Al menos 700 mil diabéticos no llevan un control adecuado de la enfermedad

Familiares directos de los diabéticos son grupo de riesgo.

(RPP) Al menos un millón de peruanos sufren de diabetes, de los cuales el 70 por ciento de pacientes no lleva un control adecuado de su enfermedad, lo que posteriormente termina produciendo complicaciones como la amputación de los miembros inferiores, problemas cardiacos, alteraciones en la presión arterial, entre otros.
Al respecto, el Dr. Dante Gamarra, del Hospital Dos de Mayo, sostuvo que todo paciente diabético debe cumplir con un control metabólico que incluye una adecuada evaluación de la presión arterial; mantener la glucosa en ayunas en estado normal (menor de 100 mg/dl). Asimismo, debe realizarse una prueba de hemoglobina glicosilada AC1, que debe ser menor del 7 por ciento; control del índice de masa corporal; evaluaciones de fondo del ojo, función renal, cardiaca entre otros.
Gamarra sostuvo que los pacientes no llevan un control adecuado de su enfermedad debido a un factor económico, y ya que la diabetes suele ir acompañada de otras enfermedades que al final elevan mucho más el costo del tratamiento. "No basta con las consultas al endocrinólogo, se deben realizar las evaluaciones para evitar las complicaciones. Las pruebas deben ser permanentes", puntualizó.

Tras recomendar a estos pacientes seguir un régimen alimenticio propio para su estado, Gamarra afirmó que los síntomas más frecuentes son la disminución de la agudeza visual, producción excesiva de orina, inmenso deseo de comer, bajar de peso sin causa aparente.
Entre los grupos de riesgo para esta enfermedad, están los familiares directos de los diabéticos, los obesos, las mujeres que en la gestación aumentan su glucosa y los pacientes con presión alta.
De acuerdo al especialista, la diabetes representa la primera causa de consulta externa en el Hospital Dos de Mayo. Atendiendo en el servicio de endocrinología, anualmente, a 2,500 personas.
Por su parte, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) estima que al 2030 habrá un incremento a nivel mundial de esta enfermedad, proyectando un incremento de 138 por ciento en América del Sur.