad de expresión, descalifica a autoridades elegidas democráticamente, buscando que la política pública se regule conforme a los dogmas de la religión que profesa.
El Sr. Cipriani, en un programa radial que dirige, señaló que hay autoridades que pretenden “alterar el orden natural” y que “Hoy, cualquier chilindrina quiere explicarnos el mundo”, en clara alusión a la posibilidad de que la Municipalidad de Lima apruebe una Ordenanza contra la Discriminación por Orientación Sexual e Identidad de Género.
Con este tipo de declaraciones, el Sr. Cipriani busca impedir que el Estado cumpla con su “deber primordial” de garantizar la plena vigencia de los derechos humanos . Es preciso indicar que el ordenamiento jurídico nacional ha proscrito la discriminación por orientación sexual de las personas, al igual que el sistema internacional de derechos humanos. El año pasado, en Lima, la Asamblea General de la OEA adoptó su tercera Resolución sobre “Derechos Humanos, Orientación Sexual e Identidad de Género” en la que se resolvió “alentar a los Estados a que tomen todas las medidas necesarias para asegurar que no se cometan actos de violencia u otras violaciones de derechos humanos contra personas a causa de su orientación sexual e identidad de género”.

Asimismo, este tipo de declaraciones incentiva el menosprecio y odio hacia las lesbianas, gays y trans, cuya sexualidad o identidad de género son calificadas como contrarias al “orden natural”. Esta posición legitima la violencia contra la comunidad LTGB, la que durante el año 2010 tuvo un saldo de 18 asesinatos y múltiples actos de violencia y discriminación ; asimismo esta posición justifica que la reacción más frecuente de un padre o una madre ante un hijo gay o una hija lesbiana sea someterlo/a a una terapia psicológica o psiquiátrica (58% en Lima y 70% en Ayacucho) , pese a que la homosexualidad no es considerada una enfermedad por la comunidad científica desde 1973.
Finalmente, este tipo de declaraciones vulnera la independencia y autonomía del Estado respecto a la Iglesia Católica y excede sobremanera el reconocimiento que se le pueda tener como elemento importante en la formación histórica, cultural y moral del Perú . Si bien, en su calidad de Arzobispo de Lima y Cardenal elegido por el Vaticano el Sr. Cipriani tiene facultades para dirigirse a sus fieles, éstas no pueden, ni deben propiciar un atentado contra el Estado democrático, ni la legitimación e incentivo de la discriminación por orientación sexual e identidad de género. (Martina Ramón Sánchez)

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