Los diferentes partidos políticos y alianzas vienen realizando diversas actividades para que en estas Elecciones Generales 2016 tengan representantes en el Congreso de la República y el Parlamento Andino. Como parte de estas actividades, se encuentran en pleno proceso de elección interna de sus candidatos y candidatas, a fin de elaborar las listas de postulantes a ambos parlamentos. En este contexto, caben las preguntas ¿cuántas mujeres y cuántos varones integrarán sus listas? ¿quiénes ocuparán los primeros y los últimos números para el voto preferencial?
Las listas de candidatos/as por cada distrito electoral deben incluir como mínimo el 30% de mujeres o de varones ─artículo 116 de la Ley N° 26859, Ley Orgánica de Elecciones─. Si bien esta cuota mínima se viene cumpliendo como requisito para la inscripción de las listas electorales, llama la atención que en las últimas Elecciones Generales del 2011 solo fueron elegidas 28 mujeres de un total de 130 congresistas, lo que equivale al 21,5%.
La brecha es aún más grande si hablamos de las Elecciones Regionales y Municipales del 2014, de un total de 12 502 autoridades, solo 3074 fueron mujeres, lo que representa el 24,6%; mientras que solo una mujer fue elegida para presidir un gobierno regional, el de Arequipa. Ubicar a las mujeres en los tercios inferiores de las listas generó que, en la mayoría de casos, éstas no llegaran a ser electas.
Es así que, a pesar los avances normativos y la igualdad en el ejercicio de los derechos al que todos/as aspiramos, la realidad nos demuestra que aún existe un largo trecho por recorrer para lograr una efectiva participación política de las mujeres.
Diana Portal Farfán, especialista de la Defensoría del Pueblo en temas de género, señala que estos hechos evidencian que se deben establecer medidas complementarias a la cuota de género, para que realmente se garantice la participación política de las mujeres, tales como la alternancia y la paridad.
Estos mecanismos permitirían que en las listas electorales se ubiquen de forma ordenada y alterna a un varón y a una mujer, en forma sucesiva y/o a la inversa. Por otro lado la paridad contribuye a establecer una representación equilibrada, 50% de mujeres y 50% de varones.
Ad portas de elegir a nuestras autoridades para el Congreso de la República y el Parlamento Andino, esperemos que las organizaciones políticas cumplan con la cuota de género en sus listas electorales. Asimismo, consideramos necesario que en los siguientes debates parlamentarios sobre reforma electoral, se evalúen los mecanismos complementarios a esta cuota, así como otras medidas que contribuyan de manera efectiva a eliminar la discriminación y exclusión que siguen enfrentando las mujeres en el acceso al ámbito político.
Fuente: Blog Defensoría del Pueblo
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