La calidad de las tierras en la zona de influencia de la irrigación CHAVIMOCHIC, siguen dando que hablar. No obstante crecer en climas cálidos o altoandinos, en altitudes que van entre los 300 a 900 msnm, el cacao, también encontró un suelo ideal para su desarrollo en el valle antiguo de Virú, a 5 km del litoral costero y a nivel del mar.
Esta experiencia que por cierto demuestra las bondades de los suelos viruñero, la vive doña Nicolasa Pulido Soles, una matrona del lugar, propietaria de una pequeña casa huerta en la calle Lima, casi en la zona urbana de Virú, quien asombrada vio crecer sus 30 plantas de cacao junto a pacaes, palta, mango, lúcuma, “ahora tener cacao en mi chacra es un orgullo para mí”, dice la señora de 70 años quien le prodiga de atenciones al nuevo cultivo robusto y multicolor.
La historia del cacao en Virú, empezó hace 2 años cuando Eleuterio, el hijo mayor de doña Nicolasa, decidió probar suerte con el cacao traído a Virú desde la provincia de Jaén, y las cosas, según dice, va muy bien: cosecha 2 veces por año y con el insumo procesa chocolate de cacao en forma artesanal iniciativa que le permite mejorar su ingreso familiar.
La calidad del cacao de la señora Nicolasa ya tiene clientes y consumidores en el poblado de Virú. En los meses de cosecha (octubre y julio), demandan su compra en el formato de barras de chocolate de cacao que comercializa a 3 soles unidad.
Quizá el cacao de la señora Nicolasa no sume a las facturaciones por la exportación del cacao peruano que llega a los US$ 150 millones de dólares anuales, pero es una gran verdad que también puede sembrarse a nivel del mar, en Virú, un valle beneficiado por la irrigación CHAVIMOCHIC.
Quizás el cacao de doña Nicolasa no logre los éxitos de otros productos-bandera del país: espárragos, paltas, arándanos, lúcuma, esta nota no tiene otro propósito que conocer lo que son capaces de producir los suelos en la zona de influencia de Chavimochic.
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