Por: Luis C. Vigo
La Universidad Nacional de Trujillo participó activamente en un proyecto ideado por la directora del Museo de Dinamarca, Dra. Inge Schjellerup, que comprendió realizar trabajos de campo del 2007 al 2009 para hacer un diagnóstico y propuestas de solución a la depredación de la ceja de montaña.
El trabajo de investigación se publicó bajo el nombre de “La Ceja de Montaña - un paisaje que va desapareciendo”, y fue presentado este jueves 03 de diciembre en el Paraninfo Institucional, con la participación del rector UNT, Carlos Sabana; el vicerrector administrativo Orlando Velásquez; el director nacional del Instituto de Geografía y Teledetección de Dinamarca, Mikael Kamp y el ex decano de la Facultad de Ciencias Sociales, Santiago Uceda.
La representante por parte de la UNT fue la profesora de Ciencias Sociales, Carolina Espinoza Camus, quien afirmó que realizaron el trabajo en una de las áreas más afectadas y más importantes a nivel del mundo como es la ceja de selva y la cuenca alta del Amazonas.
Explicó que la deforestación es ocasionada por el hombre en su proceso migratorio, es decir en la búsqueda de tierras para las chacras de cultivo, específicamente de café, se trata de la población pobre que se va agrupando en diferentes cuencas.
Por su parte, la Dra. Inge Schjellerup declaró que el libro de investigación trata acerca de la arqueología, la situación socioeconómica de la gente que vive en la zona, la migración de la sierra a la ceja de selva; la botánica y la geografía y se pone de relieve como es que los incas sabían manejar este territorio, pero los pobladores de ahora no.
“La gente está en todo el bosque solamente para probar que es su territorio, tienen ganado, minería, madera y toda la zona es más vulnerable, por eso es importante que los políticos reaccionen ahora, sino va esta hermosa geografía va a desaparecer”, anotó.
La Ceja de Montaña en el noreste de los Andes de Perú, actualmente está siendo invadida por colonos de la sierra, quienes con sus actividades cotidianas destruyen los paisajes culturales y biológicos. Los colonos emigran de su hábitat original, avanzan hacia el este con su ganado, desarrollando siembras y extracción de madera, actividades con las que alteran los paisajes.
Las laderas del este de los Andes peruanos, llamadas “la ceja de la montaña”, “la ceja de la selva” o el bosque nublado, son reconocidas por la importancia global para la diversidad biológica, la cual es mucho mayor que en la selva baja y que anteriormente solamente era considerada por su interés biológico.
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