
Ad portas del inicio del nuevo año, dijo que esto es necesario para evitar que continúen interfiriendo en el desarrollo y se conviertan en fuente de violencia y conflictos.
Asimismo, los instó a que ofrezcan al ciudadano una vida digna y un ambiente de paz y tranquilidad, creando lazos de solidaridad y fraternidad, mirando con esperanza al futuro y construyendo el presente con valentía y optimismo.
“Hago un llamado especial con las palabras de Benedicto XVI, a quienes tienen el encargo de dirigir los destinos del Perú, de las Regiones y Municipios: hagan todo cuanto esté en sus manos para devolver la esperanza a los pueblos que gobiernan y continúen en su lucha contra la pobreza y la desigualdad”, señaló.
En su mensaje por Navidad dirigido al pueblo peruano, dijo que la esperanza de la Iglesia al celebrar el nacimiento de Jesús, es que el mundo a pesar de sus dificultades y tropiezos, se transforme en un mundo en el que puedan colmarse las aspiraciones más nobles del corazón humano.
“Un mundo en el que se trabaje por el progreso y la paz, sostenidas en la justicia y en el verdadero servicio a los demás, sin olvidarse del más necesitado, débil o enfermo, ya que el primer deber de la justicia es reconocer al hombre como hermano”, puntualizó.
“La Navidad es alegría que no conoce fronteras sociales, culturales ni políticas, es la alegría de unirnos todos los que tejemos la historia del Perú”, recalcó.
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