martes, 10 de junio de 2014

La importancia de escoger un buen lente

La necesidad médica de corregir condiciones como la miopía, el astigmatismo, y controlar otras propias de la edad como la presbicia, hacen indispensable la compra de un buen anteojo. Sin embargo, la amplia oferta de diseños y formas ha hecho que muchos ignoren que la calidad del lente es el factor clave a considerar. 
Si bien hoy las personas tienden a escoger sus anteojos privilegiando formas, colores y materiales, un buen cristal es esencial al momento de cuidar la vista. Según los expertos, la calidad de este último determina el futuro de la visión de quienes padecen alguna condición visual deficiente, por lo que el lente debe estar compuesto de cuatro atributos básicos: transparencia, poder dióptrico, espesores, homogeneidad y protección del cristal. 
En el caso de personas mayores o de la tercera edad, ya un lente de mala calidad podría provocar problemas de visión distorsionada, reflejos indeseables o una mala compensación del problema visual que se está tratando. 
Principales riesgos de un mal lente
- No contar con la transparencia adecuada
- La agudeza visual del usuario puede no estar a su máxima capacidad
- La vida útil del lente se reduce
- Problemas generales de visión; reflejos, fantasmas, etc.
Consejos para aumentar la vida útil del cristal (lente)
- Un buen trato y manejo cuidadoso del lente.
- Limpiarlos solo con un paño especialmente indicado para ello, no utilizar la ropa u otros elementos que puedan rayar el lente
- Aplicar un tratamiento de “capa dura” a la superficie del lente que también ayudará a mejorar su vida útil.

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