martes, 15 de marzo de 2011

Japón se prepara para una potencial catástrofe radiactiva

TOKIO (Reuters).- Japón intentaba evitar el miércoles una catástrofe después de que el viento llevara hacia Tokio bajos niveles de radiación expulsados tras explosiones en una planta nuclear dañada por un seísmo, lo que causó pánico, huidas y filas para adquirir productos básicos en la capital.
La Agencia de Seguridad Nuclear e Industrial dijo que dos trabajadores en la planta de Daiichi en Fukushima están desaparecidos tras dos registrarse dos nuevas explosiones el martes en las instalaciones que abrieron un agujero en un edificio que alberga un reactor y una piscina de refrigeración para las barras de combustible ya gastadas.
El primer ministro, Naoto Kan, pidió a las personas en un radio de 30 kilómetros en torno a la instalación al norte de Tokio, una población de 140.000 personas, que permanezcan en sus hogares, en medio de la crisis nuclear más grave desde el desastre de Chernóbil, Ucrania, en 1986.
Responsables en Tokio -ubicada a 240 kilómetros al sur de la planta- dijeron que la radiación en la capital era 10 veces superior a la normal por la noche, pero negaron que este nivel fuera una amenaza para la salud humana en la tecnológica ciudad de 13 millones de habitantes.

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El toxicólogo Lee Tin-lap de la Universidad China de Hong Kong dijo que ese nivel de radiación no era una amenaza inmediata a las personas, pero que las consecuencias a largo plazo eran desconocidas.
"Sigues respirando esto hacia tus pulmones y hay absorción pasiva en la piel, ojos y boca y realmente no sabemos qué impacto a largo plazo tendrá eso", declaró Lee a Reuters por teléfono.
Alrededor de ocho horas después de las explosiones, la agencia climática de la ONU indicó que los vientos estaban dispersando el material radiactivo hacia el Océano Pacífico, lejos de Japón y otros países asiáticos.
Mientras aumentaba la preocupación por el impacto en la agobiada economía nipona del desastre nuclear y sísmico, las acciones japonesas cayeron hasta un 14 por ciento antes de cerrar con una baja de un 10,6 por ciento, ampliando el declive de un 6,2 por ciento visto la jornada anterior.
El retroceso de dos días ha barrido con unos 620.000 millones de dólares del mercado.
Las autoridades están intentando desesperadamente que el agua destinada a enfriar los núcleos radiactivos de los reactores no se agote, lo que provocaría un recalentamiento y emisión de materiales radiactivos dañinos.
Responsables informaron que podrían verter agua en la piscina de combustible del reactor más crítico, el cuatro, en dos o tres días, sin aclarar por qué deberían esperar para tomar esa medida.
"La posibilidad de una mayor filtración radiactiva está aumentando", dijo un sombrío Kan en un discurso a la nación.
Niveles de 400 milisieverts por hora se han registrado cerca del reactor 4, dijo el Gobierno. La exposición a más de 100 milisieverts al año es un nivel que puede provocar cáncer, según la Asociación Nuclear Mundial.
El operador de la central retiró a 750 trabajadores, dejando sólo a 50, mientras se ha impuesto una zona de exclusión aérea de 30 kilómetros alrededor de la planta. No se han facilitado nuevos datos de los niveles de radiación dentro de la zona de exclusión, donde vive gente.

MIEDO EN TOKIO
"Material radiactivo alcanzará Tokio pero no es dañino para el ser humano porque para cuando llegue allí estará disuelto", dijo Koji Yamazaki, profesor de ciencias medioambientales en la Universidad de Hokkaido.
"Si el viento se intensifica, el material volará más rápido pero también se dispersará más en el aire", añadió.
Un reportero de Reuters midió con un contador Geiger niveles insignificantes de radiación en la capital.
A pesar de los llamamientos a la calma, habitantes de Tokio se apresuraron a las tiendas para abastecerse de provisiones. Don Quixote, unos grandes almacenes abiertos las 24 horas en el distrito de Roppongi, vendía radios, linternas, velas y sacos de dormir.
En una señal de los crecientes temores regionales sobre el riesgo de radiación, China dijo que iba a evacuar a sus ciudadanos de las zonas más afectadas pero que no había detectado radiaciones anormales en su territorio. Air China dijo que había cancelado vuelos a Tokio.
La Armada estadounidense dijo que algunos buques de guerra se desplegarían en la costa oeste de la isla principal nipona, Honshu, en vez de dirigirse a la costa este como estaba planificado, a causa de "peligros radiológicos y de navegación".
Varias embajadas recomendaron a sus empleados y ciudadanos que salieran de las zonas afectadas. Hubo suspensiones de vacaciones y algunas compañías multinacionales pedían a sus trabajadores que se marchasen o dijeron que estaban considerando planes para trasladarse a otro sitio fuera de Tokio.
Dos compañías tecnológicas alemanas estaban trasladando a sus empleados hacia el sur.
"Creo que todos están saliendo del país hoy", dijo Gunta Brunner, un director creativo argentino de 25 años que se preparaba para abordar un vuelo en al aeropuerto de Narita. "Con la radiación, es como que no se puede escapar y no se puede ver", agregó.

"¿QUE DEMONIOS PASA?"
Kan arremetió contra el operador por tardar tanto en informar a su despacho sobre las explosiones, exigiendo saber "¿Qué demonios pasa?", informó Kyodo.
Kyodo dijo que Kan ordenó a TEPCO que no retire a sus empleados de la planta.
"La televisión informó una explosión. Pero al despacho del primer ministro no avisaron nada durante alrededor de una hora", increpó Kan a los ejecutivos de la compañía según citó la agencia Kyodo. "¿Qué demonios pasa?", preguntó.
Los ciudadanos quieren información sobre los riesgos para la salud, un tema sensible en el país que sufrió su peor catástrofe humana en 1945 cuando Estados Unidos lanzó bombas nucleares sobre Hiroshima y Nagasaki.
Las explosiones podrían exponer a la población a una radiación durante mucho tiempo, lo que puede elevar el riesgo de cánceres de tiroides y huesos y leucemia, dijo. Los niños y los fetos son especialmente vulnerables.
Se han registrado cuatro explosiones en la planta desde que resultó dañada en el terremoto y tsunami del viernes pasado. Los estallidos más recientes afectaron a los reactores número 2 y número 4.
Los temores ahora se centran en los daños en una parte del centro del reactor cuatro, conocida como piscina de supresión y que intenta enfriar y atrapar la mayor parte del cesio, yodo y estroncio en sus aguas enfriadas.
Aún se desconoce la amplitud de la destrucción causada por el potente terremoto del viernes y el posterior tsunami, mientras los equipos de rescate avanzaban por la región al norte de Tokio, donde se teme que hayan muerto al menos 10.000 personas.
Poblados y ciudades enteros han desaparecido del mapa tras el tsunami, desatando un esfuerzo humanitario internacional de proporciones épicas. Una réplica de magnitud 6,4 sacudió edificios en Tokio el martes, sin causar daños.

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