miércoles, 10 de julio de 2013

Urge tomar acciones frente a cambio climático

El impacto del retroceso glaciar que se produce en la cordillera Blanca producirá una reducción en el volumen del río Santa del 10% en época de avenida y 30% en el estiaje, afectando poblaciones, la flora, la fauna y actividad productiva en la cuenca alta, media y baja del río Santa, alertó el Dr. Adam French, biogeógrafo y especialista en ecología de la Universidad de Texas, Austin, durante la conferencia sobre Cambio Climático y su impacto en el río Santa, en la UPAO, organizado por el Proyecto Especial CHAVIMOCHIC. 
 El Dr. French que acompañó al grupo de científicos norteamericanos que estudian el proceso de desglaciación de la cordillera Blanca desde 1990, explicó que tras analizar 9 subcuencas del Santa la mayor parte de los nevados sobrepasaron el “pico de agua”, estadío que los científicos califican para señalar la desaparición de los nevados y la reducción del área de los bofedales en un 17%, afectando el ritmo de vida de las oblaciones y comunidades. 
El retroceso glaciar es un hecho irreversible que se viene dando desde hace varias décadas; agregó que fruto de las encuestas, el 95% de las pobladores de la parte alta de la cuenca del Santa, confirmaron los descensos en los niveles de las lagunas y ríos, entre ellos los de los nevados Yanamarey, la laguna 513, Llanganuco, entre otros. 
Sin embargo en el caso de la laguna Parón, precisó que su cobertura glaciar aumentó en un 50% representando un peligro en caso de continuar elevando su masa glaciar. 
Por su parte Marc Carey, historiador de la Universidad de Oregón, tras describir los desastres de glaciares producidos en los años de 1940, cerca de Huaraz, el aluvión de 1950 que destruyó la central hidroeléctrica del Cañón del pato, avalanchas de 1962 que sepultó Ranrahirca, entre otros, criticó la desactivación de las funciones de la Unidad de Glaceología creada en 1950 que prácticamente ha abandonado las labores de prevención de desastres ejecutando obras de ingeniería limitándose sólo al monitoreo de los nevados, “lo que resulta preocupante y peligroso”, remarcó.

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