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¿Tienen las frutas alguna relación con el turismo? Considero que sí, pues la gastronomía también las incluye. Entonces, cabe la pregunta: ¿Cuenta el departamento de La Libertad con una oferta frutícola de importancia? Mi respuesta nuevamente es, sí. Esta no es únicamente abundante sino también variada.
Viajar permanentemente por la región liberteña me ha permitido gozar de sus delicias. Los invito a recorrer en estas líneas cada provincia para reconocer sus bondades en este tema.
La PROVINCIA de VIRU, específicamente en el valle del río Chao, se cultivan sandías muy agradables. Gracias al Proyecto Chavimochic, hoy se puede cosechan uvas de calidad, con la que se está elaborando vinos y piscos; además, hay parcelas con mangos y paltas para exportación.
Todas las huertas del valle del río Virú producen la “ciruela viruñera”, fruta que podríamos decir es su símbolo. En Zaraque, Tomabal o el Niño, se producen dulces guanábanas, que son primas hermanas de las chirimoyas, así como huabas o pacaes, deliciosos copos blancos encerrados en una larga vaina verde. También, en las zonas casi desérticas del valle se siembran jugosos pepinos, de pulpa gruesa y frescos como los melones. En esta provincia he tenido la oportunidad de saborear una fruta desconocida para muchos: el palillo, que tiene la apariencia de una guayaba; su comida es una pulpa dulce y blanquecina semejante a la del níspero, pero hay que tener cuidado de no masticar sus pepas pues son muy amargas.
En la PROVINCIA de TRUJILLO, en la campiña de Moche, se cultivan lúcumas, muy empleadas en helados y postres; guayabas, ideales para las jaleas caseras, los mameyes y cerezas. En casi todas las ramadas de las casas de la campiña mochera cuelgan pulposos tumbos especie obligada en toda "ensalada de frutas”. Son infaltables además las rojas y frescas granadas y los dulces higos, mientras en los arenales de la zona abunda el prehispánico maní.
Otros distritos de la provincia de Trujillo también nos brindan riquezas frutícolas, como en Huanchaco donde, aprovechando la tecnología chimú, se siembran sandías en los wachaques de Chan Chan. La piña de Poroto es reconocida, en el ámbito nacional, por su grado de acidez que la convierte en ideal para la industria de la mermelada. En Simbal se siembra, de

Siguiendo la ruta costera, en la PROVINCIA de ASCOPE, en Cajanleque se producen los famosos plátanos del Molino; mientras que en Paiján se siembra a gran escala la sandía y el melón. Las PROVINCIAS de PACASMAYO y CHEPEN ubicadas en el valle del río Jequetepeque, son célebres por su gran producción de mangos, que durante las temporadas de cosecha inundan el mercado nacional.
Una fruta propia de las campiñas costeñas, hoy en día muy escasa, es la naranja agria, que en época de nuestros abuelos se usaba para preparar el cebiche y el pescado sudado, es prima hermana del limón, y prima de la mandarina, frutas que también abundan en esos lares.
En la sierra liberteña, la PROVINCIA de OTUZCO, es una despensa frutícola muy importante. El Alto Chicama es pródigo e

En las PROVINCIAS de PATAZ y BOLIVAR, se pueden saborear frutas tropicales, entre las que destacan la papaya, la naranja y el mango. En puerto Balsas, a orillas del río Marañon, he disfrutado de una refrescante agua de coco, fruta que por allí abunda. La caña de azúcar que se usa para preparar el aguardiente o yonque, es así misma muy dulce y, sobre todo, suave.
El interior de La Libertad ofrece frutas que aún no han entrado a la mesa común. Entre las variedades poco conocidas destaca el chiclayo, una calabaza con la que se prepa

En esta lista debo considerar a los yacones, en especial los de Usquil, una de mis frutas preferidas, semejantes a los camotes pero de una comida dulce y vidriosa, parecida a la de la yuca. También están el puro puro de Cachicadán, pariente de la granadilla y del maracuyá. Otra fruta exquisita es la chalarina que se produce en Coina, semejante a un membrillo pero con una pulpa parecida a la de la pera de agua. No puedo dejar de mencionar a las moras que se cosechan durante los meses de ver

Cada vez que compruebo la riqueza frutícola de nuestro departamento tengo sentimientos encontrados; por un lado, de orgullo por que estamos conservando frutas pre-hispánicas como la lúcuma, la huaba, la guanábana, el pepino, el tumbo o el maní; y de otro, preocupación, porque nos estamos dejando invadir por frutas de otras latitudes en desmedro de algunas que están desapareciendo como la puma-rosa, el palillo, la cansaboca, el puro puro, la pitajaya o la naranja agria.
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