sábado, 20 de febrero de 2010

Lambayeque visto por un viajero

Por: Iván la Riva Vegazzo
http://ivanlariva.blogspot.com/

En mis recorridos por Lambayeque descubrí que en cada rincón de sus tres provincias hay algo interesante para mostrar al visitante. Para recorrerlo hay que empezar por su capital Chiclayo. Esta ciudad surgió como parada obligada en el camino que unía las ciudades de Lambayeque y Zaña, ganando prestigio durante la época republicana como foco comercial de todo el norte peruano. La ciudad ha crecido tanto que dos de sus distritos son ya parte de la urbe chiclayana, La Victoria y Leonardo Ortiz.
En el distrito de Lambayeque nos encontramos con una ciudad de data hispana con su famosa iglesia de San Pedro que se empezó a construir en 1557 y la Casa de la Logia, de soberbia arquitectura y un balcón de 60 metros, el más largo de Sudamérica. Visita obligada lo son los museos Brünning y Tumbas Reales donde se muestra toda la riqueza del señor de Sipán, el máximo descubrimiento arqueológico de los últimos tiempos en el mundo.
Zaña es otro distrito importante, se fundó en 1563 con el nombre de Santiago de Miraflores de Zaña. A los pocos años de su fundación opacó a Lambayeque y Trujillo, siendo propuesta para ser capital del Virreinato del Perú. En ella vivían nobles españoles en lujosas mansiones; varias órdenes religiosas construyeron sus conventos, los franciscanos, agustinos, mercedarios y jesuitas. Allí vivió sus últimos días Santo Toribio de Mogrovejo, quien falleció el 23 de marzo de 1606. Toda esta fama se acabó el 4 de marzo de 1686, cuando las huestes del pirata Eduardo Davis desembarcaron en Cherrepe y saquearon Zaña durante siete días, incendiándola antes de partir. Luego, el 15 de marzo de 1720, las lluvias causadas por el Fenómeno del Niño incrementaron el caudal del río Zaña inundando la ciudad y dejándola inhabitable para siempre.
Entre los distritos marítimos más importantes encontramos a Pimentel y Puerto Eten que sirvieron como embarcaderos de los ingenios agrícolas norteños como Cayaltí, Pomalca. Pucalá y Tumán. Ambos puertos y Santa Rosa, son los más recomendados para visitarlos por su belleza, tradición, hospitalidad y la famosa gastronomía en base a los frutos del mar. El pueblo de Eten, distinto al puerto pero con el mismo nombre, cuenta con el título de la Tercera Eucarística del Mundo, reconocido por Bula del Papa Inocencio X, en 1649. Cerca se halla el distrito de Monsefú que se destaca por sus campiñas, artesanía, gastronomía y por que no decirlo, por sus grupos musicales. En el vecino distrito de Reque se puede visitar la singular “Casa de piedra”.
Pese a su lejanía, el distrito de Lagunas no deja de ser interesante. Destacan la punta Chérrepe y sus playas. Existen importantes restos arqueológicos como los de Cerro Purulén y Ucupe con grandes murales policromos representando personajes humanos y animales.
Los distritos de Túcume y Motupe son los dos grandes centros de peregrinaje místico de Lambayeque. En el primero el visitante puede recorrer el Valle de las Pirámides, conjunto monumental de la cultura Lambayeque con decenas de pirámides que rodean el cerro Purgatorio. Aquí los curanderos de la zona celebran ritos shamánicos alrededor de sus “mesas”. Otros distritos que tienen fama esotérica son los de Salas, Illimo, Jayanca y Pacora. Motupe, es el centro de peregrinaje de la Cruz de Chalpon uno de los más renombrados del norte peruano. Más al norte se ubica el distrito de Olmos en cuyos extensos algarrobales anida la pava aliblanca, ave hace dos décadas considerada desaparecida.

En el distrito de Pitipo está el famoso Bosque de Pomac, que tiene la categoría de Reserva Nacional Ecológica, con una extensión de 134 km². donde florecen algarrobos, guarangos, zapote y vichayos, siendo hábitat natural de especies interesantes de fauna. Un distrito que por muchos años estuvo aislado es el de Morrope, cuyo nombre proviene de la voz aborigen "morrup", que significa '"iguana"; allí aún se cultiva el algodón de color lila, el auténtico algodón nativo peruano, que se ha conservado a lo largo de miles de años. En Ferreñafe, la ciudad de la “Doble Fe” no podemos dejar de visitar el Museo Sican y la Iglesia de santa Lucía ubicada en el parque principal.
En las partes altas del departamento hay también distritos turísticos. Entre ellos destaca Chongoyape, en cuyos linderos se ubica Chaparri, la primera Área de Conservación Privada del Perú al pie del Apu del mismo nombre. En Cerro Mulato se pueden apreciar importantes petroglifos. Los distritos de Kañaris e Incahuasi guardan todavía muchos tesoros turísticos por descubrir, sus habitantes, en su gran mayoría, aún hablan el quechua y su vestimenta es muy colorida. El distrito de Oyotún se hallan dos geoglifos, el Águila, de 60 por 59 m, uno de los más grandes de la costa norte del Perú y el de La Compuerta, de 65 m. de largo por 23 m. que representa una figura mítica con caracteres humanos, felínicos y omitomorfos.
El conocer veintiocho de los treinta y seis distritos de Lambayeque me lleva al convencimiento que este departamento, turisticamente, es uno de los mas importantes del país.

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