Por: Ubaldo Tejada Guerrero
– Analista Global –
utguerrero31@yahoo.es
“Queda una tarea difícil, pero necesaria: primero conseguir la convocatoria a nuevas elecciones limpias y democráticas, que garanticen el Estado de Derecho; y segundo, reconstruir las organizaciones sociales, como única defensa de una sociedad que busca construir un modelo sin calco ni copia” (“Lecciones Electorales del 28 de mayo del 2,000”-Suplemento Dominical del diario “La Industria”-Ubaldo Tejada-11/06/2000-Trujillo-Perú). ¿Qué observamos en el Perú a más de once años?
En la campaña electoral 2,011, el tema del financiamiento de partidos y campañas se asocia, lamentablemente, con escándalos de corrupción política y tráfico de influencias, que van desde la esfera pública y privada, hasta la conducta de los ciudadanos que aceptan la corrupción como algo “normal”, como los que dicen y alientan votar por el “mal menor” o lo que es peor cuando expresan “roba, pero hace obra”. El mayor daño durante el periodo de Fujimori, fue la “corrupción de las mentes colectivas”, para aceptar como normal la corrupción y la delincuencia institucionalizada, y ello es el problema central.
Sigue desde el 5 de abril de 1,992 (fecha del autogolpe de Fujimori), una relación patológica entre dinero y política que genera corrupción, agrava la crisis de confianza y coloca a partidos y candidatos bajo “sospecha”.
La batalla en el país y el mundo, entre corrupción y la lucha contra la corrupción pasa por el análisis de la violencia, de la violación de los derechos humanos, la defensa irrestricta de los derechos humanos, el autoritarismo, la democracia, la elección del Ejecutivo y Legislativo por solo 5 años, la re-reelección, el transfuguismo, la falta de partidos sólidos, etc. El fenómeno de la corrupción en la Administración de Justicia, no se encuentra solo en el Poder Judicial y el Ministerio Público, lo encontramos desde la conducta individual hasta la institucionalizada, en resumen el tema central de la agenda política el 2,011 es el combate frontal a la corrupción, sin ello el crecimiento nos será sostenible a largo plazo.
Es fundamental que el sistema democrático controle al dinero, y no a la inversa.
Debemos advertir que hoy en el Perú, muchos de los involucrados en la corrupción conservan aun muchísimo poder. Lejos de estar ante personas débiles y vulnerables, lo que tenemos frente a nosotros es una organización con una peligrosa capacidad de defensa y ataque, que no augura ni la defensa de la democracia, ni el fortalecimiento de las instituciones de la sociedad civil, que fueron las dos grandes tareas encomendadas a los gobiernos de Paniagua (2,000-2001), Toledo (2001-2006) y García (2006-2011). Ello exige un proceso de auditoría externa de todos los grandes contratos lesivos al Perú, como dice Carlos Alonso Bedoya Bonelli: “Es necesario desde las organizaciones sociales-se inicie – una estrategia de comunicación agresiva que permita que el tema de repudio a la deuda corrupta, salga de la marginalidad” que los grupos de poder lo mantienen, por estar vinculados a las finanzas públicas, como hemos visto en los grandes “faenones”.
Es muy necesario hoy en el proceso electoral el financiamiento público que se otorgue a los partidos debe guardar relación con los esfuerzos que estos hagan para conseguir sus propios recursos. Por su parte, el financiamiento privado debe ser adecuadamente regulado para evitar el tráfico de influencias, especialmente de las transnacionales.
Otro aspecto es la divulgación, básica para la transparencia. Requiere la presentación de informes periódicos, auditoria, acceso público a la contabilidad y publicidad. Y también el control demanda una autoridad política y financieramente autónoma, y dotada de los poderes legales suficientes para supervisar, verificar, investigar y, de ser necesario, instruir procesos. Es importante que los medios de comunicación mantengan su transparencia.
Debemos generar una voluntad política genuina y firme a favor de reformas auténticas. Es de capital importancia la presión pública permanente de la ciudadanía, demandando una política limpia y transparente. También juegan un rol importante los medios de comunicación, el sector privado y las organizaciones de la sociedad civil.
– Analista Global –
utguerrero31@yahoo.es
“Queda una tarea difícil, pero necesaria: primero conseguir la convocatoria a nuevas elecciones limpias y democráticas, que garanticen el Estado de Derecho; y segundo, reconstruir las organizaciones sociales, como única defensa de una sociedad que busca construir un modelo sin calco ni copia” (“Lecciones Electorales del 28 de mayo del 2,000”-Suplemento Dominical del diario “La Industria”-Ubaldo Tejada-11/06/2000-Trujillo-Perú). ¿Qué observamos en el Perú a más de once años?
En la campaña electoral 2,011, el tema del financiamiento de partidos y campañas se asocia, lamentablemente, con escándalos de corrupción política y tráfico de influencias, que van desde la esfera pública y privada, hasta la conducta de los ciudadanos que aceptan la corrupción como algo “normal”, como los que dicen y alientan votar por el “mal menor” o lo que es peor cuando expresan “roba, pero hace obra”. El mayor daño durante el periodo de Fujimori, fue la “corrupción de las mentes colectivas”, para aceptar como normal la corrupción y la delincuencia institucionalizada, y ello es el problema central.
Sigue desde el 5 de abril de 1,992 (fecha del autogolpe de Fujimori), una relación patológica entre dinero y política que genera corrupción, agrava la crisis de confianza y coloca a partidos y candidatos bajo “sospecha”.
La batalla en el país y el mundo, entre corrupción y la lucha contra la corrupción pasa por el análisis de la violencia, de la violación de los derechos humanos, la defensa irrestricta de los derechos humanos, el autoritarismo, la democracia, la elección del Ejecutivo y Legislativo por solo 5 años, la re-reelección, el transfuguismo, la falta de partidos sólidos, etc. El fenómeno de la corrupción en la Administración de Justicia, no se encuentra solo en el Poder Judicial y el Ministerio Público, lo encontramos desde la conducta individual hasta la institucionalizada, en resumen el tema central de la agenda política el 2,011 es el combate frontal a la corrupción, sin ello el crecimiento nos será sostenible a largo plazo.
Es fundamental que el sistema democrático controle al dinero, y no a la inversa.
Debemos advertir que hoy en el Perú, muchos de los involucrados en la corrupción conservan aun muchísimo poder. Lejos de estar ante personas débiles y vulnerables, lo que tenemos frente a nosotros es una organización con una peligrosa capacidad de defensa y ataque, que no augura ni la defensa de la democracia, ni el fortalecimiento de las instituciones de la sociedad civil, que fueron las dos grandes tareas encomendadas a los gobiernos de Paniagua (2,000-2001), Toledo (2001-2006) y García (2006-2011). Ello exige un proceso de auditoría externa de todos los grandes contratos lesivos al Perú, como dice Carlos Alonso Bedoya Bonelli: “Es necesario desde las organizaciones sociales-se inicie – una estrategia de comunicación agresiva que permita que el tema de repudio a la deuda corrupta, salga de la marginalidad” que los grupos de poder lo mantienen, por estar vinculados a las finanzas públicas, como hemos visto en los grandes “faenones”.
Es muy necesario hoy en el proceso electoral el financiamiento público que se otorgue a los partidos debe guardar relación con los esfuerzos que estos hagan para conseguir sus propios recursos. Por su parte, el financiamiento privado debe ser adecuadamente regulado para evitar el tráfico de influencias, especialmente de las transnacionales.
Otro aspecto es la divulgación, básica para la transparencia. Requiere la presentación de informes periódicos, auditoria, acceso público a la contabilidad y publicidad. Y también el control demanda una autoridad política y financieramente autónoma, y dotada de los poderes legales suficientes para supervisar, verificar, investigar y, de ser necesario, instruir procesos. Es importante que los medios de comunicación mantengan su transparencia.
Debemos generar una voluntad política genuina y firme a favor de reformas auténticas. Es de capital importancia la presión pública permanente de la ciudadanía, demandando una política limpia y transparente. También juegan un rol importante los medios de comunicación, el sector privado y las organizaciones de la sociedad civil.
0 comentarios:
Publicar un comentario