
"Estos delfines pequeños mueren innecesariamente por capturas accidentales de los pescadores. Los expertos han propuesto formas para gestionar su hábitat y evitar que mueran atrapados en las redes", indicó Karli Thomas, de Greenpeace en Nueva Zelanda, en una nota.
A principios de año, el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) cifró en un centenar el número de estos cetáceos en la Isla Norte de Nueva Zelanda, su único hábitat natural en la Tierra. Greenpeace recordó la consternación que causó en el mundo entero la desaparición del último delfín del río Yangtze.
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