miércoles, 11 de enero de 2012

CRÓNICAS DE VIAJE: CAFÉ COLOMBIANO

Por: Lic. Humberto M. Landeras Rodríguez
Relacionista Público

humbertolanderas@hotmail.com

“El café le hacía reflexionar, entibiaba el ambiente, volvía suave el recuerdo, café amigo de la tierra, fiel confidente, el de la estimulación generosa”, escribía el periodista colombiano Manuel Mejía Vallejo, en la Casa de las Dos Palmas”; era el sentir de los paisas tras sembrar el café, degustarlo y, al igual que ayer, unir a colombianos y a visitantes, hacerlos confidentes y amigos.
Ruta obligada en visita al país de la cumbia y del vallenato es conocer el triángulo del café en Manizales, Pereira y Armenia, en los departamentos de Risaralda, Caldas y Quindío, lugares de exuberante belleza y abundante vegetación, deleita la vista del caminante transitar sobre alfombras teñidas de verde alumbradas por el generoso sol que brilla en los arroyos de agua transparente.
Quizá logre Colombia incorporar el paisaje cafetalero en la lista de Bienes Culturales y Naturales de la UNESCO, ya obtuvieron para ser Patrimonio de la Humanidad, hay razones de peso: en el Parque Nacional de Café en el Quindío, se muestra su historia, museos interactivos reproducen la vida rural del campesino, sus coloridas casas; las primeras fondas, especie de casas desvencijadas, alivio de caminantes y de animales, pero también de desahogo espiritual de los paisas; los precursores del café, los jesuitas en el siglo XVIII, expandieron las semillas por Santander, Cundinamarca, Antioquia y en el viejo Caldas, hasta a la bonanza económica en el siglo XX, convirtiendo a Colombia en el segundo país productor mundial, preservar y mostrar la cultura del café a través de diversas facetas, desde la siembra hasta su industrialización y comercialización, es imán que atrae a visitantes.
Hay diversas formas de conocer la vida de los pueblos y de su gente. El trato directo es sentimiento y aprendizaje “con mucho gusto señor”, respuesta a un servicio, dice del agrado de acogernos, o quizá degustar el sabor, aroma de un café, en el restorán Don Fernando, en Finlandia, donde a decir de muchos vende el mejor café de Colombia, es comprender porque los colochos están orgullosos del cultivo emblemático que llega a consumirse en los 5 continentes.

El itinerario se completa con visitas a pueblos cercanos Montenegro, Salento, de casas multicolores y arquitectura típica, Panaca, con el parque de la cultura agropecuaria, el valle de Cocora, principal lugar del Quindío, donde se levanta la Palma de la Cera, árbol nacional de Colombia donde se extrae la cera, degustar su variada gastronomía, es sencillamente completar una peregrinación que es placer para los ojos y deleite al paladar.
Perú produce uno de los mejores cafés del mundo. Al igual que en Colombia, el café peruano era producido en el siglo XVIII en la zona sur, hoy la selva peruana con más de 200 mil productores y 300 mil ha escala posiciones, Perú, es el primer productor mundial de café orgánico y primer abastecedor a EUA; la Asociación Americana de Cafés Especiales de los EUA, en su vigésima feria, declaró ganador al café de Sandia, Puno, por su sabor y aroma compitiendo con 139 variedades de todo el mundo incluyendo Colombia. Nos falta mayor campaña publicitaria internacional para posicionar nuestro producto en las mesas del mundo y entre nosotros, divulgar la historia del café para conocer, amar y disfrutar el principal producto de exportación agrícola del país.

FOTOS LEYENDAS:
1.- Plaza de Bolívar-Parque Nacional del Café
2.- Belleza del valle del Quindío
3.- Autor de la nota y con sacos de café
4.- Arquitectura de viviendas en Salento

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