martes, 27 de enero de 2009

Fue testigo el atardecer

Fotos: Marco Monje - Rita Mara Castillo
No podía fallarnos y el viernes 24 se lució, era un marco realmente impresionante el que nos ofrecía la playa Azul de Huanchaco, los rojos - naranjas del atardecer contrastados con el gris del mar convirtieron en mágico el encuentro de los amantes de la cultura con el escritor peruano más prestigiado actualmente. Mario Vargas Llosa.

La naturaleza, siempre sabia se sumó al homenaje que el alcalde huanchaquero Fernando Bazán había escogido para ese día: Recrear nuestra historia y costumbres a través de diferentes estampas. El huanchaquero de hoy nos demostró cómo construye -en poco más de media hora- sus ancestrales caballitos de totora (llamados originariamente tucu, hoy los pescadores los denominan balsillas), son sus instrumentos de trabajo pero a su vez se utilizan para competencias, se puede decir que está posicionado como un atractivo turístico. La leyenda de Takaynamo - del cual se suponen parten nuestros orígenes- fue presentada con gran elegancia tanto en el vestuario, como en la sutil y sensual danza de los integrantes de la compañía oficial de ballet -INC, impecable en su presentación nos transportó a un momento de nuestra historia. La colonia se hizo presente a través de las danzas y travesuras de los “Diablos”, las suaves canciones y movimientos de las “Payas” y la ruidosa comparsa de los negritos, se dice que estas tres comparsas fueron creadas por el Dean Savedra, - cuyos restos reposan en la capilla de Huanchaco-.

Era un recorrido a nuestra historia a través de sus manifestaciones artísticas, teniendo como aliada a la naturaleza de la que por cierto nuestra tierra es generosa demostrándolo una vez más. En este mágico escenario, un peruano, producto de todo este mestizaje, y gran triunfador en las letras, Vargas Llosa, utilizando un interesante ardid, como es la entrevista imaginaria, nos contó de que manera planifica, estructura y da forma a sus novelas, insistió que la literatura es la creación del autor, basadas algunas veces en hechos o historias reales.

Habló de El Sueño del Celta, libro que aún está escribiendo, inspirado en la vida de un extraordinario personaje Roger Casement. (1864-1916), irlandés de nacimiento, provenía de una familia que se asumía británica y el mismo así lo sentía, en el Congo, como cónsul británico, va descubriendo la brutal realidad a la que estaban sometidos sus habitantes por la aplastante dominación belga. El astuto Leopoldo II, rey de los belgas, había conseguido que las naciones europeas le concedan la propiedad de un territorio casi tan grande como Europa. Sometidos a la más cruel explotación, sus habitantes, no solo perdieron su cuerpo, les consumieron el alma, fueron dominados a tal punto que hasta el momento, no se recuperan. Frente a ésta realidad Casemnt ve claramente lo que significa la colonización, hay en él – según Vargas Llosa- una reconvención descubre que su país Irlanda, sufre en otra medida todo el problema que lleva consigo la colonización, en su caso la británica, y pasa a convertirse en un defensor tenaz de la libertad de Irlanda, y en un gran defensor de los derechos humanos de los Congoleses. Por esto último es enviado al Perú para ver la situación en la que estaban los nativos explotados por los caucheros. Este prestigioso y reconocido personaje, por su defensa acérrima a los derechos humanos, es -al final de su vida- apresado y condenado a muerte por los británicos, es descubierto en un submarino alemán que transportaba armas para los rebeldes irlandeses.

Hay historias, personajes, olores y paisajes que nos conmueven, en este caso, Vargas Llosa, ha quedado fascinado por Casement, curiosamente un hombre nacido en un país que sufrió -como el nuestro- una gran colonización; sin embargo la riqueza de su vida y el final dramático del gran luchador por los derechos humanos congoleses, es lo que fascina al escritor.

Tenemos que leer El Sueño del Celta, para saber cuál es la interpretación que la creatividad del escritor da al “Diario de Casement” a pesar de tener la defensa cerrada de la intelectualidad de la época, a pesar de que no está del todo probado si el autor escribió, o hizo las atrocidades que están escritas en el diario, en las que se manifiestan facetas muy oscuras de Casement, fue finalmente condenado. La verdad ¿saldrá a luz algún día?.

Trujillo 26 de enero de 2009

Marcela García Guerrero
Directora

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