martes, 19 de noviembre de 2013

No basta con "indignarse"

Por: Mario Saldaña 

Se equivocaría profundamente el Presidente si piensa que con la salida de su asesor en temas de seguridad y del señor Pedraza del Ministerio del Interior, e incluso si se produjera la renuncia del almirante Cueto Aservi del CC.FF.AA. (al escribirse esta columna ello aún no sucede), la oposición y un grueso sector de la opinión pública nos quedaremos satisfechos y pasaremos rápidamente a otros temas, ante el gravísimo caso de la protección policial ilegal y desproporcionada a la casa de Óscar López Meneses y la de su padre. 
No voy a repetir acá las especulaciones/versiones que se vienen dando en forma pública y privada sobre qué se protegía, a quién se protegía y por qué razones, además de quién o quienes filtraron esta información a un medio y por qué razones. Sería ocioso. 
Lo único que diré es que la versión de que el propio presidente Humala estaba al tanto de la decisión inicial de brindar protección y de sus motivos es cada vez más consistente y verosímil. Por eso, más allá de las renuncias o destituciones ya conocidas y de las que pudieran venir, es crucial que las interrogantes que siguen abiertas tengan una respuesta sea cual fuera y a la brevedad posible. 
Lo contrario, es decir, intentar "pasar piola", o hacer como que nos indignamos gritándole "basura" al protagonista principal del escándalo, pero que al final no pase nada (como ocurrió como el tema de los Petroaudios en los que hasta ahora nadie sabe quién y por qué se mandó a chuponear), sería más que grave para este débil y confundido Gobierno. 
El primero que debería tener muy claro qué es lo que pasó y qué personas estuvieron involucradas es el presidente del Consejo de Ministros. Y no solo debería tener la información completa, sino el convencimiento de que en todo esto el Presidente y su entorno inmediato han actuado correctamente y sin ningún viso de promover cualquier acto de corrupción o de ilegalidad o de intentar tapar ambas o algunas de las dos. 
Si yo fuera el señor Villanueva, la sola subsistencia de alguna mínima duda, debería dar lugar a una inmediata renuncia, al igual que la de cualquier ministro que no desee ser involucrado con algún enjuague. Ello, independientemente de que el Congreso inicie de inmediato su propia investigación. 
Y mientras nuestra Policía y Fuerzas Armadas siguen siendo vapuleadas y humilladas a raíz de estos graves hechos, comparto con ustedes, y en especial con el flamante ministro del Interior, el doctor Walter Albán, una pequeña nota que me entregó el jueves pasado en Piura (en el marco del Encuentro Binacional Perú -Ecuador al que acudí para entrevistar al presidente Rafael Correa para ATV+) un agente de Seguridad del Estado: "Señores de la Prensa: los hermanos policías que venimos de Lima estamos abandonados por nuestro Comando, hasta ahora no nos pagan nuestros viáticos. Pagamos el transporte, alojamiento, alimentación con nuestro propio peculio; muchos de nosotros hemos venido con pocos recursos económicos, dormimos 2 efectivos en una cama, y en los peores casos, hasta 3 efectivos". Cumplo con usted señor suboficial. Espero solamente que el doctor Albán también haga lo propio. Suerte señor ministro.

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