lunes, 29 de septiembre de 2014

La (absurda) repitencia escolar

Por León Trahtemberg

En América Latina se desaprueba alumnos que deben repetir de grado si en primaria no aprueban matemáticas y lectura sin importar los problemas de aprendizaje, retraso mental o fragilidad emocional. Se llega al absurdo de situaciones como estas: un alumno sinvergüenza, egoísta, acosador, poco comprometido pero con buen desempeño en matemáticas y lectura aprueba el grado. 
En cambio un alumno generoso, gran artista, deportista, solidario, con valores y sensibilidad, por no lograr ciertos logros estandarizados en matemáticas y lectura -inalcanzables para él- reprueba el grado.
Eso significa que el objetivo de la escuela no es la educación integral sino el dominio de dos áreas instrumentales. Igualmente grave resulta sostener genéricamente que el alumno no aprende porque no se esfuerza lo suficiente y debe ser aplazado, con lo que se culpa exclusivamente al alumno de los fracasos que en buena medida son causados por la incompetencia de los maestros para lograr que aprenda.
Después de todo, los profesionales de la educación son los profesores, no los alumnos ni sus padres. Sumemos a eso que hay investigaciones que demuestran que 4 de cada 5 repitentes la pasan peor al repetir, salvo que reciban apoyo individualizado y focalizado en sus problemas y que no tengan problemas de aprendizaje o retraso mental. Si es así, ¿por qué esperar a que repita para ayudarlo?.
Y si al repitente no van a ayudarlo ¿para qué repetir si con ello no resolverán el motivo de la repitencia?

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