lunes, 9 de enero de 2012

CRÓNICA DE VIAJE: CALI MODERNO

Por: Lic. Humberto M. Landeras Rodríguez
Relacionista Público

humbertolanderas@hotmail.com

La capital del departamento del valle del Cauca, es Cali, segunda ciudad más importante de Colombia, alberga el 10 por ciento del total de la población de 40 millones de habitantes; el río Cali divide en dos la urbe; el norte, corazón agrícola del valle, con Palmira, provincia emblemática a 26 km bañada por el río Cauca, productora de azúcar todo el año y el sur, comercial, con sus elegantes tiendas, boutiques, restaurantes, cafeterías y académica, por las universidades públicas y privadas establecidas en esa zona.
Cali tiene ventajas sobre otras regiones por diversas razones: su infraestructura vial, con bellas autopistas bien construidas que unen varios municipios, tienen ciclovías, pistas para trotar y teléfonos de emergencia, evadir el pago de peaje conlleva una multa de US$ 2,500; hay intercambios viales para el transporte en autobuses articulados llamados Mio, con más de 250 km de recorrido y movilizan 2.5 millones de pasajeros mensuales por diversos sectores de la ciudad.
Sorprende el servicio de taxis, pequeños, abastecidos con gas barato: el valor de la carrera se paga según el kilometraje recorrido, a fin de aligerar el tránsito establecieron el programa “Pico y Placa”, que prohíbe el tránsito de vehículos públicos o privados por el número de la placa, se aplica de lunes a viernes, de 7 a 10 a.m. y de 5 a 8 p.m.; los infractores pagarán 300 mil pesos (150 dólares ó 450 soles) más el internamiento del vehículo; 40 mil vehículos por día dejan de circular; pilotos y acompañantes de motos usan cascos y casacas con numero de la placa.
La municipalidad de Cali o Centro Administrativo Municipal funciona en un edificio de 13 pisos; su alcalde, Rodrigo Guerrero, continua las 21 megaobras de su antecesor Iván Ospina, destacan la construcción de la avenida Colombia de 1 km longitud, incluyendo un túnel de 700 m, el remozado estadio Pascual Guerrero para el mundial Sub 20, el servicio del Mio que mejora la movilidad urbana, la recuperación de espacios públicos con parques, avenidas con juegos de agua, monumentos, nuevas vías, puentes, etc.; los moradores pagan las mejoras algunos con reticencia y muchos con nobleza.
Otro de los ingredientes que hacen a Cali moderno, innovador, es el turismo que se vive en diversos sectores del valle tal como nos los cuenta Santiago Chavarriaga Garzón, un valluno (nacidos en el valle), de 14 años, inquieto, excelente guía de su ciudad, pero un poco renegón cuando le cantamos la tonada del vocalista de la orquesta colombiana Niche: “... si yo pudiera elegir el lugar donde quisiera morir, sería el Perú, sería el Perú, sería el Perú…”. A su mare, responde imitando nuestros peruanismos.

El zoológico de Cali es uno de los mejores de Latinoamérica, el verdor del valle da vida al Jardín Botánico de 12 ha de bosque tropical, miradores como el cerro Tres Cruces, San Antonio con la estatua al fundador de la ciudad Sebastián de Belalcazar; la Ermita, iglesia con modelo alemán, la Torre de Cali de 40 pisos, parques la del Gato que encuentra en el río a sus “novias” de nombres sugestivos Gata Bandida, Gachuza, Gata Roja, etc.
Por sobre todo lo que hace diferente a Cali, es la alegría, la sabia farandulera, la simpatía de sus habitantes, su cultura, costumbres, gastronomía, folklore, que junto al garbo y la belleza de las caleñas, atraen cada año millones de turistas.

Foto 1.- Iglesia La Ermita, de corte alemán.
Foto 2.- Edificio de 13 pisos de la Municipalidad de Santiago de Cali
Foto 3.- Impecables avenidas en el centro de Cali

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