
No nos engañemos: el poder no tolera más que las informaciones que le son útiles. Niega el derecho de información a los periódicos que revelan las miserias y las rebeliones.
Simone de Beauvoir
Por: ORIETTA BRUSA
Profesora de la UPN
Quise empezar con esta oración de Simone de Beauvoir, para recordar, en el día de la mujer, que no solo somos ”portadoras” de un género. Más bien somos elementos sociales y debemos ser protagonistas en la sociedad. Y, en este momento en que la información y la comunicación están en las manos de un poder absoluto, enmascarado de democracia, debemos estar listas para los malos tiempos que nos esperan, no solo en el aspecto económico, también en el ámbito social, moral, político.
Ahora, para los media, cuando no somos estúpidos objetos sexuales, somos las procreadoras, aun y sobre todo.
El problema es que no nos somos concientes que nuestros hijos son destinados a ser carne de cañón y de trabajo. Pensamos que todavía son el fruto del amor para nuestros hombres y la realización de nuestras vidas.
Simone nunca fue madre, pero hizo para las hijas lo que ninguna de sus buenas y abnegadas progenitoras hicieron.
Beauvoir les enseñó a ser libres de la tiranía masculina y les explicó como ellas mismas son cómplices de su situación. Les enseñó como la maternidad no es un destino, ni una gloria, ni un premio, más bien es una condena a las necesidades económicas de una sociedad patriarcal.
Antes de ellas, hubo mujeres que pidieron el derecho a elegir en materia de sexualidad y procreación, pero ella, filosofa y escritora, analizó desde el comienzo la situación femenina, con todas sus limitaciones y contradicciones.
Escandalizó derecha e izquierda, católicos y libres pensadores. Para todos, la mujer es un ser criado por el hombre y para el hombre.
Todavía la Biblia, un texto enemigo por excelencia de la mujer (desde el mito de Adán hasta el “hágase de mi según tu voluntad”), condiciona comportamiento e ideas.
Beauvoir fue lo peor de la mujer: no se casó, no tuvo hijos, era sexualmente libre, culta, comunista y atea.
¡Cuántas mujeres están listas a criticarla y a despreciarla! Sobre todos las esposas “felices y realizadas”, cargadas de hijos y de cuernos; las que no leen ni un libro de cuentos, las que se arrodillan todos los domingos de frente a un dios que las ha creado subalternas al hombre.
Pero es justo así: la libertad es dura, la responsabilidad es pesada, el pensamiento crítico es difícil. Mejor aceptar el rol que el hombre nos ha impuesto a cambio de su “protección”, protección que proporciona en la familia el 70% de los delitos contra las mujeres.
Ayer un obispo brasileño, Sobrinho, ha excomulgado los médicos que han practicado un aborto a una niña de 9 años, violada desde los 6 por el padrastro y embarazada de dos gemelos. Además el embarazo comportaba graves riesgos para la niña. El Vaticano: “Bien Sobrinho, han hecho una elección de muerte, han pecado”. El padrastro no ha sido excomulgado!!! Hay otra de 11 en la misma situación, pero a ella no se le practicará, ya es demasiado tarde.
¿Dónde están las mujeres para defender a estas niñas? ¿Rezando a los pies de un cura que no sabe nada (supuestamente) del cuerpo de un mujer y que puede decidir sobre ella?
El Segundo Sexo fue puesto entre los libros prohibidos por el Vaticano en el 1959. La iglesia católica está en contra de la evolución, y tiene razón: ella misma nunca evolucionó. Pero, tratemos de hacerlo nosotras estudiando nuestra historia, analizando nuestra situación y no dejándonos educar…
Recordémonos que al 8 de marzo siguen el 9, el 10, el 11…
Simone de Beauvoir
Por: ORIETTA BRUSA
Profesora de la UPN
Quise empezar con esta oración de Simone de Beauvoir, para recordar, en el día de la mujer, que no solo somos ”portadoras” de un género. Más bien somos elementos sociales y debemos ser protagonistas en la sociedad. Y, en este momento en que la información y la comunicación están en las manos de un poder absoluto, enmascarado de democracia, debemos estar listas para los malos tiempos que nos esperan, no solo en el aspecto económico, también en el ámbito social, moral, político.
Ahora, para los media, cuando no somos estúpidos objetos sexuales, somos las procreadoras, aun y sobre todo.
El problema es que no nos somos concientes que nuestros hijos son destinados a ser carne de cañón y de trabajo. Pensamos que todavía son el fruto del amor para nuestros hombres y la realización de nuestras vidas.
Simone nunca fue madre, pero hizo para las hijas lo que ninguna de sus buenas y abnegadas progenitoras hicieron.
Beauvoir les enseñó a ser libres de la tiranía masculina y les explicó como ellas mismas son cómplices de su situación. Les enseñó como la maternidad no es un destino, ni una gloria, ni un premio, más bien es una condena a las necesidades económicas de una sociedad patriarcal.
Antes de ellas, hubo mujeres que pidieron el derecho a elegir en materia de sexualidad y procreación, pero ella, filosofa y escritora, analizó desde el comienzo la situación femenina, con todas sus limitaciones y contradicciones.
Escandalizó derecha e izquierda, católicos y libres pensadores. Para todos, la mujer es un ser criado por el hombre y para el hombre.
Todavía la Biblia, un texto enemigo por excelencia de la mujer (desde el mito de Adán hasta el “hágase de mi según tu voluntad”), condiciona comportamiento e ideas.
Beauvoir fue lo peor de la mujer: no se casó, no tuvo hijos, era sexualmente libre, culta, comunista y atea.
¡Cuántas mujeres están listas a criticarla y a despreciarla! Sobre todos las esposas “felices y realizadas”, cargadas de hijos y de cuernos; las que no leen ni un libro de cuentos, las que se arrodillan todos los domingos de frente a un dios que las ha creado subalternas al hombre.
Pero es justo así: la libertad es dura, la responsabilidad es pesada, el pensamiento crítico es difícil. Mejor aceptar el rol que el hombre nos ha impuesto a cambio de su “protección”, protección que proporciona en la familia el 70% de los delitos contra las mujeres.
Ayer un obispo brasileño, Sobrinho, ha excomulgado los médicos que han practicado un aborto a una niña de 9 años, violada desde los 6 por el padrastro y embarazada de dos gemelos. Además el embarazo comportaba graves riesgos para la niña. El Vaticano: “Bien Sobrinho, han hecho una elección de muerte, han pecado”. El padrastro no ha sido excomulgado!!! Hay otra de 11 en la misma situación, pero a ella no se le practicará, ya es demasiado tarde.
¿Dónde están las mujeres para defender a estas niñas? ¿Rezando a los pies de un cura que no sabe nada (supuestamente) del cuerpo de un mujer y que puede decidir sobre ella?
El Segundo Sexo fue puesto entre los libros prohibidos por el Vaticano en el 1959. La iglesia católica está en contra de la evolución, y tiene razón: ella misma nunca evolucionó. Pero, tratemos de hacerlo nosotras estudiando nuestra historia, analizando nuestra situación y no dejándonos educar…
Recordémonos que al 8 de marzo siguen el 9, el 10, el 11…
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