martes, 16 de septiembre de 2008

Eduardo González Viaña “La Voz de los Inmigrantes”



Por: Lady Villanueva Bojorquez
ladymily@gmail.com

Si hay un peruano que ha logrado -desde hace varios años- a través de constantes artículos periodísticos y una serie de obras literarias poner en relieve la problemática de los inmigrantes en los Estados Unidos, es el liberteño Eduardo González Viaña, ganador del Premio Latino Internacional de Novela por su obra “El corrido de Dante” -imponiéndose a Isabel Allende y Gioconda Belli.
El autor muy jovial y divertido conversa con Trujillo Di? y cuenta las razones de su tenaz lucha a favor de quienes buscan el “sueño americano”.
Sobre el Corrido de Dante, González Viaña nos refiere: “La novela te enseña cómo entrar ilegalmente a EE.UU”.
Dante, es un mejicano inmigrante ilegal que atraviesa los EE.UU, en una furgoneta acompañado de su burro Virgilio; en la búsqueda de su hija de 15 años que desaparece súbitamente tal vez con un delincuente juvenil quien le promete convertirla en una famosa cantante como Selena.
La mujer del protagonista es Beatriz y la obra alude a tres personajes de la Divina Comedia, y como en ella, éste personaje camina en medio de los infiernos en búsqueda de un paraíso que tal vez no existe.
En su camino, se encuentra con muchos personajes latinoamericanos. “El lector va a conocer cómo viven los latinos e inmigrantes legales e ilegales en EE.UU; a través del monólogo frente al burro, vamos a saber cómo entró Beatriz a Estados Unidos, que lo intentó hasta en 25 oportunidades”, comenta el autor de “Los sueños de América”.
“No estoy en contra de los EE.UU. pero sí de su gobierno”
González Viaña comenta su experiencia frente al muro que divide México y EE.UU. “Allí la gente está parada, hay centenares, de todas las edades, fumando, comiendo y a una hora determinada empezaron a subir y llegaron al otro lado” recuerda.
“Es realmente una tontería, los que construyen el muro son mexicanos que al final se van a quedar en Estados Unidos”, afirma el escritor natural de Chepén.
Al preguntarle, utilizando la alusión a los círculos de la Divina Comedia, en cuál ubicaría a George Bush, el laureado escritor afirma “No hay círculo como para ese infame, sus crímenes son mucho mayores que los de los condenados a ese infierno. Lo digo porque de un lado, hay una guerra que todo el mundo condena en Irak pero hay otra guerra interna que se está sosteniendo contra los inmigrantes. Uno de sus primeros actos fue suprimirles su licencia de conducir que es la única forma de comprobar la identidad y eso significa que no tienen forma de probar que existen legalmente ni manejar y es ilegal todo lo que hagan. Hay 20 millones de personas que no saben si mañana amanecerán libres y hay millones de niños que no saben si sus padres llegarán a la escuela para recogerlos”.
Explica que los inmigrantes no le hacen ningún daño al tesoro norteamericano; todo lo contrario, es gracias a ellos que la comida en ese país es la más barata del mundo y no reciben contraprestación. “Serían el mejor soporte para el seguro social pues en uno o dos años, cuando salga la otra generación de trabajadores y reciban su jubilación no habrá trabajadores suficientes para pagar la jubilación de otros”, detalla González Viaña.
“Ese es el motivo por el cual he escrito esta novela, hay una humanidad sufriente allí. Yo quiero ser la voz de los que no tienen voz”, sentencia con la firmeza de quien desde las letras tiene la trinchera bien afincada en esta cerrada defensa.

Letras con causa
“No escribo novelas light, escribo por una causa: justicia social. Soy un escritor normal, no tengo que mostrarme como un bohemio desaforado para escribir; no es necesario. La gente joven que escribe debe saberlo porque a veces ven ciertos modelos de conducta que no deben ser los mejores y como escritor siento la responsabilidad de exhibir una conducta modélica. Ni tomo café, ni alcohol sino cuando es una obligación muy grande. Me levanto todos los días a las 5:30 mañana a correr y a nadar; suelo llegar temprano a mis citas”, explica el carismático literato.
“Tuve a mi hijo a los 21 años”
Sobre su también talentoso hijo, González Viaña nos cuenta: “Mi hijo Eduardo Luis Felipe José Carlos, escribe poesía y ganó un concurso de poesía pero ha entendido que la vida es más difícil que eso y se gana la vida como sociólogo en Nueva York”; como para comprobar que lo que se hereda no se hurta.
"Vallejo merece un desagravio de la Familia Santa María"
Sobre su obra “Vallejo en los infiernos” donde narra la vida del poeta universal en Trujillo y su carcelería, el literato afirma: “Vallejo nunca pudo regresar al Perú, algunos dicen que no quería venir pero eso es completamente falso porque las cartas que le escribe a su hermano, a su abogado, a amigos son los de una persona que añora ver su tierra y le pide a su abogado que termine con este juicio que sus enemigos han revivido y pedían una suerte extradición; el juicio nunca terminó”.
Sobre los actos de desagravio ejecutados por el Poder Judicial manifiesta que “está bien que el Poder Judicial le brinde satisfacciones pero seria interesante también que la familia que lo persiguió –Los Santa María- que tienen representantes en el poder hicieran un acto de contrición”.
El ramito de huacatay
Sobre su acogida en Trujillo dice “siento una nostalgia inmensa que aumenta por el cariño con que he sido recibido acá en Trujillo. Me he sentido muy contento con todos los elogios que me han hecho. Un atleta que fue a Beijing dijo que no le importaba mucho ganarse la medalla de oro o la de plata porque siempre cuando volviera a su casa, su madre le pondría en la cabeza un ramito de hojas de huacatay y yo siento que aquí en Trujillo me han puesto un ramito de hojas de huacatay sobre la cabeza por la cantidad de homenajes que me han hecho y estoy muy agradecido” así concluye nuestra conversación con este gran literato liberteño.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Que buena entrevista, felicitaciones.
Por favor si le escribe al autor digale que cual es el secreto de la ramita de huacatay