
(Perú 21).- El Perú es un país menos desigual que en los años noventa. La brecha entre los ingresos de las familias más pobres y los de las familias más ricas viene, desde 1997, en franca reducción debido, sobre todo, a la ampliación de la cobertura educativa, a la puesta en marcha de programas de transferencias a los que menos tienen y a una mayor inversión en servicios para las zonas rurales.
Estos datos quedaron en evidencia en el estudio sobre la desigualdad en el Perú que realizaron los investigadores Miguel Jaramillo (Grade) y Jaime Saavedra (Banco Mundial) y que serán presentados esta noche, en el inicio de los seminarios con los que Grade celebrará sus 30 años de vida institucional.
La investigación forma parte de un proyecto del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) que se propuso medir qué había pasado con la desigualdad en Brasil, Argentina, México y Perú luego de las reformas emprendidas en los noventa en América Latina.
MÁS DESARROLLO. La herramienta más utilizada para medir la desigualdad de ingresos es el Coeficiente Gini. Pues bien. Entre 1997 y 2006 –período que comprendió el estudio– el Gini del Perú pasó de 0.54 a 0.49 puntos.
Perú.21 le pidió a Miguel Jaramillo que recalculara las cifras en función de la última encuesta nacional de hogares (2009). El resultado fue que actualmente el Gini del país es de 0.44 puntos. Una reducción de 0.10 puntos en 13 años.
La cifra es significativa. Según Jaramillo, después de Brasil, Paraguay y Ecuador, Perú es el país que más ha reducido sus índices de desigualdad en la última década.
“Ha aumentado la cobertura en educación, ha habido más inversión en servicios públicos, agua y electricidad principalmente”, explica el investigador. También se ha reducido la brecha entre lo que ganan los más calificados y los menos calificados, y la brecha entre los trabajadores más antiguos y los más nuevos.
Otro factor clave en estos resultados han sido los programas de transferencia de recursos a los más pobres, como el Programa Juntos. En el 2006, estas transferencias representaban el 13.7% del total de ingresos en los hogares más pobres.
LA OTRA CARA. Pero si bien la desigualdad general del país es cada vez menor, hay desigualdades internas que han crecido. Javier Escobal, también investigador de Grade, indica que una de ellas es la que existe entre Lima y las ciudades desarrolladas de la costa y las zonas rurales de la sierra y la selva.
“El Perú crece, pero ese crecimiento es aprovechado mejor por los ciudadanos de la costa desarrollada que los del área rural. Por eso las diferencias siguen creciendo y el país se polariza”, señala.
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